Qu¨¦ se puede esperar de Alonso y Sainz en Montreal
Es un circuito en el que la potencia es decisiva y tambi¨¦n el consumo y en ese aspecto los dos coches de los espa?oles tienen un d¨¦ficit importante.
Motivaci¨®n. Palabra esencial en la vida y tambi¨¦n en el deporte, en la F¨®rmula 1. Y ah¨ª es donde Carlos Sainz y Fernando Alonso buscan su objetivo en este GP de Canad¨¢, tanto uno como otro en llegar a la Q3 y en conseguir puntuar. As¨ª de sencillamente complejo.
Estamos en un circuito en el que la potencia es decisiva y tambi¨¦n el consumo y en ese aspecto los dos coches de los espa?oles tienen un d¨¦ficit importante con respecto a otros monoplazas que llevan motores Ferrari y sobre todo Mercedes.
Esa es la raz¨®n principal por la que salvo milagro de talento no podemos esperar nada realmente extraordinario de los nuestros en este trazado Gilles Villeneuve en el que se llegan a velocidades de 340 km/h en la larga recta principal de este inmenso parque.
En cuanto a Carlos viene de una actuaci¨®n incre¨ªble en M¨®naco donde consigui¨® la sexta plaza en la parrilla y tambi¨¦n en la carrera, no solo fue el mejor de los mortales, sino que incluso consigui¨® mejorar al tricampe¨®n Lewis Hamilton al que mantuvo detr¨¢s durante m¨¢s de veinte vueltas. Ahora en Canad¨¢ el objetivo no es otro que repetir, pero es casi imposible por las limitaciones de su monoplaza. En una carrera normal lo l¨®gico ser¨ªa un noveno en clasificatoria y un octavo en carrera. Y eso teniendo en cuenta el talento del madrile?o porque lo l¨®gico con su coche son un par de puestos o tres m¨¢s atr¨¢s.
Y en cuanto a Alonso, por ser quien es se le debe exigir a¨²n m¨¢s. Con su McLaren Honda lo primero es terminar la carrera, recordemos que solo ha concluido una de seis (en M¨®naco no estuvo) y a¨²n no ha podido puntuar. En un circuito as¨ª, y con ese coche, lo l¨®gico ser¨ªa estar decimosexto en parrilla y decimocuarto en la carrera. Pero hablamos de Alonso y a ¨¦l, porque lo ha demostrado antes, le pedimos entrar en la Q3 y un octavo en carrera. Y es que nos gusta pedir imposibles¡