El chico que destroz¨® los pron¨®sticos
Antes de empezar el Mundial 2013, cuando le pregunt¨¢bamos a Marc M¨¢rquez acerca de sus ambiciones para su primera temporada en el Mundial de MotoGP, sonre¨ªa, se encog¨ªa de hombros y dejaba la mirada como perdida en el horizonte. Quiz¨¢ no se atrev¨ªa a decir lo que pensaba, quiz¨¢ simplemente no lo sab¨ªa... Se conformaba, aseguraba, con aprender, cogerle el pulso a esa poderosa Honda que vuela en los circuitos y, si era posible, acabar el a?o como el mejor debutante de la clase reina. De resultados no quer¨ªa ni hablar, los podios o las victorias entraban en el terreno de lo inesperado.
Personalmente nunca termin¨¦ de darle demasiado cr¨¦dito a tanta prudencia. Para empezar, porque Marc llegaba al mejor equipo del mundo para subirse en la moto de referencia en la categor¨ªa, es decir, no iba a ser uno m¨¢s. Por otro lado, su talento estaba fuera de toda duda con las exhibiciones que hab¨ªa protagonizado en las campa?as anteriores de 125cc y Moto2, al igual que su ambici¨®n sin l¨ªmites. Contaba, por tanto, con todos los ingredientes para convertirse en protagonista a las primeras de cambio, aunque tambi¨¦n es verdad que nadie se atrev¨ªa a imaginar entonces que iba a liar la que lio...
De ah¨ª viene la excepcionalidad del ¨¦xito del ilerdense, que va mucho m¨¢s all¨¢ del valor del propio t¨ªtulo mundial, que ya es mucho. Ha conseguido algo extraordinario, a su edad y en sus circunstancias. Desbancar al mism¨ªsimo Freddie Spencer como el campe¨®n m¨¢s joven de la historia de la categor¨ªa grande (antes 500cc) y hacerlo adem¨¢s al primer intento es algo que podremos decir, con el paso del tiempo, que hemos disfrutado como espectadores de excepci¨®n. As¨ª que me parece que este reconocimiento de la afici¨®n en los Premios AS es tan obvio como justificado, nadie merece m¨¢s que ¨¦l todos los honores en este 2013 que ahora se agota.