El Ferrari de F-1 blanco y rojo: s¨ªmbolo de suerte... o gafe
La 'Scuder¨ªa' rinde tributo en 2016 al coche campe¨®n de 1975 con el Lauda les devolvi¨® el t¨ªtulo. Sin embargo, no todos en Italia creen que vaya a traer buenos resultados.
Ferrari es historia, leyenda, mito, tradici¨®n, simbolog¨ªa. Desde el Cavallino Rampante hasta la f¨¢brica de Maranello. Millones de fans idolatran una marca de autom¨®viles ¨²nica que es la base de la F¨®rmula 1. Nada ser¨ªa igual si ellos no estuvieran en el Mundial. La Scuderia cuida los detalles de forma artesanal; de otra forma no se explicar¨ªa una figura como la de su fundador, Enzo Ferrari. Ese visionario emprendedor que cumpl¨ªa sus promesas.
Como aquella que le hizo cuando a¨²n era piloto unos padres que lloraban la muerte de su hijo para homenajearlo recordando su emblema. Francesco Baraca, un famoso aviador italiano considerado un h¨¦roe en la I Guerra Mundial, hab¨ªa muerto en combate y su padre se acerc¨® a 'Il Commendatore' tras haber ganado ¨¦ste el Circuito del Savio en 1923. El conde Enrico Baraca le habl¨® de su hijo y volvieron a reunirse tiempo despu¨¦s, tambi¨¦n con la presencia de la madre del as transalpino de la aviaci¨®n, la condesa Paolina. En ese encuentro le dijo: "Sr. Ferrari. ponga en sus coches el Cavallino Rampante de mi hijo, le traer¨¢ suerte".
El caballo en cuesti¨®n estaba pintado en el fuselaje del caza del militar ca¨ªdo y era de color rojo sobre una nube blanca. Enzo Ferrari pens¨® que el tributo deb¨ªa abarca a todos los aviadores fallecidos en la Gran Guerra y lo pint¨® negro en se?al de luto a?adi¨¦ndole un fondo amarillo para recordar M¨®dena, su ciudad de nacimiento. El ¨²ltimo retoque fue hacer que la cola de su Cavallino apuntar¨¢ hacia arriba en se?al de buena suerte, mientras el de Baracca lo hac¨ªa hacia abajo. As¨ª naci¨® la se?al m¨¢s identificativa de la escuder¨ªa de Maranello, tanto para la competici¨®n como para los modelos de calle.
Enzo Ferrari siempre fue un hombre de s¨ªmbolos y tradiciones. Y as¨ª se lo inculc¨® a sus trabajadores. El rojo fue la tonalidad del coche ya que era el color asignado a Italia (tras renunciar EE UU y elegir el azul y blanco) para las carreras de automovilismo. Despu¨¦s, Enzo Ferrari, italiano de pura cepa quiso de nuevo enfatizar la alegor¨ªa y decidi¨® mantenerlo. Su escuder¨ªa llevar¨ªa sus coches con la tonalidad rojo corse, del que por cierto existen doce variedades y no una como cree la mayor¨ªa, ya que defend¨ªa la bandera de las franjas tricolores (verde, blanco y rojo). Por eso los monoplazas han sido predominantemente rojos en los 66 a?os de historia del Mundial de F-1... con dos excepciones.
El m¨ªtico Ferrari azul y blanco con el que John Surtees disput¨® el GP de EE UU y el GP de M¨¦xico de 1964, temporada en el que se proclam¨® campe¨®n, y cuyo cambio crom¨¢tico se debi¨® a un enfrentamiento entre Ferrari y el Gobierno italiano. Enzo, terco como las mulas a las que se hab¨ªa dedicado a herrar durante la I Guerra Mundial, hab¨ªa amenazado con retirarse de las competiciones para protestar por la falta de apoyo de la federaci¨®n italiana cuando la FIA deneg¨® la homologaci¨®n del 250LM para la categor¨ªa Sport por no alcanzar la cuota de producci¨®n y lleg¨® a un acuerdo con el equipo North American Racing Team de su amigo Luigi Chinetti para disputar esas dos carreras con sus monoplazas. Al ser una escuer¨ªa estadounidense sus colores eran los de su pa¨ªs, es decir, azul y blanco.
La otra particularidad de colores fue menos radical. Manten¨ªa el rojo corse, pero inclu¨ªa el blanco compartiendo protagonismo. En 1974, la Scuderia pasaba por un momento bajo de resultados con pocas triunfos en los ¨²ltimos a?os y decidieron que deb¨ªan dar un impulso simb¨®lico. En 1975, el 312T de Niki Lauda y Clay Regazzoni sorprendi¨® al combinar el blanco con el habitual rojo. El a?o fue fant¨¢stico, con seis victorias parciales, el t¨ªtulo de pilotos para Lauda y el de constructores para Ferrari. El monoplaza rojiblanco, en mayor o menor medida, se mantuvo hasta el coche de 1994 cuando el rojo recuper¨® el poder.
Ahora Ferrari rinde tributo a ese coche que hizo campe¨®n Lauda, aunque hay que recordar por qu¨¦ se abandon¨® la dualidad colchonera. Palabras de Ivan Capelli, piloto de Ferrari en 1992, autor de tres puntos esa temporada: ¡°Cuando o¨ª que el blanco va a volver me qued¨¦ un poco desconcertado. En el equipo se dec¨ªa que el blanco no trae buenos resultados a Ferrari. De hecho, despu¨¦s de 1993, Maranello decidi¨® retirar el blanco y restaurar el aspecto tradicional. Desde entonces, cada temporada se elimin¨® un poco m¨¢s de blanco y las cosas han ido mejor y mejor¡±. Veremos...