Para ser invencible, lo esencial no es vencer, sino luchar bien
¡°Soy el amo de mi destino, soy el capit¨¢n de mi alma¡±?(Invictus- Willian Ernest Henley).
Faltaban siete minutos para el final de la pr¨®rroga. Hac¨ªa calor, aunque las sombras del atardecer hab¨ªan cubierto el terreno de juego. Los jugadores lo estaban dando todo. Quer¨ªan ser campeones del mundo. Fue entonces cuando Joel Stransky, con el n¨²mero 10 en la espalda, agarr¨® el bal¨®n con decisi¨®n y lo pate¨® con fuerza consiguiendo el 'drop' definitivo que proclamar¨ªa campeones del mundo a los Springboks, la selecci¨®n nacional sudafricana de rugby.
Aquel s¨¢bado 24 de junio de, hace ahora, 18 a?os, la alegr¨ªa se desbord¨® por todo el pa¨ªs y se llev¨® por delante la nefasta pol¨ªtica del 'apartheid'. Mandela lo hab¨ªa conseguido. Negros y blancos encontraron en el deporte un punto de uni¨®n con el que superar un pasado lleno de odio y violencia y afrontar la construcci¨®n de un nuevo proyecto social.
Nelson Mandela ten¨ªa la certeza de que el deporte moviliza las emociones de la gente de una manera que ning¨²n pol¨ªtico puede siquiera acercarse y se vali¨® de su fuerza para ponerlo al servicio de su misi¨®n: Hacer de Sud¨¢frica el pa¨ªs de todos: blancos y negros.
Un siglo antes, el 23 de junio de 1894, en la Universidad de La Sorbona de Par¨ªs, otro de los grandes personajes de la historia del deporte moderno, Pierre de Coubertin, pon¨ªa en marcha el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional con el fin de recuperar los Juegos Ol¨ªmpicos y poner el deporte al servicio la construcci¨®n de un mundo mejor, m¨¢s pac¨ªfico, impulsando la educaci¨®n de la juventud, sin discriminaciones, con un esp¨ªritu ol¨ªmpico que implica comprensi¨®n mutua, amistad, solidaridad y juego limpio.
Desde ese a?o se celebra en todo el mundo el D¨ªa del Olimpismo que, desde 1914, a?o del comienzo de la primera guerra mundial, tiene como bandera los cinco aros entrelazados como s¨ªmbolo de fraternidad entre los pueblos.
Nelson Mandela y Pierre de Coubertin han sabido descubrir los valores que encierra el deporte y ponerlos al servicio de la persona para construir una sociedad m¨¢s justa y solidaria. Estos valores es necesario trabajarlos cada d¨ªa con los m¨¢s j¨®venes, ponerlos de manifiesto a trav¨¦s del comportamiento de los deportistas m¨¢s relevantes, trasmitirlos desde los medios de comunicaci¨®n, conscientes de que, como dec¨ªa Coubertin, ¡°lo esencial en la vida no es vencer sino luchar bien¡±.
Mandela se plante¨® lo siguiente: ¡°?Qu¨¦ es lo que m¨¢s les importa a los blancos? ?Su religi¨®n? ?Su Dios? S¨ª, pero tambi¨¦n el rugby. A ver si somos capaces de utilizar esa pasi¨®n para unificar el pa¨ªs¡±.
Utilizar la fuerza del deporte para transformar la sociedad; sus valores y principios para regenerar tantas situaciones de injusticia. ¡°Si el deporte no sirve para mejorar a las personas, para nada sirve¡±, manifestaba hace unos meses en la Universidad de Navarra el director de la Academia Ol¨ªmpica Espa?ola, Conrado Dur¨¢ntez.
Por suerte en el mundo del deporte hay muchas personas que comparten el esp¨ªritu de Coubertin y de Mandela y que trabajan diariamente para ponerlo al servicio de los dem¨¢s. En este 23 de junio me gustar¨ªa felicitarlos a todos y agradecerles su esfuerzo, su trabajo y su ilusi¨®n por intentar a trav¨¦s del deporte hacer un mundo mejor.
* Javier Trigo es director del Centro de Estudios Ol¨ªmpicos de la Universidad de Navarra
?