Contra el 'Barsa' lo que no queremos es bostezar
Hemos quedado donde siempre para latir al comp¨¢s. Queremos que nuestro coraz¨®n se desboque de emociones. Todas buenas. Desparrame de endorfinas al cielo de Madrid que ve a su equipo, al cabal, al suyo de verdad, dibujar otra noche perfecta de las que antes tan a menudo le regalaba. O emocionarse por la generosidad de un once que no se raja cuando el contrario, grande el contrario, aprieta. O sea, que contra el Barsa y contra cualquier otro, lo que no queremos los colchoneros es bostezar. El bostezo es tambi¨¦n una manifestaci¨®n de melancol¨ªa. Aburrimiento y melancol¨ªa: todo lo contrario de lo que somos. Alegr¨ªa, que sale el Aleti al campo. Ser¨¢ bueno no perderse el minuto anterior al comienzo del partido porque si la emoci¨®n del juego es probable, la de ver a los cuatro jabatos rojiblancos de la Espa?a campeona Sub-17 en la mitad del Calder¨®n, est¨¢ asegurada. De Gea, Sergio Rodr¨ªguez, Atienza y Camacho. De ning¨²n otro club hubo tantos en el combinado. Y aportaron un estilo ganador, re?ido con la derrota, firme. El nuestro de siempre.
Atienza y Sergio hicieron de la zaga una roca que nunca se quebr¨®. Si alguna vez la persistencia del adversario sobrepas¨® su l¨ªnea, surgi¨® de la meta una figura agigantada, con la templanza de Rodri, la luminosidad de Marcel Domingo, la decisi¨®n de Reina, la categor¨ªa de Pepe Navarro y el no se qu¨¦ de Miguel Sanrom¨¢n. Los cinco en uno: David de Gea. Arriba y abajo, en el saque, el disparo lejano, la acci¨®n terminal uno contra uno, el control tranquilo cuando todo era nervio disparado. David de Gea se plant¨® frente al belga que chutaba en su campo el ¨²ltimo penalti de la serie. Si lo deten¨ªa, Espa?a estar¨ªa en la final. Ante su chut, all¨ª para el momento y para toda la vida, el portero del Aleti juvenil con el escudo espa?ol, hizo de la apuesta ¨¦xito y gan¨® el bal¨®n. Antes de que De Gea congelara el coraz¨®n belga, el capit¨¢n de Espa?a se fue a los once metros para ganar. Pero el que iba a disparar, no olviden su nombre, est¨¢ labrado en la adversidad, tiene temple de almog¨¢var aragon¨¦s y coraz¨®n atl¨¦tico por enamoramiento: Ignacio Camacho. Antes del golpeo, pudo pasar por su lado la estela de su padre futbolista, o de su hermano Juanjo, que tambi¨¦n levant¨® esa copa y hoy pide paso para un Huesca que hace historia, o de su hermano Borja, un sabio del bal¨®n al que la vida llev¨® por el lado m¨¢s culto del deporte y siempre sonr¨ªe. Pasara lo que pasara junto a ¨¦l, lo que pas¨® fue bueno pues medio segundo despu¨¦s de pegarle al bal¨®n, Espa?a pod¨ªa ser finalista del Campeonato de Europa. De Gea y Camacho, Sergio Rodr¨ªguez y Atienza, cantera atl¨¦tica, campeones de Europa, pisar¨¢n hoy el campo que les espera. Su sue?o es nuestra ilusi¨®n.