El equipo, en deuda con la afici¨®n

A la hora de buscar razones para justificar el cumplimiento de los objetivos la presente temporada, no le encuentro otra m¨¢s razonada que la de suplir la deuda que este equipo tiene contra¨ªda con su fiel afici¨®n desde hace m¨¢s de una d¨¦cada. Hay que reconocer que en la ¨¦poca en la que me hice atl¨¦tico de por vida, d¨¦cada de los setenta, era relativamente f¨¢cil serlo. Gan¨¢bamos Ligas con relativa facilidad, figur¨¢bamos entre los mejores equipos de Europa y cosech¨¢bamos, incluso, Copas Intercontinentales. As¨ª, recon¨®zcanlo, que no era demasiado complicado aglutinar filas entre j¨®venes, como era yo por entonces, con necesidad de referentes de ilusi¨®n asociados a un equipo ganador. En los noventa, tras el fogonazo del doblete, entramos en el oscurantismo, y es ah¨ª, al igual que el resto de masa social de este club, cuando me hice a¨²n m¨¢s atl¨¦tico.

Cuando la entidad m¨¢s lo necesit¨®, la afici¨®n estuvo al lado del equipo. Lo ha estado en los peores momentos, por eso, esta entidad tiene una deuda que saldar con las decenas de miles de aficionados que siempre han estado ah¨ª. Si para la econom¨ªa del club es importante jugar la Liga de Campeones contra los colosos de Europa, m¨¢s importante es dar una alegr¨ªa a los abnegados y sufridos seguidores atl¨¦ticos. Ante el Betis se celebra el D¨ªa de las Pe?as. Se presenta una inmejorable ocasi¨®n para vaciarse y dar otro paso adelante hacia la Champions. El equipo tiene que hacerlo por una afici¨®n que se lo merece todo.