Tras el caos sufrido, el Dakar intenta recobrar el pulso
Una vez reagrupada casi toda la caravana, a pesar de los problemas en la zona afectada, la organizaci車n trata de reanudar la competici車n.
"Yo envi谷 mis naves a luchar contra los hombres, no contra las tempestades. Doy gracias a Dios de que me haya dejado recursos para soportar tal p谷rdida: y no creo importe mucho que nos hayan cortado las ramas con tal de que quede el 芍rbol de donde han salido y puedan salir otras§. Lo dijo Felipe II tras el fracaso de su Armada Invencible, pero lo podr赤an haber firmado Etienne Lavigne o Marc Coma para describir el caos vivido en el Dakar.
La octava etapa que part赤a de Uyuni se pudo disputar, aunque recortada, pero el problema surgi車 cuando la Ruta 9, la carretera por la que toda la caravana se dirig赤a al campamento de Salta, fue cortada por un desprendimiento. Mientras el Dakar intentaba recomponerse y reagruparse, la regi車n de Jujuy se vio asolada por una tempestad que derrumb車 monta?as, desbord車 r赤os e incluso produjo dos v赤ctimas mortales.
Con el grueso de la carrera, participantes, asistencias y organizaci車n, desperdigados en el caos, no qued車 m芍s remedio que anular la novena jornada, la etapa reina, que deb赤a unir Salta con Chilecito. Los organizadores cedieron sus medios para colaborar con las autoridades en las labores de rescate mientras la caravana iba llegando con cuentagotas al campamento. Al filo de la medianoche llegaron las primeras motos, y de madrugada los coches, camiones y asistencias, aunque muchos, como Nani Roma, decidieron dormir en el lugar del derrumbe.
De buena ma?ana, a las siete, las primeras motos tomaron rumbo a Chilecito en una tediosa ruta de setecientos kil車metros y m芍s de siete horas. Alguno, como Joan Pedrero, confesaba que hab赤a dado alguna cabezada encima de la moto por el cansancio acumulado de dos etapas marat車n, el tedio, el calor y el caos. Un caos que prosegu赤a en el campamento bajo un calor asfixiante. Las asistencias tardaban en llegar, las autocaravanas segu赤an retenidas, pero la competici車n parec赤a salir adelante recordando en todo momento a las v赤ctimas. Unos se buscaron hotel, otros decidieron dormir en el suelo, y todos lucharon contra el escaso tiempo y la falta de medios para preparar el roadbook.
El 迆ltimo escollo para dar el pistoletazo de salida a la etapa entre Chilecito y San Juan era que la organizaci車n pudiera contar con todos sus efectivos. Los que ten赤an que controlar la etapa tambi谷n estaban atrapados en el caos, pero poco a poco se fueron recuperando para la causa. Ven赤amos preparados para vivir el Dakar m芍s duro de Sudam谷rica, pero no contra los elementos. El Dakar se ha quedado cojo por las tempestades.