Un nuevo embajador de la fantas¨ªa listo para la historia
El traspaso de Kak¨¢ simboliza las dos caras de la misma moneda. Por una parte, la tristeza y rabia de los aficionados del Mil¨¢n, que lo van a perder, y por la otra la alegr¨ªa y el entusiasmo que ha levantado su llegada al Madrid en todo el planeta blanco, desde Florentino hasta el ¨²ltimo de sus seguidores. En este traspaso la calidad futbol¨ªstica del jugador es importante, pero todav¨ªa lo es m¨¢s la ilusi¨®n y la posibilidad de so?ar que transmite. El brasile?o es un embajador del aspecto m¨¢s importante en el f¨²tbol de siempre, desde los tiempos de Di St¨¦fano hasta el f¨²tbol medi¨¢tico de hoy. Kak¨¢ lleva en la sonrisa la poes¨ªa, el arte, que son la gasolina indispensable para alimentar el motor del f¨²tbol. Kak¨¢ no s¨®lo es un gran futbolista, como todo el mundo puede saber viendo sus partidos, sino que es un gran profesional, un hombre serio, inteligente, que siempre ha sido querido por sus compa?eros y por su afici¨®n, desde Brasil hasta Mil¨¢n. Puede ser un ejemplo en el campo y fuera de ¨¦l, y si se queda seis a?os en el Madrid podr¨ªa llegar a ser el capit¨¢n del futuro porque, al contrario de Ibrahimovic, que siempre quiere cambiar de equipo aun ganando, el brasile?o tiene sentimientos y por eso, si hubiera sido por ¨¦l, no habr¨ªa dejado el Mil¨¢n.
Ahora ¨²nicamente falta su presentaci¨®n, la decisi¨®n sobre su n¨²mero de camiseta y la charla con el nuevo entrenador para encontrar su sitio ideal en el campo. Pero todo esto son detalles que est¨¢n al margen de una operaci¨®n perfecta en todos los aspectos. Kak¨¢ es una inversi¨®n de nuevos cimientos para lograr la tan querida D¨¦cima. M¨¢s all¨¢ de los fichajes de Figo, Ronaldo y del propio Zidane, Kak¨¢ es el s¨ªmbolo de una nueva ¨¦poca en el Madrid, o mejor, de la continuidad de la mejor ¨¦poca de Florentino. Kak¨¢ es la cr¨®nica de hoy, pero al mismo tiempo es la historia.Por esto, hay que darle las gracias a Florentino porque no pod¨ªa empezar mejor su nueva etapa al frente del club blanco. Tambi¨¦n desde Mil¨¢n lo aplaudimos con una admiraci¨®n enorme, como la nostalgia que ya todos sentimos por ¨¦l.