Lo malo de jugar los domingos
El Racing perpetr¨® en Montju?c su peor partido de la temporada y, aunque el descenso sigue a la misma distancia (seis puntos), la afici¨®n c¨¢ntabra ya no puede m¨¢s. Muchos piden la cabeza de Mu?iz y otros tantos el bigote de Pern¨ªa. No exagero. Su equipo no dispar¨® ayer a porter¨ªa y sucumbi¨® ante el colista. Y eso duele. Las cr¨ªticas populares, como en otras fechas cuando se ganaba, se centran en el juego. Un estilo rampl¨®n basado en la brega, la patada a seguir y la segunda jugada. Nada extra?o para un modesto, ?no?
Al finalizar el encuentro frente al Espanyol intent¨¦ ponerme en la piel del futbolista verdiblanco y tambi¨¦n en la del aficionado racinguista. Igual, as¨ª entend¨ªa tanta convulsi¨®n. Me convert¨ª por dos minutos en Munitis y otros dos m¨¢s en Revilla. Transformado en el primero, entend¨ª que las quejas del pueblo son desmedidas. Muchos se cambiar¨ªan por un Racing que ya roza la salvaci¨®n. Pensando como el segundo, me enfad¨¦ por la poca ambici¨®n mostrada en Barcelona. Sin embargo, pronto recuper¨¦ mi personalidad y encontr¨¦ otra lectura: lo peor para muchos es ver a sus equipos los domingos tras observar al Bar?a un d¨ªa antes. El paladar se refina y la exigencia se dispara.