La soluci車n no es parar el f迆tbol
La insurrecci車n de los ultras contra la Polic赤a y el Estado italianos se manifest車 tras la muerte de Sandri y dej車 en evidencia las medidas que se tomaron tras la del agente Filippo Raciti en el derbi del sur entre el Catania y el Palermo el 2 de febrero pasado. Curiosamente, ninguno de los dos 迆ltimos muertos atribuidos al calcio fallecieron dentro de un estadio. Porque puede que el problema no est谷 en los campos, sino en las calles. Puede que se utilice el f迆tbol para tapar los des車rdenes que provocan descontentos m芍s profundos, los de orden social. Puede en definitiva que el Gobierno, los dirigentes, la Prensa... todos en general estemos tranquilos con la t芍ctica del avestruz, metiendo la cabeza bajo tierra y los muertos en el caj車n del f迆tbol.
Otras pruebas que sirven para defender esta teor赤a son que precisamente los incidentes m芍s graves del domingo se produjeron en Roma, una ciudad en la que no hubo f迆tbol. En B谷rgamo, es cierto, los ultras aprovecharon la muerte del joven Sandri para amenazar a los jugadores con des車rdenes si segu赤an jugando. Pero lo peor fue en Roma, donde no rod車 el bal車n. En cuanto a las medidas tomadas por el Gobierno, no parece que parar el f迆tbol profesional sea lo m芍s efectivo. Esta misma temporada los aficionados del Mil芍n no pudieron viajar a G谷nova porque los radicales del Genoa amenazaron con vendetta por la muerte de uno de sus seguidores ante los rossoneri... ?hace 12 a?os! El odio se alimenta s車lo, no lo alimenta el f迆tbol.