El Warhammer m¨¢s fiel

La ambientaci¨®n m¨¢s brutal de Warhammer deja de lado las t¨¢cticas de guerrilla de su hermano moderno para centrarse en el cl¨¢sico enfrentamiento entre unidades bien formadas. Por ello, se aparta claramente de la l¨ªnea seguida por Relic, siendo mucho mas similar en su concepci¨®n a la serie Total War. Los amantes de la estrategia de combate est¨¢n de enhorabuena, puesto que la gesti¨®n de recursos se ha separado totalmente del combate. Esto permite al jugador centrarse ¨²nicamente en la batalla durante el transcurso del juego, mientras que el aprovisionamiento y la creaci¨®n del ej¨¦rcito se hace de forma independiente. Este ¨²ltimo aspecto toma especial relevancia con la inclusi¨®n de un potente editor visual que nos permitir¨¢ personalizar hasta los m¨¢s peque?os detalles.

La trama nos sit¨²a en el epicentro de un conflicto de proporciones gigantescas, en el que los ej¨¦rcitos del caos mantienen una constante presi¨®n sobre las fronteras del Imperio. Nosotros decidiremos con que bando queremos disputar las batallas, dividi¨¦ndose as¨ª la trama en cada una de las dos campa?as existentes. Adem¨¢s del Caos y el Imperio, posteriormente tendremos la oportunidad de controlar las huestes de los roedores Skaven o comandar un disciplinado y resplandeciente batall¨®n de Altos Elfos. Estas dos razas aparecer¨¢n? al avanzar en la campa?a en la que nos encontremos, y cierran el abanico de ej¨¦rcitos seleccionables de forma ¨ªntegra.

A pesar de la inclusi¨®n de estas fuerzas como aliadas, se echa de menos la posibilidad de disfrutar de ellas como ej¨¦rcitos principales, por ser dos de los m¨¢s carism¨¢ticos ej¨¦rcitos de la historia de Warhammer. Una vez conocidas las razas en liza, es hora de encarnar el papel de Stefan von Kessel como campe¨®n imperial o del sangriento palad¨ªn del caos Thorgar. Cada uno de estos personajes cuenta con sus motivaciones y objetivos, que descubriremos en la interesante aunque predecible trama. Es el momento de empezar a hacer lo que mejor se les da a ambos, combatir al enemigo.

Este editor permite tambi¨¦n el control de los esquemas de pintura, de forma muy similar a como se hace en Warhammer 40k Dawn of War. Podremos alterar los principales valores de las vestimentas de nuestras tropas, asign¨¢ndoles el tono deseado para crear un ej¨¦rcito al gusto. El conjunto de opciones eleva la personalizaci¨®n a un estatus importante dentro del producto final, dejando al usuario libertad para jugar con los m¨²ltiples valores de configuraci¨®n posibles. Las sombras las pone el repertorio de animaciones, donde vemos demasiada reiteratividad de movimientos y una recreaci¨®n? muy simple de los golpes cuerpo a cuerpo.? Se echa de menos algo m¨¢s de frenetismo al acercar la c¨¢mara al coraz¨®n de la batalla para ver como se desenvuelven nuestras tropas.

Para facilitarnos la vida en el control de nuestro ej¨¦rcito se dispone de la habitual c¨¢mara libre, controlable con el rat¨®n o el teclado. Adem¨¢s, existe un modo a vista de p¨¢jaro que nos da la posibilidad de observar el escenario desde un punto de vista muy lejano. Con este formato de c¨¢mara activado podemos contemplar la totalidad de combates que se est¨¢n dando lugar en cualquier punto del mapa. Un complemento perfecto a la fiable c¨¢mara manual y que resulta indispensable en las grandes batallas con m¨¢s de dos ej¨¦rcitos implicados. Un buen ejemplo del uso de este tipo de perspectiva son los asedios, donde ser¨¢ clave para conocer la disposici¨®n de fuerzas alrededor del castillo.

A pesar de la m¨¢s que notable optimizaci¨®n gr¨¢fica y de la gran cantidad de par¨¢metros configurables en el apartado visual, Mark of Chaos sufre algunos problemas de ca¨ªdas en la tasa de im¨¢genes. Los requisitos m¨ªnimos del juego no enga?an y ya anuncian el nivel de exigencia al que se ver¨¢ sometido nuestro equipo. ?ste alcanza sus cotas m¨¢ximas en los mapas de asedio o cuando se juntan un gran n¨²mero de unidades en pantalla. Es en estos momentos cuando el juego sufre para conseguir manejar el enorme volumen de informaci¨®n en pantalla. Esto se traduce en l¨®gicas ralentizaciones e incluso detenciones para los equipos mas modestos, mientras que los jugadores con los equipos m¨¢s potentes no deber¨ªan tener demasiados problemas para disfrutar del juego a un nivel alto de detalle.



M¨²sica y Efectos FX

Como coment¨¢bamos, los efectos sonoros suenan a un volumen superior a las melod¨ªas, consiguiendo que se escuchen perfectamente los choques de las armas o el estruendo de los ca?ones. Muchas habilidades especiales de los personajes tienen su sonido caracter¨ªstico, adem¨¢s de cualquier tipo de frase por parte del h¨¦roe correspondiente. Falta un mayor n¨²mero de sonidos para el golpeo de las armas, ya que en los choques se repite una y otra vez el mismo bucle, y es algo que acaba resultando excesivamente repetitivo.

Cerrando el apartado encontramos una buena caracterizaci¨®n a nivel de voces, variando enormemente los registros en funci¨®n del ej¨¦rcito que estemos controlando. Las voces de los humanos sonar¨¢n imperativas? en contraste con las firmes pero melodiosas voces ¨¦lficas. Por su parte los seseos de los skaven o las brutales ¨®rdenes de los siervos del caos se mueven en otro registro de tonos, mucho mas siniestros. Todos los personajes y unidades tendr¨¢n su repertorio de frases correctamente interpretado y aportando solidez y un toque de calidad al apartado sonoro.

Jugabilidad

Una vez dentro del juego, Mark of Chaos recuerda poderosamente a otros RTS como la serie Total War o incluso a Praetorians de Pyro Studios. Debemos comandar unidades numerosas por el campo de batalla, con el fin de eliminar a nuestros enemigos o defender una determinada zona. Algunos escenarios proponen otro tipo de retos, como conseguir cierto objeto o atravesar una zona con nuestro contingente. Incluso podremos disfrutar de un asedio en toda su magnitud, ya sea como defensores o atacantes. Existe gesti¨®n de recursos pero no es la habitual en el g¨¦nero, si no que se centra en la mejora de las unidades y los h¨¦roes mediante la inversi¨®n de oro. El dinero es el equivalente a los puntos en el juego de mesa, con lo que dispondremos de cierta cantidad para invertir en nuestro contingente en el momento de crearlo.

Esto permite realizar ej¨¦rcitos imperiales basados distintas provincias, y cuyas tropas son ligeramente distintas unas de otras. En el caso del Caos se permite seleccionar guerreros de Khorne, Nurgle o bien sin alineamiento hacia ning¨²n dios. Para los Altos elfos contaremos con tres tipos de ej¨¦rcito, ya sea de Ellyrion, Saphery o las tierras sombr¨ªas, mientras que en el caso de los Skaven se nos permite elegir a nuestras tropas entre dos de los clanes existentes como son Skykre y Eshin adem¨¢s una tercera opci¨®n con guerreros sin clan. Hay que tener en cuenta que la diferencia entre dos variantes del mismo ej¨¦rcito pueden ser ¨²nicamente el tipo de h¨¦roes que se pueden incluir en la selecci¨®n final.

Una vez iniciada la partida, podemos optar por comenzar la campa?a o embarcarnos en una partida a trav¨¦s del multijugador. En esta ¨²ltima opci¨®n podemos jugar en red local o por internet, siendo la ¨²nica forma de disputar una batalla que no sea de la campa?a. El cl¨¢sico modo escaramuza no existe y para simular una partida simple tendremos que crear un juego en red local y a?adir oponentes controlados por la IA del ordenador. Esto no siempre nos resultar¨¢ posible, ya que en los mapas de mayor tama?o hemos detectado que no se permite introducir este tipo de oponentes.

Para m¨¢s inri, el n¨²mero de mapas incluido en el modo de batalla libre es rid¨ªculamente bajo, a pesar de contar de varias modalidades de juego. Tan solo un mapa de asedio y tres escenarios disponibles para el modo de batalla normal son cifras demasiado cortas para un t¨ªtulo de estrategia. Existen dos modos de juego m¨¢s, uno de los cuales nos permite ir reforzando el ej¨¦rcito en tiempo real, seg¨²n consigamos oro al eliminar a los contrincantes. En el ¨²ltimo de los modos deberemos ir controlando una serie de puntos que nos permitir¨¢n ir incrementando nuestras arcas y generar tropas tom¨¢ndolos como punto de inicio.

Una vez dentro de las batallas, es llamativo el n¨²mero de figuras que pueden converger en pantalla al mismo tiempo. Este detalle se ha controlado de forma inteligente por los programadores, limitando el total de oro que puede invertirse en un mapeado en funci¨®n de los jugadores que vayan a introducirse en la partida. As¨ª, si en el mapa tan solo van a encontrarse dos ej¨¦rcitos, el total de oro disponible se dividir¨¢ a partes iguales entre ambos, mientras que si hay cuatro o seis jugadores se reparte el total de la misma forma. De esta forma nunca se puede superar cierto m¨¢ximo establecido por defecto para no saturar con una excesiva carga el entorno de juego.

El jugador adoptar¨¢ el control absoluto de todas las unidades que haya decidido desplegar en el campo de batalla, ya que podremos reservar unidades para futuros choques si nos encontramos en el escenario de campa?a. El interfaz nos mostrar¨¢ en todo momento la totalidad de unidades de nuestro ej¨¦rcito, haciendo la selecci¨®n de las mismas bastante r¨¢pida y c¨®moda. Cada uno de los bloques de tropas podr¨¢n tener habilidades especiales o poderes que deberemos activar activamente mediante un men¨² a la derecha, de forma totalmente similar a lo que encontramos habitualmente en los t¨ªtulos de estrategia en tiempo real. Esta zona cobrar¨¢ especial importancia en el caso de los h¨¦roes, puesto que desde este men¨² accederemos a su repertorio de habilidades activas, clave para maximizar su eficacia en combate.

En nuestras tropas influyen aspectos tales como la moral o el cansancio, afectados por acciones tales como verse acorralados entre varias tropas del enemigo u?obligar a los hombres a correr en lugar de moverlos a paso tranquilo. Una vez que se mezclan los ej¨¦rcitos es algo dif¨ªcil visualizar claramente lo que ocurre ya que?todo se desarrolla en tiempo real. Por ello, as¨ª como para dar las ¨®rdenes de forma mas eficiente, echamos de menos un bot¨®n de pausa que nos permita visionar el estado del campo de batalla y asignar tareas a nuestras unidades adem¨¢s de comprobar su evoluci¨®n hasta ese momento. Un detalle que puede parecer nimio, pero que realmente se echa en falta cuando las masas de soldados se funden unas con otras y perdemos la orientaci¨®n y la posici¨®n de nuestras tropas.



Los h¨¦roes cambian el curso de la batalla

Si hay una figura clave dentro de Mark of Chaos es la de los personajes, cuya importancia es capital dentro del ej¨¦rcito. No solo aportan un extra de poder muy importante si no que influyen directamente en otros par¨¢metros como la moral de las unidades adyacentes. No hay nada m¨¢s negativo para las tropas que ver como el general cae muerto ante sus propios ojos. Llegados a este punto, es mejor reorganizar nuestro contingente lo mejor posible y rezar para que la mitad de nuestro ej¨¦rcito no salga huyendo hacia el borde m¨¢s cercano de la pantalla.

Estos personajes se nos presentar¨¢n en varios formatos seg¨²n el ej¨¦rcito, y pueden ir a pie o en monturas de varios tipos. Disponen de una serie de puntos de habilidad que se les otorga al ir subiendo niveles y que les permite desarrollar poderes en tres ramas distintas; desaf¨ªos, combate y liderazgo. Las dos ¨²ltimas categor¨ªas nos ofrecen efectos aplicables la mayor¨ªa del tiempo, mientras que? los poderes del bloque de desaf¨ªos solo se activar¨¢n al entrar en conflicto con otro h¨¦roe, mediante un reto. Llegados a este punto, un circulo rodear¨¢ ambos combatientes, que se batir¨¢n hasta la muerte sin que nada pueda entrometerse entre ellos. Los retos entre h¨¦roes son bastante frecuentes y aportan un extra de tensi¨®n a las situaciones, adem¨¢s de tener un importante peso en el curso de la batalla.