Newey revela el c¨®digo draconiano de Dennis en Woking

Imag¨ªnense por un momento que usted es un esp¨ªritu libre con una cabeza creativa. Y comienza a trabajar en un lugar donde su jefe mide al mil¨ªmetro cualquier acci¨®n de sus trabajadores en su af¨¢n por obtener la m¨¢xima rentabilidad posible.

"Se sabe que el color favorito de Ron Dennis es el gris. Todo en la f¨¢brica de McLaren era gris, excepto mi oficina.?La oficina ten¨ªa un techo de caoba oscuro, un escritorio negro, marcos de ventana negros y una silla de color marr¨®n oscuro. Trabajaba como un loco hasta la medianoche todos los d¨ªas y era un lugar muy deprimente cuando me iba a casa", confiesa el ingeniero nacido en?Stratford-upon-Avon.

Un estado de ¨¢nimo que el actual director t¨¦cnico de Red Bull soport¨® hasta mitad de temporada: "Cuando sal¨ª para el Gran Premio de Hungr¨ªa el jueves por la ma?ana, le ped¨ª al gerente de la f¨¢brica que hiciera mi lugar de trabajo un poco m¨¢s afable y le pusiera un poco de pintura azul. Cuando regres¨¦ era mucho m¨¢s acogedor. Entonces vino esa noche Ron Dennis para ver c¨®mo estaba progresando. Cuando se par¨® en la puerta, dej¨® de respirar y se puso completamente rojo. Finalmente se puso de puntillas y se fue, sin decir una palabra. Condujo a casa con su esposa Lisa alterado por completo".

Contrario a sus expectativas, Adrian Newey no tuvo que redise?ar su oficina pese a las estrictas exigencias de Dennis, algo que demuestra que uno de los 'gur¨²s' de la aerodin¨¢mica ya gozaba de cierto prestigio en la F¨®rmula 1: "Era oblicuo. Si mi puerta estaba abierta al exterior, ten¨ªa la impresi¨®n de que se iluminaba una fotograf¨ªa a color dentro de otra en blanco y negro. Porque todo estaba en blanco y negro".

Por ¨²ltimo, el brit¨¢nico de 59 a?os rememora los inconvenientes que ten¨ªa para acceder r¨¢pidamente a su lugar de trabajo cuando se inaugur¨® el McLaren Technology Center en 2004: "Al principio, ni siquiera se permit¨ªa tener botellas de agua en tu lugar de trabajo. Solamente cuando Dennis se enfrent¨® a las amenazas de la ley laboral, tuvo que ceder. Pero el caf¨¦ o el t¨¦ siguieron estando prohibidos. Adem¨¢s, s¨®lo permit¨ªa una foto personal en el escritorio, y ten¨ªas que guardarla cuando te ibas para casa. Era un ambiente muy controlado. Entrabas a trav¨¦s de unos largos corredores blancos y tardabas un tiempo en llegar al trabajo. Un d¨ªa decid¨ª realizar otra ruta por el c¨¦sped del aparcamiento. Recib¨ª una advertencia por correo electr¨®nico de que una investigaci¨®n interna se iniciar¨ªa si no realizaba la ruta prevista para llegar a mi oficina".