El Mundial y la duda: ?Espa?a o La Roja?
Vamos tan conformes con este equipo que nada se discute en torno a ¨¦l. Pretendimos debatir sobre la porter¨ªa y una salida en falso de V¨ªctor lo fren¨® en seco; pretendimos debatir sobre si un delantero o dos y como los dos est¨¢n a medias se da por bueno empezar con uno; pretendimos debatir si extremos o tiqui-taca y el segundo gol a Corea mand¨® al limbo las dudas. Aquello de que cada espa?ol es un seleccionador, fecunda tradici¨®n de discusiones de bar, pas¨®. Todo el mundo quiere a este equipo, s¨®lo nos preocupa que se cure Iniesta y la m¨ªnima duda, Arbeloa o Capdevila para el lateral izquierdo, no desata controversia.
As¨ª pasa, que s¨®lo se discute el nombre. ?La Roja o Espa?a, La Roja o Selecci¨®n Espa?ola? Lo de La Roja fue una sugerencia de Luis Aragon¨¦s, en la idea de que esa expresi¨®n nos emparentar¨ªa con naciones que viven su selecci¨®n con m¨¢s cari?o y familiaridad que como la viv¨ªamos aqu¨ª hace poco. Pon¨ªa como imagen La Celeste, de Uruguay. Igual hubiera podido decir la Azzurra (Italia), Les Bleus (Francia) la Verdeamarelha (Brasil) o los All Blacks, que es como se conoce a los fornidos rugbymen de Nueva Zelanda. Pero La Roja choca, porque una tradici¨®n no se improvisa y tambi¨¦n porque suena, claro, a 'rojo'.
Durante tantos a?os algunos t¨¦rminos estuvieron tan malditos que cayeron en desuso hasta para los afines a la cosa. Por ejemplo, ya no hay comunistas, sino izquierda unida. No hay separatistas, sino soberanistas o independentistas. As¨ª que La Roja ten¨ªa que chocar por fuerza, dado que 'rojo' fue durante tanto tiempo palabra maldita. ?Por qu¨¦ no rojigualda? dec¨ªa alguien el otro d¨ªa en una radio. Pues porque viste de rojo, no de rojigualdo. S¨®lo el tiempo y el h¨¢bito decidir¨¢n si acaba instal¨¢ndose La Roja (como se instalaron 'gal¨¢cticos' y 'villarato', repudiados al principio) o seguir¨¢ siendo Selecci¨®n Espa?ola. Pero sin enfados.