?El Aleti ha vuelto?
Nueve d¨ªas m¨¢s. S¨®lo nueve d¨ªas m¨¢s. Lo mismo del domingo pasado nueve d¨ªas m¨¢s y se van al hoyo el Madrid, el Oporto y el Villarreal, convenientemente enterrados por un sepulturero muy gracioso con traje de rayas, para servirles. Con lo del otro d¨ªa, imagino, acabar¨¢ el desagradable tuli tuli ese de ir contra nosotros mismos cuando la blanquez amenaza, ese cochambroso deseo de preferir que nos gane el Barsa, ese pasaporte a la mediocridad. Igualito que la alegr¨ªa de todo el estadio cantando el himno al comp¨¢s por el alborozo de una victoria a nuestro estilo. Igualito. Lo suyo es que el once atl¨¦tico mantenga en Chamart¨ªn la osad¨ªa campeona que mostr¨® la otra tarde. Es la manera de quitarse el canguelo que le sobreviene en los ¨²ltimos a?os, inexplicable para quienes hemos vivido tantas victorias sobre el rival eterno.
Inexplicable para Abel que les ha ganado en su campo por cuatro, por tres y por dos, par¨¢ndole un penalti a Michel en aquella tarde en la que subimos a Neptuno utilizando como peana la chepa del Madrid. Pues el m¨ªster sabe como hacerlo porque lo ha hecho, los futbolistas no tienen m¨¢s que creerle y aplicarse. Tal como Forl¨¢n, diez metros m¨¢s atr¨¢s para juntar personal en la media, amargar la salida de Tour¨¦ Yay¨¢ y llegar al gol tantas veces como cuando juega arriba esper¨¢ndola. Tal como Assun?ao, aplicado en su defensa sobre Chavi para aniquilar la creaci¨®n del enemigo. Esos ajustes t¨¢cticos, otro muy especial que se atornilla a la altura del coraz¨®n (y del escudo) y a la pelea que el Aleti ha vuelto.