Automovilismo | Resistencia EE UU
Antonio Garc¨ªa gana las 24 Horas de Daytona
El equipo Porsche Riley del piloto madrile?o se impuso en la m¨ªtica competici¨®n a los favoritos por el margen m¨¢s corto de la historia: s¨®lo 167 mil¨¦simas les separaron en meta del coche en manos de Montoya.

Para lucir todo un Rolex modelo Daytona, adem¨¢s de mucho dinero (cuesta m¨¢s de siete mil euros en su versi¨®n barata de acero) hay que tener mucha paciencia. Esta obra de arte de la relojer¨ªa se fabrica por los artesanos de la marca suiza con cuentagotas, as¨ª que la lista de espera para tener uno es interminable. Pero Antonio Garc¨ªa ya tiene el suyo. Y s¨®lo ha tenido que esperar un d¨ªa para conseguirlo: justo el que ha llevado a su equipo a la victoria en las m¨ªticas 24 Horas de Daytona.
No ha sido, adem¨¢s, un triunfo cualquiera. Esta edici¨®n de la carrera de resistencia m¨¢s famosa de Estados Unidos ser¨¢ recordada como la m¨¢s competida y emocionante de la historia. El equipo favorito era el del colombiano Juan Pablo Montoya, el ex piloto de F¨®rmula 1, vencedor los dos a?os anteriores, que quer¨ªa repetir tambi¨¦n en 2009 al volante de un Lexus. Y a punto ha estado de conseguirlo...
Porque el triunfo inesperado (aunque sal¨ªan desde la pole) del Porsche Riley pilotado por David Donohue, Buddy Rice, Darren Law y el propio Garc¨ªa fue por tan s¨®lo ?167 mil¨¦simas de segundo! Un pesta?eo despu¨¦s de 24 horas de competici¨®n, eso es lo que separa la gloria del fracaso. Se trata de la diferencia m¨¢s exigua de siempre y refleja a la perfecci¨®n el cerrado duelo que mantuvieron ambas escuder¨ªas.
Hasta el ¨²ltimo cuarto de la prueba, cuatro coches luchaban por los puestos del podio separados por apenas un segundo. Estaba claro que el ganador saldr¨ªa de entre ellos, pero en las dos ¨²ltimas horas la criba dej¨® a los candidatos reducidos a un par. El espa?ol realiz¨® el pen¨²ltimo relevo y defendi¨® el liderato de su coche; su parte del trabajo estaba hecha, demostrando la consistencia que le hab¨ªa llevado a ocupar el asiento de un coche con tantas ambiciones. Y eso que de madrugada sufri¨® una ligera salida de pista que le cost¨® a su equipo descender hasta la decimotercera posici¨®n.
Lleg¨® la hora de la verdad. El relevo definitivo entre Donohue y Montoya. El primero, so?ando con emular el triunfo que su padre ya hab¨ªa logrado cuarenta a?os atr el segundo, ansioso por consumar un triplete en Daytona que le elevar¨ªa al Olimpo de los grandes pilotos de este circuito legendario. Y Juan Pablo se emple¨® a fondo en su tarea; durante una hora eterna acos¨®, vuelta tras vuelta, al piloto americano, que resist¨ªa con coraje los envites del Lexus n¨²mero uno.
Seis d¨¦cimas, cuatro, dos... ?ltima vuelta y Montoya lanza su ataque final, presiona a Donohue hasta el l¨ªmite... pero no lo suficiente. Todo un d¨ªa de lucha resuelto por una d¨¦cima de segundo. ?Se puede pedir m¨¢s?
As¨ª que Anto?ito ya tiene su Rolex y otra muesca en su revolver de los ¨¦xitos: el a?o pasado gan¨® Le Mans en su categor ¨¦ste lo empieza con la victoria en Daytona. Insisto: ?se puede pedir m¨¢s?