Fabricando sus propios destinos
Ten¨ªa apellido de delantero centro prusiano pero era poeta: Rilke. Y escribi¨®: "Espera a cada hombre su muerte exacta". ?l mismo, padre del romanticismo germ¨¢nico, la tuvo: muri¨® del pinchazo infectado de una rosa que cort¨® para su amada. El Aleti palm¨® en el Bernab¨¦u a la manera conocida, cerca del final por el desv¨ªo de un jugador propio. No estuvo mal el equipo. Ni tampoco de romper. Viaja la muchachada a Novi Sad. Firmemos un tr¨¢mite y volvamos con salud.
O¨ª a Luis Aragon¨¦s el otro d¨ªa decir que para ganar una liga hay que querer ganarla. Tiene raz¨®n el 8. El aficionado del Aleti que sepa lo que es el Aleti debe exigir a los que juegan y dirigen que quieran ganarla. Viene el Mallorca al Calder¨®n. Termin¨® bien, no ha perdido en la pretemporada, ha empezado fen¨®meno. Cabe romperles por las bandas, pocos equipos del mundo tienen tanto poder por los costados como el nuestro. Juego abierto, el eterno secreto del f¨²tbol.
Ha muerto Umbral exactamente: dict¨¢ndole un art¨ªculo a su mujer, Espa?a. Alguna vez dijo que de ser, ser del Aleti.
Parece que se va Luccin, un buen futbolista. Parece que llega Motta, un buen futbolista. Debiera venir M¨¢rquez. O su gemelo. Y salir jugando desde atr¨¢s.
Pero todo eso da igual. Nada importa nada. Sobre el campo, qu¨¦ exactitud, cay¨® el futbolista; el alma de esta liga es de plomo hasta el final. El coraz¨®n roto de Antonio Puerta nos ha roto el coraz¨®n. Por su estela galopadora y elegante, camina el f¨²tbol junto gracias a ¨¦l. Hace mucho que nadie hac¨ªa tanto por la concordia de un deporte que naci¨® para unir. Gracias, zurdo. El Aleti y todos los dem¨¢s, por ti, jugamos en casa y nuestra casa es Sevilla.