Milito, dios en el templo de Di St¨¦fano
Milito ten¨ªa que ser. Y en el templo de Di St¨¦fano. En el Bernab¨¦u. ?l es el gol. Su oficio es el de goleador. Entra en la historia, que el Inter persegu¨ªa desde hace mucho tiempo. Marc¨® el 1-0 al Roma en la victoria que dio el t¨ªtulo de Copa de Italia al equipo nerazurro. Tambi¨¦n hizo el gol del 0-1 en Siena, que supuso el Scudetto. Anoche abri¨® el camino hacia la tercera Copa de Europa del Inter, ¨¦sa que tanto anhelaba Massimo Moratti, que remat¨® con un golazo tras recortar a Van Buyten dentro del ¨¢rea y rematar con precisi¨®n.
Argentino como Di St¨¦fano, sorprende que haya saltado a la escena internacional con 30 a?os, despu¨¦s de haber pasado por el Zaragoza y regresar a Italia con el Genoa, reci¨¦n ascendido. Pero su temporada en la squadra nerazzurra no ha podido ser mejor. M¨¢ximo artillero del equipo, por delante de Etoo, el fichaje estrella, le ha dado brillo al Inter y lustre a su carrera que, hasta llegar a Mil¨¢n, no estaba jalonada m¨¢s que por el Apertura que gan¨® con el Racing de Avellaneda en 2001.
Con una media de 20 goles por temporada, Diego Milito es un lujo para cualquier equipo y un terror para las defensas contrarias. En Italia, los tifosi tambi¨¦n saben que en un partido de Copa del Rey, en 2006, le hizo cuatro goles al Madrid en La Romareda. Un logro, pero menor que el de anoche en el Bernab¨¦u, en el templo de Di St¨¦fano, argentino como ¨¦l. Milito marc¨® los dos goles que valen el t¨ªtulo que ansiaba Moratti. Este Diego Milito merece el Bal¨®n de Oro.