An¨¢lisis de VA-11 Hall-A

La aventura nos pone en la piel de Jill, una camarera en un bar escondido dentro de la ciudad futurista de Glitch City. El bar, llamado VA-11 Hall-A pero cari?osamente ¡°Valhalla¡±, no es nada del otro mundo, un sitio peque?o, nada rese?able y apartado del mundanal ruido, as¨ª como de los problemas en una ciudad repleto de ellas. Controlada por las corporaciones, y convertida en una especie de laboratorio en el que ensayar elementos como la convivencia entre humanos y androides (Lilim), esta mega-urbe es un lugar deshumanizado y peligroso, en el que lugares como este son un oasis en el que nuestra protagonista act¨²a como conducto entre nuestros clientes y su deseada combinaci¨®n alcoh¨®lica.

A partir de esa premisa ir¨¢n pasando toda una serie de personajes estrafalarios, pero poderosamente humanos y siempre capaces de desprender alguna emoci¨®n. Como Jamie, un asesino a sueldo con un coraz¨®n de oro que nos desarmar¨¢ con su mentalidad sobre la vida y su trabajo, o Alma, una explosiva hacker que es lo m¨¢s cercano que tiene Jill a una amiga entre sus clientes y que siempre nos levantar¨¢ una sonrisa con sus comentarios mordaces. O Dorothy, una Lilim tambi¨¦n muy habitual en el bar, cuyo aspecto y actitud inocente esconde una profesi¨®n que tiene poco de ello. Cada personaje deja su huella de alguna manera, y esa es parte de la magia de VA-11 Hall-A, que el gui¨®n desprende humanidad, sabiamente mezclado con toques de humor, gui?os para un p¨²blico que se supone versado en videojuegos y algo de anime, as¨ª como una adecuada cantidad de drama y evoluci¨®n personal, particularmente de la protagonista, cuyas circunstancias personales iremos descubriendo sobre la marcha.

La ambientaci¨®n tambi¨¦n hace su papel en sumergirnos en este reducido universo. Frente a juegos que buscan simular ciudades, regiones, pa¨ªses y galaxias, aqu¨ª s¨®lo tenemos el piso de Jill, una tienda en la que podemos comprar ciertas cosas y nuestra barra en Valhalla como escenarios, con algunas excepciones. Es un microcosmos rutinario sostenido por el inter¨¦s en las conversaciones y las melod¨ªas de fondo que ponemos en nuestro selector musical, una selecci¨®n por cierto realmente destacable, con sonidos de clara inspiraci¨®n retro y cyberpunk, aunque hay piezas de todo tipo, desde m¨¢s mel¨®dicas y tranquilas a m¨¢s contundentes y poderosas. Un buen n¨²mero de esas piezas est¨¢n ocultas en las diferentes rutas del t¨ªtulo, por lo que conseguirlas todas es una buena motivaci¨®n para explorar los m¨²ltiples caminos narrativos que podemos abrir, cada uno con consecuencias y finales distintos.

¡°¡±Vamos a mezcar bebidas y cambiar vidas¡± esa es la frase con la que la protagonista se anima a cada noche que llega a su lugar de trabajo, y es el precedente a del la mec¨¢nica m¨¢s curiosa de esta novela visual. Dado el papel de camarera, gran parte del juego nos lo pasaremos sirviendo cocktails a nuestra clientela, seg¨²n lo que nos pidan. Nos pueden pedir algo concreto, en cuyo caso s¨®lo tenemos que buscar la combinaci¨®n, pero hay veces que la demanda es algo m¨¢s nebuloso y tenemos margen de maniobra. Afortunadamente, nuestro manual viene con diferentes clasificaciones para ayudarnos a interpretar los deseos de los parroquianos. Cosas como ¡°dulce¡±, ¡°picante¡±, ¡°abrasador¡±, ¡°varonil¡±, ¡°cl¨¢sico¡± y otros tantos nos dar¨¢n pistas sobre lo que puede sentar bien a nuestro interlocutor.

Lo divertido de esta mec¨¢nica es que es la que determina el flujo de la narrativa. Si en una novela visual obtenemos diferentes resultados dependiendo de la respuesta que demos en ciertas ocasiones, en VA-11 Hall-A obtenemos un efecto parecido dependiendo de qu¨¦ sirvamos y c¨®mo lo hagamos. Un ejemplo sencillo es que si ponemos bebidas dobles, o cargamos las bebidas con alcohol de la cuenta, conseguiremos que el cliente se ponga rojo y diga cosas que normalmente no dir¨ªa. Esto puede ser divertido, pero tambi¨¦n puede tener consecuencias muy negativas. Esta mec¨¢nica oculta una buena cantidad de secretos, desde bebidas concretas que nos abrir¨¢n el coraz¨®n de ciertos personajes si nos acordamos de ellas, a situaciones en las que una bebida u otra cambiar¨¢ nuestra relaci¨®n con el personaje en cuesti¨®n.