Cultivando gente atl¨¦tica
Estuve en un colegio dando una charla junto a un madridista que dice que es del Oviedo. Pasa bastante eso. Se tapan pero son del Madrid. Sobre todo si curran en la prensa o en la pol¨ªtica. Y al rev¨¦s: millones de personas de esos doce que seg¨²n los encuestadores rezan al blanco aseguran ser de ese equipo por inercia, por contestar algo, porque de alg¨²n equipo hay que ser o por sentirse acompa?ados. Sin saber, el lunes como quedaron sus colores el domingo. Eso sucede con unos cuantos millones, repito; desapasionados observadores que tienden al equipo que m¨¢s ha ganado sin conjugar jam¨¢s el verbo seguir: no son seguidores. El Barcelona tiene en Catalu?a alg¨²n mill¨®n de esos tambi¨¦n. En una categor¨ªa distinta vamos nosotros: sin observadores, s¨®lo seguidores. Menos pero m¨¢s. S¨®lo con militantes hacemos en n¨²mero el tercer club de Espa?a. Y la primera sociedad an¨®nima deportiva, algo bastante tocanarices lo de ser SAD pues privilegia a los que no tuvieron esa obligaci¨®n. Los cuatro exentos de transformarse se salvaron de los sobresaltos de primera hora, las angustias de muchos para llegar antes de aquella medianoche, y tantos crujidos posteriores. Mientras, en la caja de algunos exentos (alguno: m¨¢s de uno) crec¨ªan agujeros por los que hubiera cabido no una transformaci¨®n en sociedad an¨®nima sino dos a la vez.
Da para mucho este asunto pero hoy me importa m¨¢s contar que muchos ni?os de ese colegio de la primera l¨ªnea eran atl¨¦ticos, que lo son con un orgullo emocionante, que fue un honor salir del gui¨®n y hablarles algo del Aleti de siempre y sentir de nuevo que otros se acercan por amor a lo dif¨ªcil para ser militantes de las rayas rojas y blancas. Muchas preguntas hicieron y nadie se qued¨® sin respuesta para saber que el Atl¨¦tico de Madrid es m¨¢s, mucho m¨¢s, que todos los que lo han dirigido, lo han entrenado o han jugado con su camiseta. Y not¨¦ que si les cuentas todo eso a los que se est¨¢n acercando, al acabar de escuchar est¨¢n m¨¢s pr¨®ximos. Ahora que me distancio de mi antiguo trabajo, tiempo para el tiempo, voy a ver c¨®mo me las arreglo para hacer unos bolos por ah¨ª, espigando gente atl¨¦tica. Aunque sea acompa?ado por un madridista que dice que es del Oviedo.