Que nos esp¨ªan es seguro, lo que pasa es que no sabemos qui¨¦n
Snowden abri¨® el camino. Edward Snowden ten¨ªa una bonita casa en Hawai e iba a casarse con Lindsay Mills. Todo era perfecto. Pero trabajaba como analista de la Agencia Nacional de Seguridad de los Estados Unidos y decidi¨® que antes de una vida f¨¢cil iba a denunciar que estamos vigilados. Todas nuestras llamadas, b¨²squedas por internet y nuestros correos son interceptados. A Snowden hay que reconocerle el valor de arruinar su vida a cambio de una certeza que los tristes juntaletras, comprobamos cada d¨ªa. Nos vigilan, gracias Edward.
Ni en el palco. Que estamos vigilados puede dar fe Sandro Rosell, que en un alarde de sinceridad le propuso a @pedroj_ramirez en el palco del Palacio de Deportes un pacto seg¨²n el cual la Liga de f¨²tbol se la quedaba el Bar?a y la de basket, el Madrid justo antes de comenzar la final de la ACB. El director de El Mundo lo tuite¨® y la noticia le sent¨® como un tiro a los detractores del presidente del Bar?a.
Papel mojado. No hace mucho los periodistas nos encontr¨¢bamos con las habituales reprimendas de los jefes de comunicaci¨®n de clubes, empresas o instituciones que nos recriminaban art¨ªculos que nuestros respectivos diarios publicaban y que, seg¨²n su opini¨®n, no eran favorables a sus intereses. Frases como ¡°?Vaya editorial hab¨¦is sacado!¡± O ¡°?C¨®mo pod¨¦is titular as¨ª?¡± Eran el pan nuestro de cada d¨ªa. Ahora la cosa ha cambiado. El diario es papel mojado.
¡°?Qu¨¦ has tuiteado?¡±. Ahora, cuando llegas a una rueda de prensa, los responsables de comunicaci¨®n de los clubes te preguntan por tus tuits. Ha llegado el momento en el que las Redes Sociales empiezan a tener, sorprendentemente, m¨¢s peso que lo que se publica en los medios tradicionales.
Espionaje a lo cutre. Y cuando te recriminan por lo que se publica en una cuenta personal, uno se pregunta como se habr¨¢n enterado, porque t¨² no tienes constancia que nadie de los que te afea la conducta te sigan en Twitter. Es cuando te das cuenta de que la mayor¨ªa de instituciones, presidentes y gabinetes de comunicaci¨®n tienen perfiles falsos e inactivos en la Red con nombres absurdos tipo @Charcuter¨ªasPelaez o justicieros varios que ni Snowden podr¨ªa detectar jam¨¢s.