La semilla de Stephens y Anderson
Cuando cubr¨ª como periodista mi primer Tour de Francia en 1992, me recuerdo mir¨¢ndolo todo boquiabierto en la salida de San Sebasti¨¢n. Yo ten¨ªa 21 a?os y muchos de aquellos corredores eran a¨²n supervivientes de la d¨¦cada de los 80, de esos tiempos en los que me enganch¨¦ al ciclismo con el Reynolds y el periquismo, o hab¨ªan sido protagonistas en mis carreras de chapas. En aquel pelot¨®n estaba el propio Perico Delgado, o tambi¨¦n avist¨¦ entre el p¨²blico a Marino Lejarreta con un collar¨ªn, secuela de una ca¨ªda que le dej¨® fuera del Tour. Y de repente descubr¨ª en el equipo Motorola a Steve Bauer y Phil Anderson, dos ciclistas que me llamaban la atenci¨®n por el cierto exotismo que supon¨ªa por entonces ser canadiense o australiano en el pelot¨®n profesional. Canad¨¢ y Australia ya han ganado grandes rondas, Ryder Hesjedal (Giro 2012) y Cadel Evans (Tour 2011), pero entonces a¨²n eran 'bichos raros'. En aquella salida hab¨ªa otros dos australianos, Neil Stephens y Stephen Hodge, de la ONCE.
Australia, que supo trasladar a la ruta su tradici¨®n del vel¨®dromo, tiene ahora incluso un equipo en el WorldTour: el Orica-GreenEdge, ganador de la crono de ayer. Neil Stephens es uno de sus directores. Neil ech¨® ra¨ªces en Euskadi, por lo que no es raro que entre sus auxiliares haya gente como Luis Mar¨ªa D¨ªaz de Otazu (su excompa?ero en la ONCE) o Gari Atxa (el conductor del famoso autob¨²s). Mientras que Phil Anderson, el primer australiano que visti¨® el maillot amarillo, es la inspiraci¨®n del nuevo l¨ªder Simon Gerrans.