Noblezas de un 'bar¨®n' y un marqu¨¦s

A Liedholm le llamaban El bar¨®n por ser un deportista sereno, humilde y justo, a la vez que tambi¨¦n ganador, condici¨®n que no es incompatible con las anteriores. En su etapa como jugador del Mil¨¢n, donde jug¨® m¨¢s de cuatrocientos partidos, jam¨¢s fue amonestado. Su ciclo como entrenador, donde consigui¨® tres scudetti, con Mil¨¢n, Roma y Fiorentina, tambi¨¦n estuvo marcado por el respeto al vestuario, al propio y al ajeno. Una trayectoria ganadora y ejemplar a la vez. Una trayectoria que encuentra su paralelismo en la carrera de Vicente del Bosque, tan temido como admirado por Italia y los italianos.

Si el Premio Liedholm ha sido otorgado este a?o a Del Bosque no es porque el seleccionador de Espa?a sea Campe¨®n del Mundo y de Europa, que tambi¨¦n, sino porque representa los valores del deporte m¨¢s all¨¢ de la victoria o la derrota. Los valores que defendi¨® Liedholm. Para Italia es un honor entregarle este premio a Del Bosque, verdugo de la azzurra en la ¨²ltima Eurocopa. Y para la memoria de Liedholm es un reconocimiento. Es la prueba de que hay valores que a¨²n est¨¢n por encima de un resultado. Y esos casos raros hay que ponderarlos. Nobleza obliga. La de un bar¨®n y la de un Marqu¨¦s.