Las dos etapas del presidente
La pasi¨®n que Berlusconi sent¨ªa por el f¨²tbol se fue perdiendo seg¨²n avanzaba en su carrera pol¨ªtica. Se distinguen dos etapas bien distintas en el Mil¨¢n de don Silvio. La primera, de ocho a?os de duraci¨®n, en la que el f¨²tbol ocupaba su tiempo y su mente. Fue entre 1986 y 1994. En ese per¨ªodo de ocho a?os, cuando a¨²n no hab¨ªa entrado en la pol¨ªtica, el Mil¨¢n de Berlusconi gan¨® diecis¨¦is t¨ªtulos, entre ellos tres Copas de Europa, dos Intercontinentales y cuatro Scudettos.
Despu¨¦s, Berlusconi cambi¨® los estadios por el Parlamento. En esta segunda situaci¨®n ha estado los ¨²ltimos dieciocho a?os, y en este per¨ªodo la cosecha del Mil¨¢n se ha reducido a once t¨ªtulos. Mucho menos ¨¦xito en muchos m¨¢s a?os. Y lo ¨²nico que cambi¨® fue su paso a la pol¨ªtica. Pero Berlusconi sigue siendo un enamorado del f¨²tbol, y sobre todo del Mil¨¢n. Su reacci¨®n tras el triste empate ante el Anderlecht no es distinta a la que tuvieron miles de aficionados en San Siro. Ni a la que tienen decenas de presidentes en los palcos de todo el mundo, tambi¨¦n en Espa?a, cuando su equipo no gana. El coraz¨®n de Berlusconi es el de cualquier aficionado, el de cualquier presidente.