Cuando ganar era un h¨¢bito
Lo primero que tengo que decir es que mis opiniones se emiten desde el pleistoceno y tienen ese valor. Yo creo que cuando la t¨¢ctica se ve arrollada por el ritmo, el partido se convierte en una lucha sin cuartel entre las individualidades. Y en esta lucha, las estrellas son determinantes, y en este ¨²ltimo partido, esas estrellas han perdido mucho brillo. Otro aspecto digno de se?alar es que a trav¨¦s de los a?os las defensas de zonas siguen siendo una ecuaci¨®n sin resolver por los entrenadores y, por ende, por los jugadores.Una inc¨®gnita que para m¨ª es un misterio inescrutable son las aut¨¦nticas razones que llevan a los entrenadores a escoger el cambio de jugadores, est¨¦n como est¨¦n en ese momento. Llego a pensar en que quien decide eso son los astros puntualmente obedecidos por ellos. Ayer, tras un portentoso primer cuarto de Tomic, cuando meti¨® sus catorce puntos, y en el cenit de su inspiraci¨®n fue cambiado y desaparecido para el resto, y yo he pensado que si llega a meter en ese periodo veinte puntos le rescinden el contrato. Pero claro, como esta filosof¨ªa tiene fuerza de ley entre todos los entrenadores, aqu¨ª no hay m¨¢s ignorante que yo, incapaz de relevar a un jugador que lo est¨¢ metiendo todo. A veces, simplemente incapaz de relevar a un jugador. Pero claro, era el pleistoceno.
El pr¨®ximo partido aun va a ser m¨¢s apasionante y yo creo y, sobre todo deseo, que el Real Madrid lo gane y que vuelvan los tiempos en los que vencer al Barcelona era un h¨¢bito y no como ahora, que es un hito.