?Qu¨¦ feliz estoy de ser del Aleti!
Por qu¨¦ ser del Atl¨¦tico de Madrid pudiendo ser del Real Madrid? Eso es como elegir ser pobre en lugar de rico", dijo Santiago Bernab¨¦u con cierta gracia y abundante desconocimiento del lado noble del alma. El Athletic Club de Madrid naci¨® en la m¨¢s aristocr¨¢tica de las cunas y se desclas¨® a voluntad propia para convertirse en el equipo del pueblo, lanzado al triunfo que mil veces consigui¨® por el camino m¨¢s dif¨ªcil. Apasionante. Frente a esa elecci¨®n libre y caballeresca, cabe la contraria: hacerse con las estructuras federativas y si el zaguero adversario protesta al linier un gol ilegal, la sanci¨®n es ?cerrar el campo del rival para el partido de vuelta!
Eso sucedi¨® en una eliminatoria del Campeonato Regional ante el Madrid y al Aleti le clausuraron el Metropolitano. Fue en los a?os veinte y hoy, la foto en sepia parece una caricatura grotesca, pero no s¨¦ si es m¨¢s chusca que la carrera de Daud¨¦n Ib¨¢?ez con su asistente hacia el centro del campo y el frenazo seco del tal Cote a la orden de Iv¨¢n Helguera "levante ust¨¦ esa bandera, hombre de Dios, no ve que es gol del Aleti y ya van dos en veinte minutos", "se?or, s¨ª, se?or". El l¨ªnea de la otra banda reclama su parte y autoriza una manifestaci¨®n en el ¨¢rea local en la que participan cinco jugadores del Madrid, tres n¨²meros de la Cruz Roja, dos n¨²meros y una n¨²mera, seis fot¨®grafos, un recogepelotas infiltrado, un par de c¨¢maras de la televisi¨®n japonesa y el ectoplasma de Monjard¨ªn. Todos en fuera de juego. Siga, siga.
Una centella negra adelanta al ¨¢rbitro que se siente como el Coyote ante Correcaminos; la centella negra pasa silbando al lado de Guti y se lleva la pelota, Guti le arrea un viaje de color amarillo (m¨¢s la suela a Jurado, chau) y se lanza al suelo, la cara entre las manos seg¨²n el modelo orejuelabuy¨ªstico. Daud¨¦n pita falta contra el Aleti y sanciona a Perea por exceso de velocidad. Clemente Villaverde presentar¨¢ recurso esta semana para que no le quiten dos puntos del carn¨¦. Est¨¢ dif¨ªcil. Cannavaro, expulsado cuando las trompetas empezaron a sonar en el Valle de Josafat anunciando el Juicio Final, tarda un par de minutos en despedirse del se?or colegiado, gracias amigo, ya sabe, en Tur¨ªn tiene su casa para lo que quiera, y usted en Teruel, saludos a su se?ora, mis respetos a la suya de usted, adi¨®s, adi¨®s, y a?ade lo suyo al cuarto de hora de par¨®n que se ha robado a la segunda parte. Muy italiano todo. El auxiliar enciende el electr¨®nico y a?ade ?tres minutos! A Neptuno le da la risa floja y est¨¢ a punto de ahogarse, le salva el doctor Villal¨®n con un gotero de agua marina, mientras los jugadores atl¨¦ticos lanzan las botas contra el televisor del vestuario.
Un ni?o sale del estadio, aprieta la mano de su padre, le mira, estira su camiseta roja y blanca bajo el chaquet¨®n y dice: "pap¨¢, qu¨¦ contento estoy de ser del Aleti".