La amenaza fantasma: ocho kil車metros con Fernando Alonso
El piloto asturiano dio una vuelta, al enviado especial de AS a los grandes premios de F車rmula 1, con el Honda NSX en el circuito de Estoril.
Se le ve la sonrisa en el casco. Y el colmillo afilado. &Est芍 por ah赤 el Galle*, me dice Fernando Alonso en mitad de un trompo, curva dos del circuito de Estoril. Y sonr赤e. Otra vez. No para de sonre赤r mientras conduce mucho m芍s all芍 del l赤mite para cualquier persona, a un cuarto de su capacidad probablemente, un trompo, otro, el coche que se va de un lado, del otro. Nada m芍s entrar en el coche, da la mano como si fuera buena gente, un chico educado, un taxista que pregunta antes de arrancar si pude poner la radio o por d車nde quieres que vayas. Pero no. Resulta que el amigo es un prenda, uno de esos colegas que juegan con tu vida a cada metro. O no.
Porque estamos hablando del mejor piloto del mundo. Y digamos que con el Honda NSX tampoco lo hace del todo mal. ?Qu谷 llevas el modo Pista? Jeje. Sonrisa afirmativa. Sale del pit lane, primera curva, bien, segunda, primer trompo, llega a la tercera y el coche se desliza de un lado a otro de la pista como si quisiera jugar a los bolos con algo imaginario que solo ve 谷l. Porque yo, la verdad, no s谷 la raz車n de que conduzca as赤. No se# Sigue, una curva, otra, una peque?a recta en la que el Honda acelera como si persiguiera guepardos, llega la parab車lica interior del circuito y el coche parece en una pel赤cula de ciencia ficci車n, y uno a toda velocidad se ve en c芍mara lenta, volando entre las nubes. Antes de la 迆ltima curva, nuevo trompo y recta principal. &Mira, mira el cuentakil車metros*, me dice y acelera el kil車metro de recta a toda velocidad hasta llegar a los 254 km/h, me mira, sonr赤e y cuando parece que no va a frenar, frena casi en la curva y se queda en 60 km/h. ?Ves c車mo frena esto?. S赤, s赤, claro. ?C車mo no voy a ver? Todo. Veo. En dos curvas se ve a nuestro amigo Alberto, &Galle*, haciendo fotos. Otra sonrisa. Y ahora el trompo es con una sola mano, en alg迆n momento suelta el volante y lo vuelve a coger al segundo, y cuando parece que vamos a volcar, otro toque y el coche sigue en la l赤nea de asfalto.
Y entonces la amenaza fantasma. &Ya lo puedes hacer bien en Silverstone, si no ver芍s la cr車nica que te voy a hacer*, le digo. Amenaza. Fantasma. Broma de colegas. Porque adem芍s el t赤o acelera m芍s y trompea m芍s y en la 迆ltima parab車lica casi nos llevamos por delante unos conos que hab赤an puesto en ?mitad de la pista? Dos vueltas casi, ocho kil車metros de una de las mejores experiencias de mi vida. Vestido. Impresionante. Ya lo sab赤a, pero ahora a迆n m芍s, este Alonso es especial, capaz de hacer estas cosas con un coche de calle que cuesta 200.000 euros. Y de re赤r, claro, ante mi amenaza fantasma.