La importancia de la preservaci¨®n de los videojuegos: el caso de Battle Choice de Konami

Con los cierres de tiendas digitales como las eShop de Wii U y Nintendo 3DS, el debate sobre la preservaci¨®n de videojuegos est¨¢ a la orden del d¨ªa. Para avivarlo a¨²n m¨¢s tenemos el caso reciente de Battle Choice: un videojuego cancelado de Konami que originalmente iba a haber salido en 1989 y cuyo prototipo ha salido a la luz treinta y cuatro a?os despu¨¦s en una subasta en Jap¨®n. Tras su compra por parte de un coleccionista privado nip¨®n, muchos temen por su desaparici¨®n permanente.

?Qu¨¦ juego es Battle Choice de Konami y de qu¨¦ iba?

Battle Choice es el nombre de un videojuego de Konami que no lleg¨® a ser terminado. Originalmente iba a haber sido lanzado en NES en 1989. Se trata de una peculiar mezcla de juego de estrategia y lucha; dos jugadores juegan en un tablero de shogi ¡ªconocido como ¡°el ajedrez japon¨¦s¡±¡ª y cuando dos piezas se encuentran en una misma casilla la perspectiva pasa a 2D y ambos jugadores luchan entre s¨ª para ver cu¨¢l de las dos piezas queda en pie en esa casilla.

En las capturas que acompa?an al tuit que hay sobre esta foto vemos c¨®mo en Battle Choice hab¨ªa incluso diferentes ¡°facciones¡± que hacen que el aspecto y habilidades de cada pieza cambien. Estas son Fantas¨ªa, Ej¨¦rcito y Metal. Podemos ver c¨®mo un Rey (Fantas¨ªa) lucha contra John (Ej¨¦rcito), c¨®mo Sunders (Ej¨¦rcito) lucha contra G¨¢rgola (Metal) y c¨®mo Quimera (Metal) lucha contra Elfo (Fantas¨ªa).

El pasado 11 de noviembre de 2023 termin¨® una subasta de Yahoo! Jap¨®n de un cartucho de un prototipo de Battle Choice completamente funcional. La puja m¨¢s alta fue de 2.401.000 yenes, que al cambio son unos 15.845 d¨®lares estadounidenses y unos 14.706 euros en el momento en el que publicamos este reportaje. Seguramente muchos de vosotros os estar¨¦is preguntando ¡°?c¨®mo es posible que alguien pague tanto por un solo cartucho de un juego de NES que ni siquiera est¨¢ completo?¡±. La respuesta es simple: no se sab¨ªa pr¨¢cticamente nada de este juego que nunca lleg¨® a salir hasta ahora, por lo que se trata de una pieza de coleccionismo retro completamente ¨²nica.

Preservaci¨®n contra coleccionismo: ?dos posturas irreconciliables?

En cuanto se supo que la puja m¨¢s alta fue la de un coleccionista privado japon¨¦s, muchos se llevaron las manos a la cabeza ante la posibilidad de que nunca m¨¢s se volviese a saber de este videojuego. Frank Cifaldi, fundador de la Video Game History Foundation, fue la segunda puja m¨¢s alta gracias a donaciones colectivas. La intenci¨®n de Cifaldi era precisamente adquirir el cartucho para extraer la ROM y hacerla p¨²blica en internet, para que todo el que quisiera disfrutar de este prototipo pudiese hacerlo. En otras palabras: preservar y no simplemente coleccionar.

La Video Game History Foundation es una organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro que se dedica a preservar y celebrar la historia de los videojuegos mediante acciones de este tipo. Gracias a ciertos individuos e iniciativas de esta ¨ªndole hemos podido llegar a disfrutar de videojuegos y prototipos cuya existencia era conocida solo por los que trabajaron en ellos como es el caso del hipot¨¦tico Resident Evil 2 de Game Boy Advance o el prototipo del Resident Evil de Game Boy Color.

Seamos claros: es un tema muy gris en cuanto a derechos de autor y muchas de estas iniciativas se pueden considerar una forma m¨¢s de pirater¨ªa. No obstante, estas acciones se vuelven necesarias ante la impasividad o la incompetencia de muchas compa?¨ªas. Acciones de este tipo llevadas a cabo por individuos y organizaciones sin ¨¢nimo de lucro son las que salvan del olvido total a ciertos videojuegos cuando cierran tiendas digitales como el bazar de Xbox 360.

Las consolas y sus videojuegos son creados con un ciclo de vida limitado en mente, y en este ¨²ltimo caso a¨²n era m¨¢s evidente teniendo en cuenta la caducidad de las pilas que permit¨ªan guardar las partidas en ciertos cartuchos. Y para a?adir sal a la herida, el hardware terminar¨¢ fallando por el ineludible paso del tiempo. Teniendo en cuenta estos dos axiomas, si las propias compa?¨ªas no deciden preservar su legado activamente mediante reediciones, relanzamientos digitales (como los Pok¨¦mon de Primera Generaci¨®n digitales en 3DS) o recopilatorios de sus videojuegos (como Metal Gear Solid: Master Collection Vol. 1) entonces esta tarea queda en manos de los propios usuarios.

El de Battle Choice no es el ¨²nico caso que ha habido de este tipo y la experiencia nos dice que tampoco ser¨¢ el ¨²ltimo. Y es que, aunque haya una justificaci¨®n econ¨®mica detr¨¢s de ciertas decisiones ¡ªcomo que un videojuego ya no es rentable o incluso que no va a serlo durante la fase de planificaci¨®n¡ª, no deja de ser triste ver c¨®mo algunas empresas de videojuegos usan sus productos como algo de usar y tirar. M¨¢xime teniendo en cuenta que muchos de esos t¨ªtulos les han dado el prestigio y el capital necesario para que muchas est¨¦n donde est¨¢n.

Seg¨²n la Video Game History Foundation, el 87% de los videojuegos cl¨¢sicos lanzados en los Estados Unidos est¨¢n en peligro, por lo que existe un riesgo real de que ciertos t¨ªtulos dejen de estar disponibles para siempre si no fuese por los esfuerzos incansables de particulares, dispuestos a poner dinero de su bolsillo para preservar el legado que algunas compa?¨ªas no est¨¢n dispuestas a salvaguardar.