El peso de un Oro y la carga de una rajada
Siempre existi¨® esta maldita tendencia. Pero desde que se televisan en directo las ruedas de prensa de los entrenadores, lo que estos apuntan fuera del campo tiene mucha m¨¢s trascendencia que lo que hicieron un rato antes dentro de ¨¦l. Por eso ya hay casi m¨¢s patrocinadores anunciados detr¨¢s del ¡®fusilado¡¯ de turno en las salas de prensa que alrededor del c¨¦sped o en las camisetas. Se ha puesto de moda analizar morfosint¨¢cticamente las declaraciones del interrogado aunque, a veces, no sepamos ni el dibujo t¨¢ctico que emplea cada domingo. Un tic que, todo sea dicho, tambi¨¦n han alimentado los propios protagonistas. Vaya usted a saber por qu¨¦: por el mero hecho de ser originales, por aparentar sinceridad, por sentirse m¨¢s c¨®modos a la hora de mandar recados a sus jugadores que frente a frente con ellos en el vestuario, por simple descarga de adrenalina tras una gran presi¨®n o por atajo a la falta de soltura ante las c¨¢maras. Lo cierto es que convendr¨ªa revisar comportamientos para que, entre otras cosas, la ¨²ltima Supercopa de Europa no pase a la historia por otra rajada del de siempre tras un espect¨¢culo may¨²sculo o para que Vallecas no sufra con dardos como el de Paco J¨¦mez a sus chicos tras caer goleados en el Calder¨®n: ¡°Hasta que no sepamos que somos los m¨¢s mierdas del campeonato no podremos competir¡±. Quien haya estado en una ¡®caseta¡¯ sabr¨¢ que es preferible el an¨¢lisis en privado que airear a los cuatro vientos.
Las salidas de tono nunca faltaron. Aunque las consecuencias jam¨¢s fueron las mismas. Seg¨²n los casos. De todas las que uno recuerda, las hubo muy c¨®micas. Como cuando Toshack (¡°soy un cabr¨®n, pero muy simp¨¢tico¡±) se sincer¨® tras una derrota: ¡°Los lunes siempre pienso en cambiar a diez jugadores. Los martes, a siete u ocho. Los jueves, a cuatro. El viernes, a dos. Y el s¨¢bado ya pienso que tienen que jugar los mismos once cabrones de la semana pasada¡±. El gal¨¦s era un trueno: ¡°Es verdad que hay que lavar los trapos sucios en casa, pero cuando lo haces y la ropa no se seca, hay que abrir la ventana para que les d¨¦ el aire¡±. Por eso estall¨® en una entrevista en Marca que le cost¨® el cargo al d¨ªa siguiente: ¡°Es m¨¢s f¨¢cil ver un cerdo volando sobre el Bernab¨¦u a que yo rectifique¡±. Gracias a su marcha comenz¨® la era triunfal de Del Bosque.

Otros
recuerdos de infancia me llevan a Benito Floro en Lleida (¡°nos los follamos con
el pito¡±), a Clemente tras la llegada de Anelka por 30,5 millones de euros
(¡°este fichaje es un insulto a la sociedad; con ese dinero quito el hambre en
Madrid¡±), a ver el show de Luis Fern¨¢ndez en San Mam¨¦s (¡°Antic se ha dejado
aqu¨ª los kleenex¡±) y a entender que hasta los que mejor imagen tienen, la
estropean. Como cuando Guardiola dej¨® su talante a un lado para mostrar su
colmillo en el Bernab¨¦u: ¡°Es el puto amo¡±. Un error, por mucho que luego digan
que su mensaje fue decisivo para que su Bar?a volara (ya lo hac¨ªa). Pero al
final han sido an¨¦cdotas pasajeras que el tiempo ha corregido. El t¨¦cnico que
forz¨® su despido con sus ataques pronto encontr¨® cobijo. Los que incendiaron un
vestuario enseguida tuvieron la ayuda de los resultados para sofocarlo. Y los
que ten¨ªan un objetivo motivador, otras veces obtuvieron el resultado
contrario. Sin embargo, hay una frase por encima de cuantas conozco que tuvo
da?inas consecuencias para quien la pronunci¨®. Debe ser duro que te valoren en
todo el mundo salvo en tu casa. A Vicente Miera, exseleccionador espa?ol y Oro
en el 92, le pasa e intenta remediarlo a¨²n.

Hasta ¨¦l he llegado debido a que AS me ten¨ªa reservado un verano como ¨¦ste, m¨¢s cercano al mundo ol¨ªmpico de cara al 2020 que al futbol¨ªstico que frecuento. La culpa es de la insistencia de Madrid por albergar los Juegos. Y adem¨¢s de las nuevas relaciones entabladas con tanta corbata institucional tambi¨¦n he tenido la oportunidad de hablar con entrenadores laureados y, ya de paso, de tejer una historia que relaciona este arranque liguero de rajadas, el olor de esta semana a Olimpiadas y el regreso de la Selecci¨®n.
Miera,
c¨¢ntabro con una Copa de Europa en sus vitrinas como jugador del Madrid, fue un
d¨ªa portada tras suceder en el banquillo de la Selecci¨®n a Luis Su¨¢rez.
El preferido en cierto sector de la Federaci¨®n era Javier Clemente, pero la
caballerosidad de ¨¦ste, su talante conciliador y su buen curr¨ªculum, le hicieron
debutar en 1991 ante Uruguay con la clasificaci¨®n para la Eurocopa de Suecia 92 muy
cuesta arriba. Dur¨® tan s¨®lo ocho partidos y no pudo reconducir al equipo. Se
qued¨® fuera de la fase final. A pesar del traspi¨¦ le dieron la Selecci¨®n Ol¨ªmpica,
a la que hizo campeona. Estuvo en infinidad de banquillos. Y en todos aport¨®
algo. En unos lugares la innovadora sesi¨®n doble de ma?ana y tarde. En otros,
su devoci¨®n por las concentraciones de pretemporada (antes poco usuales). Y en
todos, la m¨¢xima profesionalidad. Sin embargo, fue Barcelona 92 quien le
encumbr¨® como un h¨¦roe con un gran futuro. Hasta que un d¨ªa se equivoc¨®.

Tras desvincularse de la Federaci¨®n se atrevi¨® a dirigir al equipo de su alma: el Racing. Despu¨¦s de una primera etapa buena, las cosas empezaron a torcerse. Sobre todo por su enfrentamiento con un emblema como Quique Seti¨¦n, que acab¨® siendo apartado: ¡°Es un alocado al que le gusta montar l¨ªos¡±, se lleg¨® a publicar en la prensa de la ¨¦poca. El ambiente se enrareci¨® hasta que Racing y Athletic firmaron uno de los partidos m¨¢s espectaculares de la historia en enero de 1996: 5-5. Al t¨¦rmino de la locura, tras una sonora pitada de El Sardinero dedicada contra el presidente y el entrenador por la endeblez defensiva del equipo local (¡°Miera y Mora, fuera ahora¡±), llegaron los careos con la prensa. Y ah¨ª el t¨¦cnico comenz¨® a perder su equilibrio de siempre: ¡°Esto es una campa?a orquestada y manipuladora y llevada a cabo por personas sin honestidad. Se le hace mucho da?o al Racing; no a Miera¡±. A la directiva no le gust¨®. Pero menos a¨²n su reincidencia un d¨ªa despu¨¦s en una entrevista en El Diario Monta?¨¦s: ¡°Cantabria es un pueblo dif¨ªcil y complicado al que le gustan los l¨ªos y, como trabaja poco, est¨¢ pendiente de estos problemillas y cualquier caso lo exagera. Las cosas se van a poner peor, pero es culpa de los que est¨¢n fuera¡±. A las pocas horas fue sustituido por Nando Yosu.
Y no fue lo peor. M¨¢s que una ri?a con sus paisanos, comenz¨® un divorcio que a¨²n no se ha terminado de cerrar. Miera es conocido en la ¡®tierruca¡¯ por su Oro pero tambi¨¦n por su rajada y ha tenido que esperar demasiado para ver c¨®mo en Nueva Monta?a, su rinc¨®n en Cantabria, le dedicaban un campo. O para que la Familia Ol¨ªmpica le hiciera un homenaje que tanta gente le hab¨ªa negado. Sin comerlo ni beberlo, nunca un final de carrera tan prometedor como el suyo comenz¨® un declive tan acentuado. Desde 1992 s¨®lo entren¨® al Racing, Espanyol y Sevilla, y en los tres sitios sali¨® despedido. La ¨²ltima vez que dirigi¨® fue en 1998, con 58 a?os. Ya lleva 15 sin hacerlo. Tres lustros olvidado. Quiz¨¢s por eso, cuando un servidor le propuso estar presente en el acto de apoyo del 7 de septiembre a Madrid 2020 en la Puerta de Alcal¨¢, como homenaje paralelo a nuestros medallistas, Vicente se lament¨®. Le hac¨ªa ilusi¨®n estar, pero ese d¨ªa y a esa hora estar¨¢ en un curso de entrenadores en Gij¨®n. Que fue Oro le enorgullece y no le hace falta recordarlo. Pero lo que ¨¦l a?ora y en lo que a¨²n se esfuerza es en que nadie olvide que fue un gran t¨¦cnico con un solo rengl¨®n torcido.