Estar¨¢ con su amigo Saporta
Atrav¨¦s de Raimundo Saporta conoc¨ª personalmente a Juan Antonio Samaranch, de eso hace siglos. Desde entonces tuve el honor de mantener una amistad que, especialmente por su parte, evidenciaba cuando la oportunidad se presentaba. ?l fue quien personalmente me propuso al COI para ingresar en la Orden Ol¨ªmpica y ¨¦l fue personalmente quien me la impuso. Cuando le inform¨¦ de mi proyecto de crear una Fundaci¨®n para recuperar el patrimonio cultural mundial del baloncesto, no s¨®lo lo apoy¨® con entusiasmo sino que me financi¨® los primeros ordenadores. Y ¨¦l fue quien inaugur¨® el primer edificio que tuvimos en Alcobendas y la Biblioteca Samaranch, la m¨¢s importante del mundo del deporte.
Siempre nos hemos tratado de t¨², por exigencias suyas. Samaranch tuvo muchos amigos, pero uno muy especial era Saporta. ?ste me comentaba que estuviera donde estuviera por el mundo, todos los d¨ªas le llamaba para charlar con ¨¦l. Se deb¨ªan mucho el uno al otro. ?La que van a montar los dos en el cielo! De momento, la primera Olimpiada Celestial. Que me perdonen, pero no me gustar¨ªa asistir a ¨¦sta