El Gato afila las u?as, ya est¨¢ aqu¨ª Abel
Le bendijo Luis Aragon¨¦s: "Este ser¨¢ un buen entrenador. De todos estos, para el banquillo Abel es el m¨¢s listo". Dicho lo cual, dej¨® pasar un tiempecillo y gan¨® la Copa de Europa (es curioso, los dos t¨¦cnicos que han levantado la de Europa con la selecci¨®n, ganaron antes los t¨ªtulos internacionales m¨¢s importantes del Atl¨¦tico de Madrid: con Luis campeones del Mundo y de la Recopa con el malogrado Pepe Villalonga. Es que el Aleti, por Espa?a es capaz de cualquier cosa. Estad¨ªstica, pero caliente). Abel Resino tiene aparte de la viveza que le acompa?a de nacimiento, Velada, Toledo, un par de caracter¨ªsticas que el personal seguramente ignora: s¨®lo entiende el f¨²tbol desde el atrevimiento y conf¨ªa en ¨¦l mismo como lo hacen los grandes, de una manera excesiva (igualito que el chaval¨ªn aquel que brincaba en Tenerife, donde estaba con el cadete del Aleti ganando un torneo, cuando Abel le par¨® el penalti a Michel para alisar el paseo a Neptuno. El chaval¨ªn, un tal Ra¨²l). Por el primero de esos rasgos, Abel mueve a sus equipos lejos del propio marco e intenta que sus futbolistas no la pierdan: buen gusto, en castellano corto.
Por el segundo, la fe infinita en sus fuerzas, jug¨® en el Aleti tras dejar su rinc¨®n del banquillo pelao de tanto sentarse. Pero el d¨ªa que atrap¨® el 1 lo peg¨® a su espalda y ahora est¨¢ en la historia y el club con ¨¦l: 14 partidos con la puerta a cero. Que se utiliza su sello rojiblanco como paraguas es evidente. Llega por eso y lo sabe. Pero, cuidad¨ªn, este no es un piernas, este Gato ara?a. A todo eso, le a?ado una petici¨®n a Abelino, un ruego de amigo a amigo: que llene el vestuario de sentido colchonero y al que no alcance ese amor y se quiera m¨¢s a si mismo que al escudo: puerta. Y eso vale para todos.