Cr車nica de un desastre anunciado
Lo peor no es que todos los jugadores a la vez se hayan hecho marxistas grouchianos y hayan llegado a la vez al l赤mite de su incompetencia; lo malo malo es que por dentro nos lo camel芍bamos. Lo que es la experiencia; vivirlo antes tantas veces nos ha dejado una herida abierta que ni quince partidos seguidos sin perder son capaces de cerrar. Estamos esperando que pase y pasa: s車lo se necesita una semana de vacaciones. Siete d赤as sin f迆tbol y deja la tropa que se evapore toda la alegr赤a que se hab赤a conseguido en meses de esfuerzo, la pe?a vuelve al desencanto, el "grupo" (as赤 lo llaman ahora) a las frases hechas, la mediocridad a reinar. Melancol赤a. Mal humor.
Podr赤a devanarme la sesera buscando el por qu谷 hay un Heitinga antes de su torsi車n de rodilla y otro a la vuelta de su lesi車n. Me parece que cojea, pero quiz芍s sea su correr. El caso es que ni tiene que ver con el de Holanda ni con el de principio de temporada. Podr赤a bucear en los arcanos de Ujfalusi para saber si en juveniles se le ocurri車 alguna vez ponerse a driblar siendo el 迆ltimo. En Florencia no lo intent車, hubiera terminado en la misma plaza en la que ajusticiaron a Savonarola. Podr赤a elaborar teor赤as que expliquen la raz車n de que nos cojan la espalda por los laterales aunque en el caso de Seitaridis me costar赤a un imperio dilucidar por qu谷 en Grecia s赤 y aqu赤 no; la raz車n de que al tipo que mejor saca las faltas del reino se le queden cortos los c車rners o la de que a un paisano suyo que va por el medio se le vaya la olla de tanto en tanto, justificando as赤 que no se le renueve, no por dos a?os sino por cinco minutos. Podr赤a ahondar en el desfallecimiento de los delanteros y en el evidente del t谷cnico.
En todas las incapacidades que nos tienen como nos tienen. Pero no me da la gana torturarme m芍s, bastante tengo con la amargura de la nochecita que va despu谷s de cada derrota. Que los futbolistas ser芍n de Groucho Marx pero yo me niego a hacer bueno lo que dijo ese genio: "No ser赤a de un club que me admitiera como socio". Yo soy del Aleti, un club del que soy socio, y no se me olvida la Historia: tener como objetivo ser los cuartos es no entender nada de lo que significa.