As¨ª les birl¨¦ un jugador a los Harlem Globetrotters
En el a?o 1960 viaj¨¦ con el periodista Carlos Pardo a Estados Unidos para intentar fichar alg¨²n jugador para el Real Madrid. El presidente del Philadelphia Warriors, Eddie Gottlieb, nos invit¨® a asistir a un homenaje de la NBA al gran Bob Cousy, a quien impuse la insignia de oro y brillantes del Real Madrid. Cousy la acept¨® complacido, sin saber qui¨¦n era el Real Madrid e intuyo que tampoco d¨®nde estaba Espa?a. Charlando con el presidente Gottlieb nos dijo que hab¨ªa un jugador muy bueno que no pod¨ªa jugar en la NBA por la reglamentaci¨®n entonces vigente y que jugar¨ªa durante un a?o en los Harlem Globetrotters. Le ped¨ª su tel¨¦fono y concert¨¦ una cita con aquel jugador del que hablaban tan bien.
Alos pocos d¨ªas don Santiago Bernab¨¦u recibi¨® una carta del due?o de los Globetrotters, el se?or Abe Saperstein protestando por el 'robo' de un jugador suyo y amenazando con denunciarme si volv¨ªa a pisar los Estados Unidos. Wayne Hightower (en la imagen junto a Ferr¨¢ndiz) caus¨® sensaci¨®n en Espa?a y Europa, pero su inadaptaci¨®n a nuestro modo de vida le empuj¨® a volver a su pa¨ªs, donde tengo entendido que su forma de ser le caus¨® problemas en su carrera. Se march¨® tras hacernos campeones de Liga y Copa en la 1961-62 y ofreciendo una exhibici¨®n en Par¨ªs, donde anot¨® 55 puntos en un amistoso contra el Racing de Par¨ªs. La televisi¨®n francesa estuvo pasando durante tres meses seguidos aquel encuentro.
Con el tiempo, me hice buen amigo de Saperstein, hasta el punto de invitarme a pescar en su barco, ofrecimiento que no tuve tiempo de concretar. Hightower era un todoterreno muy polivalente que encestaba desde cualquier distancia, tanto de cerca como de lejos del aro. Superaba los dos metros de estatura y era delgado y flexible como un junco. Pose¨ªa unas grand¨ªsimas condiciones atl¨¦ticas a las que sumaba su inteligencia en la cancha. Lo estropeaba su car¨¢cter introvertido. Adem¨¢s, a su esposa tampoco le gust¨® mucho la experiencia europea. Y esta es la historia de c¨®mo les birle un jugador a los Harlem Globetrotters.