'Touradas em Madrid'
El diablo sabe m¨¢s por viejo que por diablo. Yo soy viejo. Sigo a nuestra Selecci¨®n desde 1948 y viv¨ª con ilusi¨®n el Mundial de 1950. Entonces ganamos a Inglaterra y empatamos con Uruguay pero mereciendo la victoria. En ese momento ¨¦ramos los principales rivales de Brasil. Ten¨ªamos que enfrentarnos en Maracan¨¢ el 13 de julio de 1950. La prensa brasile?a, entonces como hoy, quiso animar a su torcida. Hab¨ªa que llenar el inmenso Maracan¨¢ y convertirlo en un infierno.
As¨ª, se public¨® en el diario Hoja Carioca: "Antes de que llegasen los espa?oles ten¨ªan los suecos contratado el hotel Palmeiras, en la monta?a del Corcovado, lugar de sosiego y de clima ideal para el reposo de los jugadores n¨®rdicos. Todo fue bien hasta la llegada de los espa?oles. El sosiego y el reposo desaparecieron repentinamente. De la ma?ana a la noche, incluso a las altas horas de la madrugada, sonaba siempre ruido de casta?uelas, y al calor de los gritos y de las canciones se organizaban aut¨¦nticas bataholas y ardientes fiestas donde antes todo era reposo, silencio y quietud". Sesenta y tres a?os m¨¢s tarde ?todo sigue igual? ?no les gusta descansar a los futbolistas espa?oles?
Por su parte, O Jornal dos Sports publicaba: "Mientras sus dem¨¢s compa?eros usan camisetas de media manga, Zarra lleva los brazos totalmente cubiertos como puede observarse en esta fotograf¨ªa. En los momentos de avance de su delantera, Zarra esconde las manos y es con ellas con las que conduce la pelota sin ser visto por el ¨¢rbitro, pues la manga, largu¨ªsima, se confunde con los pantalones. La atenci¨®n de los jueces debe estar atenta a estos avances del famoso Zarra". Los diarios cariocas repet¨ªan una y otra vez que los jugadores espa?oles eran violentos, sucios, terribles, incansables fabricantes de penaltis a base de patadones en el ¨¢rea.
En Diario de Noticias se escrib¨ªa: "Hay que convocar a todas nuestras fuerzas. Necesitamos m¨¢s que nunca de la afici¨®n. El juego ser¨¢ duro. Debemos jugar duro. Tenemos que estar preparados para cualquier estilo de juego, pues si perdemos, nuestros sue?os quedar¨¢n destruidos".
Y lleg¨® el Brasil-Espa?a. Aquel d¨ªa pareci¨® que todo R¨ªo estaba en el reci¨¦n construido estadio gritando "Brasil, Brasil". Hasta que comenz¨® el encuentro se palpaba el miedo en los grader¨ªos, miedo a la derrota, al desmoronamiento, a la tragedia. Pronto se transform¨® en euforia. Doscientas mil personas recibieron a nuestros jugadores cantando la copla 'Touradas em Madrid', compuesta en 1942 por Jo?o de Barro y Alberto Ribeiro y popularizada por la famosa Carmen Miranda, la de los pl¨¢tanos en la cabeza:
Eu fui ¨¤s touradas em Madri
Parar¨¢ tim bum, bum, bum,
Parar¨¢ tim bum, bum, bum.
E quase n?o volto mais aqui
Para ver Peri beijar Ceci
Parar¨¢ tim bum, bum, bum,
Parar¨¢ tim bum, bum, bum.
Eu conheci uma espanholanatural da Catalunha
Queria que eu tocasse
castanhola
E pegasse o touro ¨¤ una.
Caramba, caracoles,
sou do samba
N?o me amoles.
Pro Brasil eu vou fugir
Que ¨¦ isso ¨¦ conversa mole
para boi dormir
Parar¨¢ tim bum, bum, bum
Ol¨¦!
En aquel clima hostil fueron llegando los goles a la porter¨ªa de Ramallets. Casi doscientos mil torcedores cantaban y bailaban entonando la burlona canci¨®n y el canto se multiplicaba bajo la b¨®veda de hormig¨®n hasta hacerse ensordecedor.
El d¨ªa despu¨¦s se escribir¨ªa que los espa?oles perdieron con dignidad. No daban patadas en las tibias, ni fabricaban penaltis, ni Zarra se llevaba el bal¨®n con los brazos. Brasil se deslizaba alegremente hacia su triste maracanazo...