Los jeques, la ilusi車n y las dudas
Ahora mismo Santander debe ser un mar de dudas e ilusi車n. Las mismas que envolvieron (y envuelven) M芍laga desde que el sheikh Abdullah bin Nasser Al-Thani comprase el club. Lo cierto es que Espa?a no est芍 acostumbrada a este tipo de apariciones marianas. Quiz芍 porque la figura m芍s parecida que ha tenido el f迆tbol espa?ol ha sido la de Piterman. Bien lo saben en Santander y Vitoria. En M芍laga es otra historia. De vivir en el alambre a gastar sin (relativo) pudor. De t谷cnicos y jugadores de saldo a Pellegrini, Baptista y Demichelis. Pero le ha costado al jeque Al-Thani quitarse la sombra de la duda acerca de su capacidad econ車mica. Porque el gran miedo que exist赤a en M芍laga, ciudad descre赤da y cainita, es que fuese un bluf estilo Portsmouth.
Su imagen qued車 enturbiada en los inicios por apartar a Fernando Sanz de la escena, por despedir a su directora general Yasmin Al Sahoud, por gastarse el dinero en jugadores menores... Eso y que la pelota no entraba. El tiempo, juez implacable pero justo, parece ponerle en su lugar. Al-Thani tuvo la gentileza de recibir a AS en su propio h芍bitat, en el coraz車n de Doha. En su cuartel general de Qatar, lejos de la imagen ostentosa de los Ferrari, convenci車 por su cercan赤a y por su mensaje. Con argumentos y promesas que poco a poco va cumpliendo. Pero, sobre todo, por el brillo infantil de sus ojos al hablar del M芍laga: "?Desde ni?o amo la Liga espa?ola y ahora soy parte de ella!". En M芍laga convence. Santander debe hacer su propio juicio. Pero nada volver芍 a ser igual.