Cada vez m¨¢s cerca del draft
Pero tampoco me extraña. En los últimos tiempos casi nada que tenga que ver con la NFL funciona muy bien. Propietarios y jugadores siguen discutiendo el lugar en el que sentarse a discutir, las novedades no llegan y lo que en un principio era un estado febril en el que todos estábamos ansiosos de novedades, se ha transformado en desidia y aburrimiento.
Y con ese aburrimiento nos acercamos a un draft absolutamente descafeinado. A falta de otro tema sobre el que hablar, el último mes y pico ha transcurrido, en casi todos los medios, con una sucesión interminable de artículos en los que se ha radiografiado, más que nunca, a todos lo aspirantes a salir elegidos en primera ronda. Un repaso repetitivo que se ha convertido en monótono.
El grave problema es que casi nadie tiene muy claras las necesidades reales de cada equipo. Draft y agencia libre se complementan. Los Jets de 2010 construyeron un gran bloque, que volvió a llevarles a la final de conferencia, vendiendo y comprando con muchísima habilidad. Los Patriots pusieron en el draft los cimientos de un equipo joven que rozó la sorpresa.
Ya que hablamos de los Patriots, supongo que estarán muy disgustados con su acumulación de elecciones altas para el draft 2011. En los últimos años se han movido con mucha habilidad, consiguiendo muchas rondas altas pero huyendo de los salarios altísimos de las primeras elecciones. Su capacidad para hacer intercambios y negociar con sus ‘pick’ ha sido la gran arma sobre la que han cimentado una reconstrucción permanente. Los fracasos han pasado casi desapercibidos (aunque algunos como el de Maroney no hay quien lo esconda), en su interminable renovación de plantilla. Este año no tendrán tan fácil moverse arriba y abajo en el draft.
He puesto los ejemplos de Jets y Patriots, pero están afectados todos los equipos… y todos los aficionados. A estas alturas, ningún forofo tiene demasiado claras las necesidades reales del conjunto de sus amores. Los grandes agujeros están claros, pero hay muchos jugadores con el contrato vencido, o a punto de terminar, que nadie sabe dónde recalarán. Eso dependerá de cómo transcurran las decisiones judiciales y las negociaciones.
La guerra entre jugadores y propietarios nos ha privado a los aficionados de una agencia libre que prometía ser apasionante y que es parte del espectáculo de la NFL. El día 28 de abril nos sentaremos frente al ordenador a seguir el draft con la sensación de que esta vez será, simplemente, un reparto de cromos.
La temporada de la NFL es mucho más que 17 jornadas de temporada regular y unos emocionantes playoffs. Todo el año transcurre en un ritual al que estamos acostumbrados y en el que vamos descubriendo, poco a poco, cómo se construyen los equipos. Y lo bonito es que, también cada año, la mayoría terminan pareciendo estupendos. Más tarde llega la dura realidad en algunos casos y las agradables sorpresas en otros. El parón ha destruido ese ritual y el daño comienza a ser irreparable a corto plazo.
Pase lo que pase, se juegue o no, la temporada 2011 volverá a demostrar un refrán que los protagonistas de esta historia no parecen conocer: si algo no está roto, no lo arregles.
Y mientras, Danny Ware y Ahmad Bradshaw desfilan como modelos. Solo les falta tocar la gaita. De algo hay que vivir.