F?RMULA 1
Se fue para siempre Jules Bianchi
"Jules ha luchado hasta el final, como siempre hizo, pero hoy su batalla ha llegado al fin", ha afirmado su familia, que ha manifestado sentir un dolor "inmenso e indescriptible".
Suele pasar, a veces, que en las noches m¨¢s oscuras el cielo rescata una estrella. Se fue. Ya. Y brillar¨¢ para siempre la sonrisa de Jules Bianchi all¨¢ donde vayan los seres ¨²nicos, esos que pasaron por este mundo para situarnos al resto en el espejo de nuestra mediocridad. Porque este muchacho franc¨¦s era especial, capaz de hacer temblar los ojos de las so?adoras, de volar en un coche de carreras, de conseguir puntuar con un coche de cart¨®n, un hombre que ya ser¨¢ para siempre solo un futuro que no llegar¨¢ nunca. La promesa eterna. Bianchi, ese piloto que deber¨ªa haber sido ya de Ferrari, ese que tendr¨ªa que haber estado ya viviendo en los podios, aquel francesito que ten¨ªa talento y valent¨ªa para demostrar que la ¨²nica verdad de este deporte cruel es ese momento en el que se apagan los sem¨¢foros y comienzo la carrera, Jules, el de la lucha de nueve meses, el que incendi¨® el planeta con su manera de agarrarse a una existencia imposible, ha perdido la vida la pasada noche en Niza.
¡°Con gran tristeza, los padres de Jules Bianchi, Philippe y Christine, su hermano Tom y su hermana M¨¦lanie, desean comunicar que Jules muri¨® la pasada noche en el Centro Hospitalario Universitario (CHU) en Niza (Francia), en el que estaba tras el accidente que sufri¨® el pasado cinco de octubre de 2014 en el circuito de Suzuka durante el GP de Jap¨®n¡±, hac¨ªa p¨²blica en las tinieblas su familia. .
El GP de Jap¨®n, y el instante en que cambi¨® todo. Recordemos ese momento en el que comenz¨® a llover de nuevo con fuerza, cuando el ya celebre tif¨®n Phanfone empezaba a enviar se?ales, faltaban pocas vueltas para que acabara la carrera, vuelta 44 de 53 cuando Sutil perdi¨® el control de su Sauber y se fue contra las protecciones. En ese momento los comisarios sacaron una gr¨²a para intentar retirar el monoplaza del alem¨¢n. Debi¨® salir el coche de seguridad. Pero no. Y en ese misma curva, la siete de Suzuka, una de las m¨¢s veloces, a la que se llega a casi doscientos kil¨®metros por hora, Bianchi se sali¨® de pista y fue a impactar contra la gr¨²a. Las im¨¢genes fueron terribles, naci¨® pod¨ªa explicarse c¨®mo el muchacho segu¨ªa viviendo. El coche m¨¦dico apareci¨® por all¨ª, Jules estaba entero salvo con su cabeza de ¨¢ngel, esa estaba destrozada, le trasladaron al hospital de Mie y all¨ª pas¨® una noche en la que nadie salvo los amigos estuvieron con ¨¦l. Hasta ese lugar terrible con la lluvia golpeando los cristales lleg¨® Fernando Alonso, y su manager, y Maldonado, Massa, algunos de Ferrari como Renato Bisignani, entonces jefe de prensa. Poco m¨¢s. Nadie m¨¢s. La F¨®rmula 1, ese deporte que hace desaparecer las desgracias. Pero Jules ha estado presente. Despu¨¦s de Jap¨®n, le llevaron a casa, y estuvo en el hospital de Niza hasta completar nueve meses en coma. Sin mas esperanza que un milagro, una locura comprensible trat¨¢ndose de un piloto que hab¨ªa hecho algunos.
¡°Jules luch¨® hasta el final, como siempre, pero hoy la batalla ha llegado al final. El dolor que sentimos en inmenso e indescifrable. Deseamos agradecer al personal m¨¦dico del CHU de Niza, que cuid¨® de ¨¦l con amor y dedicaci¨®n. Tambi¨¦n agradecemos al personal del Centro M¨¦dico General en Mie Prefecture (Japan), que cuidaron a Jules inmediatamente despu¨¦s del accidente y a los dem¨¢s m¨¦dicos que se han implicado en sus cuidados durante los ¨²ltimos meses. Adem¨¢s, agradecemos a los compa?eros de Jules, los amigos, los aficionados y todo el mundo que ha demostrado su afecto por ¨¦l durante los ¨²ltimos meses. Escuchar y leer tantos mensajes nos hizo darnos cuenta de c¨®mo Jules hab¨ªa tocado los corazones y las mentes de tantas personas en todo el mundo¡±, cierra el comunicado, gracias a los que cuidaron de ¨¦l, a los que alimentaron nuestra loca esperanza, y a los que nos dieron ¨¢nimo.
Ahora el universo de redes sociales y palabras se llenar¨¢ de recuerdos, de instantes y momentos, ahora ese equipo que ten¨ªa un coche que no deber¨ªa haber salido a pista se lamentar¨¢, aquellos que dijeron en una rueda de prensa de verg¨¹enza en Rusia, en el siguiente gran premio, que la culpa era del piloto seguir¨¢n con sus vidas miserables, y mientras en Hungr¨ªa, la pr¨®xima semana habr¨¢ gran premio y todo seguir¨¢ igual. Pero Jules, ese muchacho que naci¨® un 3 de agosto de 1989 en Niza, que disput¨® 34 carreras de F-1 con el noveno de M¨®naco como mejor resultado y esos dos puntos que quedar¨¢n para siempre en la memoria, ya no estar¨¢. Y sus familiares, sus amigos, llorar¨¢n por la esperanza rota. Al menos, quiz¨¢ cada noche mirar¨¢n al cielo y ver¨¢n su sonrisa. Es un poco de la magia que nos deja. Gracias, Jules.