Farr¨¦s mantiene el pulso a las oficiales con una KTM de serie
El piloto de Himoinsa fue d¨¦cimo en la etapa y es quinto en la general a 34 minutos del l¨ªder, Sunderland.
Don Quijote frente a los molinos o, a¨²n mejor, David frente a Goliat. La lucha que Gerard Farr¨¦s est¨¢ manteniendo con su KTM privada del equipo Himoinsa frente a las todopoderosas motos oficiales est¨¢ levantando la admiraci¨®n de todo el Dakar. El espa?ol se mantiene en la lucha de los puestos de cabeza a base de ¡°ser regular, no fallar y estar siempre ah¨ª¡±.
Farr¨¦s afronta su novena participaci¨®n, acab¨® s¨¦ptimo en el Dakar 2012, y, por otro lado, suma cinco victorias en la Baja Arag¨®n. Tras dos a?os sin conseguir terminar, esta vez quiere llegar a meta¡y con nota. Pero a pesar de estar ah¨ª, coqueteando con el podio, no quiere ni o¨ªr hablar del tema. ¡°Hasta que no acabe el pen¨²ltimo d¨ªa y s¨®lo falten 60 kil¨®metros es una tonter¨ªa¡±.
Su actuaci¨®n tiene un m¨¦rito enorme porque corre con una moto pr¨¢cticamente de serie. ¡°Se nota, sobre todo en las pistas r¨¢pidas, que es donde hay m¨¢s diferencias¡±, explica. ¡°Por eso tiene m¨¢s m¨¦rito para m¨ª y para mi equipo, que estamos luchando contra veinte motos oficiales con una moto de serie. Se nota en las rectas porque tienen m¨¢s potencia, y tambi¨¦n tienen m¨¢s par motor y velocidad punta. Y al final son segundos que te caen, sobre todo en l¨ªnea recta. Pero como es un deporte en el que entran otros factores como la navegaci¨®n, hace posible que un equipo privado pueda estar ah¨ª¡±.
El mayor momento de tensi¨®n lo pas¨® en la segunda etapa, que fall¨® el motor. De hecho, fue all¨ª donde su equipo decidi¨® quitar una centralita electr¨®nica evolucionada y poner la de serie para evitar m¨¢s sustos.