Mi amigo ?ngel, el del cielo

Parece que fue ayer. Estamos hablando de hace m¨¢s de 55 a?os. Un cr¨ªo que ni pasaba de los doce a?os se acerc¨® a mi, entonces, concesionario de Derbi. Todas las tardes dejaba sus dedos en los cristales de la exposici¨®n. Tanta fue su insistencia que le pregunt¨¦: ¡°?Te gustan las motos?¡±. La repuesta fue inmediata. Parec¨ªa que la estaba esperando: ¡°Quiero ser corredor de motos¡±, me contest¨®. ¡°Como usted¡±.

Me hizo tanta gracia que le dije: ¡°Puedes trabajar con nosotros¡±. No lo dud¨®. ¡°?Cu¨¢ndo empiezo?¡±, me contest¨®.

Este fue el inicio de m¨¢s de cincuenta y seis ¡ª?o siete?¡ª a?os de una amistad que perdur¨® hasta nuestros d¨ªas. Con su pros y sus contras. Porque tengo que reconocer que he sido el mayor cr¨ªtico que ha tenido mi amigo, nuestro grande, en los treinta a?os a?os que ejerc¨ª como responsable del motor en este diario, AS.

Hoy estoy desolado. Todav¨ªa no puedo creer que ya no est¨¦ entre nosotros. ¡°?Se nos va, Ra¨²l!¡±, le dije a mi amigo y sin embargo compa?ero, Romojaro. No paraba de darme ¨¢nimos, pero cuando estaba a bordo del avi¨®n que me tra¨ªa a Ibiza me tem¨ªa lo peor. Las informaciones y las llamadas de tel¨¦fono lo presagiaban. Al llegar a Ibiza, m¨¢s de lo mismo. Despu¨¦s, cuando llegaron los m¨¦dicos de Barcelona, se confirm¨® la noticia: Nieto ha muerto.

Las l¨¢grimas inundaron mis mejillas ¡ªsoy de l¨¢grima f¨¢cil¡ª. Incluso la tensi¨®n se me fue por las nubes. Hasta el punto de tener que ser ingresado en urgencias.

Se hab¨ªa muerto un campe¨®n, el mayor de todos los tiempos del deporte motociclista espa?ol. El hombre que marc¨® la base de lo que hoy es el motociclismo. El precursor de los M¨¢rquez, Lorenzo, Aspar, y todos estos mundialistas que tenemos en nuestro elenco deportivo. Pero, al mismo tiempo, he perdido a mi mejor amigo. Al hombre que me dio las mayores satisfacciones deportivas como deportista y como persona. Me piden que diga m¨¢s, que hable m¨¢s de este ¨ªdolo y gran persona. Lo har¨¦. Y muy pronto. Tengo un libro escrito desde hace cuatro a?os que todav¨ªa no ha visto la luz. No quiero aprovechar el momento. Solo contar an¨¦cdotas de su buen hacer como deportista.

Como testigo en vivo y en directo de la consecuci¨®n de sus trece t¨ªtulos mundiales ¡ªperd¨®n, doce m¨¢s uno, como le gustaba decir a ¨¦l, por ser uno de los m¨¢s grandes supersticiosos que he conocido¡ª, recuerdo el primero. Aquel once de septiembre de 1969, cuando en el circuito de Opatija (Yugoslavia) consegu¨ªa ganar la primera corona mundialista en la historia de este deporte. Despu¨¦s, intent¨® ayudar con su presencia en la linea de salida a Santiago Herrero, que tambi¨¦n se jugaba en la ¨²ltima carrera de la temporada el titulo de 250cc. As¨ª era ?ngel. Minutos antes triunfador y luego soporte para uno que fue muy grande y que el circuito de la Isla del Man se lo llev¨® al circuito de los cielos. Ahora estar¨¢n nuevamente juntos en este Gran Premio del Cielo, donde ya est¨¢n participando otros grandes de este deporte. Descanse en Paz mi amigo, mi hermano, mi piloto.