La Liga da la raz車n a Abel
Convenientemente sacudida la pantalonera de Abel por su adscripci車n al g谷nero bomberil al idear lo que ide車 en Oporto, convengamos en que tiene raz車n en el resto. Cuando dice que calificar赤a su trabajo en el Aleti con un "muy bien", la cosa puede chirriar porque no estamos acostumbrados a que el personal se ande sin remilgos al hablar de s赤 mismo, lo que escuchamos es "son ustedes los que tienen que juzgar" y otras que caben en el mismo gui車n. Abel es m芍s partidario de la muy napole車nica sentencia "la modestia es la virtud de los d谷biles"; si piensa que lo est芍 haciendo de muerte, pues lo dice y se queda tan a gusto. En la Liga le acompa?an las cifras: siete puntos en el denominado Tourmalet, que debieron ser ocho, le sobr車 un minuto final en Sevilla, para vislumbrar una buena segunda vuelta en la que los rivales se quitar芍n puntos entre si.
Y da la impresi車n de que el equipo va adquiriendo un estilo que se asemeja al que ha impregnado la forma de jugar de nuestros colores desde siempre. El Aleti no era un equipo que jugaba al contragolpe; era un equipo que bordaba al contragolpe. Pero antes de salir con los Tres Pu?ales al socaire del rival, o con Peir車 y Collar, o con cualquiera de los campeones, dominaba los partidos al ataque. Despu谷s del gol, con espacios, era cuando las camisetas rojiblancas, m芍s precisas y m芍s verticales, empezaban a dar espect芍culo a la contra porque necesitaban menos toques que nadie para hacer da?o. Para las noches de desaliento tengo la grabaci車n del Aleti contra el Cagliari que me pas車 el archivero Pepe Navarro: es impresionante ver como G芍rate, Luis, Ufarte, Adelardo desde la media, los laterales, todos, encuentran la espalda italiana hasta hacerles tres. La misma intenci車n estamos viendo ahora, el Aleti va a por el partido y rota la red sigue busc芍ndola. Defiende mejor y m芍s arriba. El que se equivoc車 en Oporto es un buen entrenador. Y puede dibujar el escudo con los ojos cerrados.