25 a?os de Tekken 3, la gran revoluci¨®n de la lucha casera

Sabemos lo que algunos estar¨¦is pensando: la versi¨®n original de Tekken 3 para recreativas se estren¨® en 1997, as¨ª t¨¦cnicamente ya cumpli¨® 25 a?os en 2022. Sin embargo, aunque cierto, la historia de este cl¨¢sico de Namco dif¨ªcilmente se entiende sin considerar su lanzamiento en PlayStation en 1998, donde no solo se benefici¨® de contenido in¨¦dito, tambi¨¦n estableci¨® un nuevo est¨¢ndar para el g¨¦nero. Tekken 3 fue el mayor revulsivo para los juegos de lucha en el ¨¢mbito dom¨¦stico desde que Street Fighter II pusiera los cimientos y diera su propio salto desde los arcades hasta SNES al principio de esa misma d¨¦cada. As¨ª que la licencia parec¨ªa apropiada.

Dicho esto, no se puede hablar de la saga Tekken ¡ªo de la lucha en general¡ª sin hacer antes una peque?a parada en esos salones recreativos que la vieron nacer. Sin recordar r¨¢pidamente c¨®mo el auge de Street Fighter II deriv¨® de un peque?o reajuste conceptual destinado a sacar m¨¢s partido a la experiencia arcade y aumentar beneficios sin riesgo de frustrar a los usuarios con dificultades endiabladas, tan infames entonces, que pod¨ªan acabar alej¨¢ndolos de las cabinas. Si dos o m¨¢s jugadores disfrutaban ret¨¢ndose entre ellos, cada uno echar¨ªa gustosamente su moneda para participar en las peleas. Mismo tiempo de juego, doble recaudaci¨®n.

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A la sombra de Street... y Virtua Fighter

Aunque Capcom no esperaba que se convirtiese en un fen¨®meno de la escala que acab¨® siendo, el ¨¦xito masivo de Street Fighter II no fue producto de la simple suerte, sino de dar con la f¨®rmula adecuada: viniendo del simplista original, limitado a Ryu y su r¨¦plica para multijugador (Ken), la secuela se desmarc¨® gracias un reparto de luchadores con dise?os y repertorios completamente diferentes que los jugadores ahora tambi¨¦n pod¨ªan usar tanto contra la CPU como contra otro humano. Evoluci¨®n gr¨¢fica y jugable aparte (introdujo los combos), el mon¨®tono Ryu vs. Ken dio paso a multitud de duelos y estrategias posibles, multiplicando su atractivo y longevidad.

Los jugadores aportaban una espontaneidad y adaptaci¨®n que las m¨¢quinas no ten¨ªan, y Street Fighter II les brind¨® una cantidad de herramientas que no hab¨ªan visto antes. As¨ª que se convirti¨® en un fen¨®meno; y el fen¨®meno, en una moda. Pronto otros juegos de lucha inundaron las recreativas, atrayendo miradas (y monedas) con gr¨¢ficos m¨¢s detallados, golpes m¨¢s violentos, repertorios m¨¢s extensos o modelos 3D cuando las placas lo permitieron. La carrera para ser el siguiente Street Fighter II era inevitable, y cada compa?¨ªa trajo sus ideas, dando origen en r¨¢pida sucesi¨®n a sagas como Fatal Fury, Mortal Kombat, Killer Instinct, Virtua Fighter o, c¨®mo no, Tekken.

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Esta diversidad de ofertas, a veces tan buenas o mejores que el propio Street Fighter II (revisado durante a?os mantener el tipo al lado de las novedades), logr¨® que el g¨¦nero viviese una era de esplendor. Pero, ir¨®nicamente, tambi¨¦n impidi¨® que apareciese el siguiente Street Fighter II en t¨¦rminos de impacto. No solo por una cuesti¨®n de contexto, de llegar primero y hacer el trabajo m¨¢s importante, sino por favorecer la aparici¨®n de fans m¨¢s centrados en una u otra propuesta. Incluso si un juego era el m¨¢s destacado en una rama, como la lucha 3D cuando Virtua Fighter entr¨® en escena, no por ello iba a atraer la misma atenci¨®n que cuando no hab¨ªa competencia seria.

En 1994 (1995 para PlayStation) el primer Tekken, adem¨¢s de por sus gr¨¢ficos tridimensionales, se caracteriz¨® por la implementaci¨®n de un sistema de cuatro botones asociados a cada una de las cuatro extremidades ¡ªdando a los controles un car¨¢cter bastante intuitivo¡ª y la introducci¨®n de ataques medios como complemento de los altos y bajos para a?adir m¨¢s variables al uso y rotura de guardias. Ideas, ambas, tambi¨¦n esenciales para entender el atractivo de Tekken 3, pero entonces no suficientes para hacer despuntar particularmente su f¨®rmula al lado de un Virtua Fighter 2 (tambi¨¦n de 1994) que hab¨ªa salido algo antes y lo hac¨ªa casi todo mejor.

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En las recreativas, Virtua Fighter 2 rein¨® todo lo que se pod¨ªa reinar en el nuevo contexto, alz¨¢ndose durante dos a?os seguidos como el arcade con mayor recaudaci¨®n en Jap¨®n. Aunque fuera de su tierra natal, los n¨²meros destacaron algo menos (el gore de Mortal Kombat 3 tuvo m¨¢s tir¨®n en Am¨¦rica), y en consolas estar¨ªan limitados por el reducido alcance de Sega Saturn: aunque acab¨® siendo el juego m¨¢s vendido de esta plataforma, sus dos millones de copias quedaron muy lejos de las m¨¢s de seis que ya colocara la primera edici¨®n de Street Fighter II en Super Nintendo antes de sumar revisiones o ports a otras consolas como Mega Drive.

M¨¢s tarde, Tekken 2 sigui¨® sin salir de su sombra en t¨¦rminos de jugabilidad o popularidad en recreativas, pero sigui¨® afianzando la saga con mejoras gr¨¢ficas, nuevos agarres y contraataques, adem¨¢s de la t¨ªmida introducci¨®n de los pasos laterales para aprovechar el espacio 3D con algunos personajes. Los usuarios de PlayStation, beneficiarios de m¨¢s v¨ªdeos y un par de modos extra, lo hicieron valer: de los menos de dos millones de copias vendidas por su antecesor (en s¨ª ya un gran m¨¦rito), la secuela fue catapultada hasta casi los seis. El r¨¦cord original de Street Fighter II estaba a un paso, pero todav¨ªa faltaba el empuj¨®n final. Faltaba Tekken 3.

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Nuevo rey para el trono del pu?o de hierro

Llegados a este punto, ser¨ªa f¨¢cil asumir que Tekken 3 logr¨® ser un hito en gran parte por la inercia creada juego tras juego. Y si bien algo de eso siempre hay, la satisfacci¨®n general yendo de Tekken a Tekken 2 fue una de las mejores promociones posibles para demostrar que Namco sab¨ªa lo que hac¨ªa, reducirlo a eso no ser¨ªa justo. Porque aunque sus m¨¢s de ocho millones de copias le valieron un sitio en el en el top 5 de PlayStation (solo por debajo de los dos Gran Turismo, Final Fantasy VII y Final Fantasy VIII), el salto cualitativo fue incluso mayor del que reflejaron las ventas.

Despu¨¦s de Tekken 2, Namco se tom¨® m¨¢s de tiempo para evolucionar la f¨®rmula. Se movi¨® de la placa Namco System 11 ¡ªusada para las dos primeras entregas¡ª a la m¨¢s avanzada Namco System 12 y cre¨® una secuela que sorprendi¨® incluso en recreativas, donde los asiduos estaban acostumbrados a un list¨®n sencillamente inviable en las consolas contempor¨¢neas. Aunque los japoneses siguieron tirando algo m¨¢s hacia la tecnicidad del reci¨¦n estrenado Virtua Fighter 3, Tekken 3 le plant¨® cara y no encontr¨® rival fuera de su pa¨ªs. Era m¨¢s accesible, m¨¢s espectacular y con m¨¢s estilo. Era, para muchos, el nuevo techo del g¨¦nero. Y la versi¨®n de PlayStation le hizo justicia.

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El salto de la placa Namco System 11 a la 12 signific¨® distanciarse de las especificaciones cerradas de la consola, forzando a dedicar m¨¢s esfuerzo al port y convertir algunos elementos 3D de los escenarios en im¨¢genes 2D. Pero fueron sacrificios menores y, una vez con el producto delante, vi¨¦ndolo ya en movimiento en PlayStation, Tekken 3 abri¨® bocas. Los modelos de los luchadores ten¨ªan m¨¢s detalle, figuras m¨¢s redondeadas y extremidades mejor conectadas (adi¨®s a la sensaci¨®n de cuerpos formados por bloques); y las animaciones eran m¨¢s fluidas y realistas gracias a un trabajo con la captura de movimientos que mantiene el tipo 25 a?os m¨¢s tarde.

Aunque Namco ya hab¨ªa usado captura durante el desarrollo de las primeras entregas, en aquel entonces era una tecnolog¨ªa a¨²n primitiva y solo sirviera para tomar referencias que luego animadores interpretaban y moldeaban. Pero llegada la tercera parte, el progreso permiti¨® recabar informaci¨®n mucho m¨¢s detallada y precisa, as¨ª que estilos de lucha tan variopintos como el wrestling de King, el taekwondo de Hwoarang o la capoeira de Eddy fueron recreados con profesionales de esas disciplinas para luego adaptarse al plano jugable con mayor naturalidad. Tekken 3 entraba por la vista, pero sus avances tambi¨¦n se notaban trav¨¦s del mando.

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El salto de dos d¨¦cadas en la cronolog¨ªa (vagamente hilada entre entregas trav¨¦s de breves secuencias) permiti¨® introducir una plantilla con varias caras nuevas, abanderada por el al instante emblem¨¢tico Jin Kazama, y muy eficaz a la hora de dar una fuerte identidad visual y jugable a cada personaje como hiciera Street Fighter II a?os antes. Luchadores como los ya citados Eddy y Hwoarang, la joven experta en artes marciales chinas Xiaoyu o el g¨®lem de madera Mokujin se un¨ªan a redise?os inspirados para veteranos como Heihachi o Yoshimitsu y relevos generacionales como Law o Julia, que tomaban el testigo de luchadores previos similares.

Los repertorios de ataques renovados y/o ampliados marcaron m¨¢s las diferencias y se dieron la mano con un paso lateral ahora presente en todos los personajes, logrando que experimentar con ellos fuese a la vez un proceso m¨¢s interesante y pr¨¢ctico para acomodarse. Lo que nos lleva a otro de los motivos por los que Tekken 3 triunf¨® m¨¢s que otros juegos de lucha antes ¡ªy tambi¨¦n que muchos otros despu¨¦s¡ª en el ¨¢mbito casero: la gran rejugabilidad que ofrec¨ªa incluso cuando lo disfrut¨¢bamos en solitario. Algo que inclu¨ªa, pero no se limitaba, al desbloqueo progresivo de personajes al superar el modo arcade con diferentes luchadores.

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Eterno e inolvidable

Huelga decir que no era una idea nueva. Pero gracias a la inmediata distinci¨®n en las sensaciones a los mandos de cada luchador, la exquisita factura t¨¦cnica (menci¨®n especial merece tambi¨¦n la el¨¦ctrica banda sonora, una de las mejores del g¨¦nero), las golosinas finales en forma de v¨ªdeos FMV para cada personaje (a veces relacionados con eventos pasados de otros juegos, muchas otras peque?as frivolidades para sacar una sonrisa) y la anticipaci¨®n al regresar al men¨² para ver qu¨¦ nueva cara se un¨ªa a la lista, Tekken 3 ped¨ªa ser rejugado una y otra vez antes incluso de plantearnos el dominar a uno concreto para otros modos o el multijugador.

En el salto del arcade a PlayStation, el juego no solo mantuvo los 18 luchadores de la recreativa (21 si contamos las variantes est¨¦ticas de Nina, Eddy y el oso Kuma), tambi¨¦n replante¨® a Anna como personaje independiente (pas¨® de compartir repertorio con Nina a tener uno propio) y a?adi¨® dos de las mayores excentricidades de la saga hasta la fecha: el Dr. Bosconovitch, un cient¨ªfico loco que sembraba el caos en cada pelea con rutinas de combate err¨¢ticas; y Gon, un peque?o T-Rex nacido en el mundo del manga que ya hab¨ªa protagonizado previamente un plataformas para Super Nintendo y aqu¨ª era presentado durante el hilarante modo Tekken Ball.

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Consistente en la derrota del rival no a trav¨¦s del contacto directo, sino del intercambio de balonazos cargados mediante ataques ¡ªcon diferentes propiedades para la pelota seg¨²n la dificultad elegida¡ª, este original minijuego fue otro de los a?adidos de los que se beneficiaron en exclusiva los usuarios de la versi¨®n PlayStation. Un original pasatiempo que se un¨ªa a la lista de modos ya presentes en Tekken 2, como supervivencia, combates por tiempo y por equipos (sin olvidar la ya esencial pr¨¢ctica de combos), y al que adem¨¢s acompa?aba el estreno de Tekken Force: un beat ¡®em up al m¨¢s puro estilo Final Fight con varios niveles de scroll lateral.

Dada la naturaleza del juego, h¨ªper centrado en la lucha uno contra uno, este experimento dist¨® de ser el mejor resuelto. Los escenarios permit¨ªan movimiento en tres dimensiones, pero los controles no igualaban la fluidez que le caracterizaba en el eje 2D, as¨ª que acostumbrarse necesitaba pr¨¢ctica. Adem¨¢s, el regreso al inicio si perd¨ªamos en alguna de las fases avanzadas pod¨ªa ser frustrante y disuadir de rejugarlo con tantos personajes como en el modo arcade. No obstante, como distracci¨®n opcional fue un esfuerzo meritorio, y subi¨® el list¨®n de lo que se pod¨ªa esperar en t¨¦rminos de extras para los juegos de lucha en consolas de ah¨ª en adelante.

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Todas estas adiciones aportaban al conjunto e incentivaron que muchos usuarios no tan metidos en el g¨¦nero tambi¨¦n se animasen a comprarlo. Las cr¨ªticas fueron absolutamente estelares (su estratosf¨¦rico 96 en Metacritic es una marca desde entonces solo superada por el primer Soul Calibur) y a menudo incid¨ªan en la cantidad de contenido. Pero, como tantos juegos de lucha antes o despu¨¦s, Tekken 3 brillaba con m¨¢s intensidad cuando dos jugadores de habilidad similar se enfrentaban entre s¨ª. Algo que hoy en d¨ªa, en la era online, es f¨¢cil de conseguir. ?Pero en 1998? Las ¨²nicas alternativas eran las recreativas o quedar para jugar a dobles en casa.

Por eso la cifra comentada antes fue tan importante: el hecho de que Tekken 3 vendiese m¨¢s de ocho millones de copias no solo fue una proeza importante por lo que supuso para las arcas de Namco y la continuidad de la saga, o por incentivar m¨¢s inversiones en el g¨¦nero por parte de otras compa?¨ªas. Tambi¨¦n porque ilustra hasta qu¨¦ punto se convirti¨® en un fen¨®meno cultural para los est¨¢ndares de la ¨¦poca. Refleja la relativa facilidad con la que se pod¨ªa encontrar a alguien con ¨¦l, fuese en c¨ªrculos de amigos, compa?eros de colegio o vecinos, para hablar sobre sus secretos y competir. Para sacar partido a esas horas de pr¨¢ctica en solitario.

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Durante 1998, Sega Saturn se cay¨® definitivamente de la carrera de consolas y Nintendo 64 evidenci¨® que tampoco iba a poder seguir el ritmo a la novata PlayStation. Acostumbrados a dominar en casi todos los mercados, los de Kioto llegaron m¨¢s tarde prometiendo que ser¨ªan ellos los que cambiar¨ªan el medio con su m¨¢quina; y aunque con el tiempo har¨ªan honor a sus palabras con gigantes como Super Mario 64 y Ocarina of Time, Tekken 3 se uni¨® a nombres como Final Fantasy VII y Gran Turismo para demostrar que el medio iba a cambiar de m¨¢s de una forma. Que hab¨ªa otro rival en la arena y estaba m¨¢s que a la altura de la competici¨®n.

Aunque en los ¨²ltimos 25 a?os hayamos visto juegos de lucha con mejores gr¨¢ficos, plantillas m¨¢s equilibradas o modos m¨¢s elaborados, es imposible no tener la sensaci¨®n de que se est¨¢ jugando a un trozo de historia clave al revisitar Tekken 3. A diferencia de casi todos sus cong¨¦neres noventeros, no solo funciona como eslab¨®n en medio de una cadena, tambi¨¦n como visi¨®n plenamente realizada. Fue el c¨¦nit de una generaci¨®n que no solo estableci¨® cimientos para las siguientes por venir; a veces, tambi¨¦n alcanz¨® la clase de confort que ahora le permite resistir el paso del tiempo.

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