An¨¢lisis de The Legend of Zelda: Echoes of Wisdom, la Princesa firma un juego imprescindible para Nintendo Switch

Siempre fue su leyenda. Durante casi 40 a?os llevamos leyendo el nombre de uno de los personajes que se encuentran bordados con hilos de oro en los anales de la historia del videojuego. Todos hemos sido Link en decenas de entregas, pero Zelda tambi¨¦n ha estado igual de presente a su lado desde que tan solo eran un pu?ado de p¨ªxeles. De 1986 a 2024. Se dice pronto. Muchas veces se pierde la perspectiva del paso del tiempo. Hemos liberado Hyrule derrotando a las fuerzas del mal durante d¨¦cadas en diferentes l¨ªneas temporales. Hemos alzado la Espada Maestra contra quienes oprim¨ªan a nuestro pueblo y no dudamos en echarnos a la mar o montar en nuestro fiel corcel si era necesario. Ahora la fr¨ªa hoja de acero da paso a la dureza de la ra¨ªz de un viejo bast¨®n. La madera tallada, de punta resquebrajada es todo lo que necesitamos para liberar nuestras capacidades m¨¢gicas.

No cabe duda de que The Legend of Zelda: Echoes of Wisdom se ha nutrido de ciertos sistemas que se han puesto en pr¨¢ctica en los ¨²ltimos a?os dentro de la saga. Volvemos a la perspectiva cenital, una decisi¨®n que tira evidentemente de clasicismo a todos los niveles, pero que al mismo tiempo suma mucho de Breath of the Wild y su secuela, Tears of the Kingdom. Nos referimos sobre todo a la manera en la que te empuja a tirar de ingenio de manera constante. Muchas veces el entorno aparece ante ti como un rompecabezas de diferentes capas que poco a poco se va volviendo m¨¢s complejo. Y lo mejor de todo, al igual que ocurre en los juegos mencionados, es que no hay una manera correcta de resolverlos. Depende de lo que hayas descubierto durante la exploraci¨®n tendr¨¢s m¨¢s o menos herramientas que aprovechar en esos encuentros.

Tenemos claro el valor de esta entrega para la franquicia. No estamos para nada ante un producto de segunda fila, como ciertas corrientes apuntaban por su corto periodo de tiempo entre revelaci¨®n y lanzamiento. Pese a que en 2023 vimos el juego m¨¢s ambicioso de la historia de Nintendo, la figura de Echoes of Wisdom aparece como un faro para lo que est¨¢ por venir pr¨®ximamente. Si durante el ciclo de Nintendo Switch hemos visto a Link llevar el concepto de mundo abierto al l¨ªmite (con permiso del remake en forma de Links Awakening), Nintendo tambi¨¦n tiene la capacidad de plasmar proyectos de menor escala que mantienen la fuerza de su f¨®rmula. Lo hemos visto en pasadas generaciones: hay espacio para ambas perspectiva, y aqu¨ª gana tanto la empresa como los jugadores. El an¨¢lisis que leer¨¢s a continuaci¨®n est¨¢ libre de spoilers. Si¨¦ntate tranquilo y disfruta.

El protagonismo de Zelda y su cetro: una toma fresca sobre una f¨®rmula reconocible

Ceder el protagonismo completo a la figura de Zelda trae consigo unos cambios importantes a nivel mec¨¢nico. Si durante d¨¦cadas nos hemos acostumbrado a la espada y el escudo del h¨¦roe Link, la Princesa toma el Cetro de Tri para cambiar por completo la manera en la que abordamos no solo el combate, sino el progreso. La principal ventaja que nos otorga es la capacidad de replicar pr¨¢cticamente cada enemigo y objeto del escenario disponible en el juego. En el caso de los monstruos, la primera vez que abatas a uno aparecer¨¢ en formato miniatura donde muri¨®. Te acercas, aprietas el gatillo derecho y autom¨¢ticamente se sumar¨¢ a nuestra enciclopedia para lo que resta de aventura. Tan simple como eso.

Todo el sistema de copia e invocaci¨®n se rige bajo unas reglas estrictas. Echoes of the Wisdom se mira al espejo de Tears of the Kingdom en cuanto a darle importancia a la mec¨¢nica ligada a la fabricaci¨®n. Con Link form¨¢bamos experimentos en base a piezas cual bloques de LEGO, pero con Zelda son las propias piezas las que, juntas, forman resultados creativos sin alterar su naturaleza. Los l¨ªmites son mucho menos permisivos en esta entrega frente a la mencionada. No es resultado de una limitaci¨®n t¨¦cnica, sino una decisi¨®n plenamente consciente que fuerza a los jugadores a dar con resultados que no sean perezosos.

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?Por qu¨¦ decimos esto? Porque evidentemente hay piezas con mucho m¨¢s potencial que otras. Una vez desbloqueamos algunas, como el bloque acuoso, perfectamente podr¨ªamos crear puentes infinitos con los que sortear la mayor¨ªa de los obst¨¢culos. Pese a la limitaci¨®n, es algo que ocurre, aunque de manera manera mucho menos evidente gracias a la imposici¨®n de esas reglas. Los l¨ªmites est¨¢n marcados a trav¨¦s de Tri, nuestro omnipresente compa?ero, que act¨²a de alguna manera como la figura de Hada ya vista a lo largo de la saga. En movimiento va dejando un rastro de esquirlas que sirve como aviso visual del n¨²mero m¨¢ximo de copias que podemos tener al mismo tiempo. Porque no todas necesariamente gastan una, y ah¨ª es donde el sistema gana complejidad. Cada objeto o enemigo en nuestro poder gasta un n¨²mero determinado de esquirlas, que suele estar de acuerdo a sus capacidades. No, no vas a poder tener un ej¨¦rcito de F¨¦rreos a tu alrededor. Lo que s¨ª vas a poder hacer es jugar con el sistema para aprovecharlo a tu favor.

Queremos darle peso especialmente a esto que mencionamos, porque influye incluso en la manera en la que resolvemos los puzles. La memoria sigue la cola de elementos que has invocado en el mismo orden, es decir, si invocaste cuatro piedras, la quinta que hagas eliminar¨¢ la primera que hayas colocado en esa franja. Experimentando con el control vas d¨¢ndote cuenta de que muchas veces puedes combinar un salto y una invocaci¨®n en el mismo frame para poder ir sorteando ciertos tipos de obst¨¢culos. Algo parecido ocurre con los monstruos. Siguiendo con el F¨¦rreo, un soldado enorme de armadura impenetrable y hacha. Cuando golpea, requiere de un tiempo de refresco para poder hacer el siguiente ataque. Estos plazos los puedes acortar si juegas con el enemigo y conoces los movimientos de tus aliados, saltando entre invocaci¨®n e invocaci¨®n confundiendo al enemigo.

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Esa mirada al Link que hemos visto en Nintendo Switch se traslada a la otra gran vertiente que permite el cetro de Tri. A distancia podemos crear v¨ªnculos con los que mover objetos y enemigos (en este caso siempre que te lo permitan) parecido a lo que permite la Ultramano o el poder magn¨¦tico de Breath of the Wild. La diferencia en esta entrega es que se a?ade una capa alternativa a trav¨¦s del denominado v¨ªnculo invertido. ?A qu¨¦ se refiere? Pues que una vez nos vinculemos a un elemento en movimiento, podemos activar esta modalidad para movernos hacia su misma direcci¨®n desde nuestra posici¨®n. Esto abre un nuevo mundo de posibilidades relacionadas con el completado de puzles. Muchas veces el simple movimiento de un tibur¨®n puede ser la llave para desbloquear un paso que hasta el momento nos parec¨ªa imposible de resolver con las otras mec¨¢nicas.

La otra cara de Zelda: el esp¨ªritu de la espadachina

Como hab¨¦is podido leer, hasta el momento tan solo hemos se?alado que a la hora de combatir nos debemos apoyar en la invocaci¨®n de enemigos que forman parte de nuestra enciclopedia. No es toda la verdad. En un momento determinado, Zelda desbloquea la capacidad de imbuirse en el esp¨ªritu de la espadachina. Con tan solo pulsar cruceta arriba la envolvemos en una capa espectral que nos convierte durante unos segundos en una guerrera que nos transporta a las posibilidades del combate de toda la vida.

Muchas veces utilizamos esta mec¨¢nica como una especie de bot¨®n del p¨¢nico. Cuando las tornas est¨¢n un poco en nuestra contra, la activamos para limpiar r¨¢pidamente la sala. El mejor momento para usarla es cuando te enfrentas a un jefe final. Ah¨ª es donde exprime todas sus capacidades, sobre todo cuando ya tenemos algunas de sus habilidades posteriores desbloqueadas, como el arco y las bombas.

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La encontramos m¨¢s eficaz como recurso ofensivo que para sortear bloqueos de la trama. Las bombas en la saga siempre han sido la llave para desbloquear nuevas v¨ªas de progreso (que se lo digan a los Goron), pero aqu¨ª queda demasiado a un lado por todo lo que podemos a?adir a nuestra enciclopedia. Durante el transcurso de la aventura es probable que lleguemos mucho antes a sumar el pez bomba a nuestro repertorio que la habilidad en s¨ª misma. Al final ese enemigo perdido de una cueva secundaria se apropia de las funciones.

Es cierto que la presencia de esta mec¨¢nica facilita demasiado muchos de los encuentros clave. Recargas la barra de uso con unas esquirlas que est¨¢n pr¨¢cticamente en cada jarr¨®n o hierba del mundo. En cuanto extiendes un poco la duraci¨®n de uso se convierte en un recurso imprescindible. Abarca todas las distancias. A corta tienes la espada; en la larga tiras de arco; y en las emboscadas puedes limpiar las zonas de bomba en bomba.

El ritmo galopando por Hyrule: secretos a cada paso

A nivel de dise?o probablemente estemos ante una de las mejores versiones de Hyrule que se han podido ver en perspectiva cenital. No tanto por la manera en la que desbloqueas el avance, que en este sentido es bastante evidente (y sin misiones de intercambio), sino por la manera en la que encadenas contenidos ¨²tiles para la protagonista durante los nudos de cada arco argumental. Pongamos como ejemplo el camino hacia la fortaleza Gerudo. El bosque central que rodea al castillo da paso de manera natural a un desierto repleto de cuevas con las que desbloquear nuevos enemigos, o coleccionables esparcidos por el mapa sutilmente para mejorar los utensilios y la propia salud de Zelda.

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Insistimos en las cuevas. Hay muchas, pero much¨ªsimas cuevas a modo de minimazmorras. Suelen estar asociadas a los enemigos aut¨®ctonos de la zona, por lo que ir completando la enciclopedia es clave para seguir avanzando por todas ellas. Junto a las cuevas aparecen las brechas, de las que hablaremos m¨¢s adelante. Ambas forman un t¨¢ndem que entrelazan momentos de calidad a modo de respiro de las misiones principales. Nos hubiera gustado, eso s¨ª, que el rendimiento fuese m¨¢s estable. En el mundo abierto se resiente de manera constante cuando est¨¢ en modo dock.

Hay mucho secreto por ah¨ª y all¨¢ que alimenta el querer peinar cada palmo del mundo. Algunas de ellas est¨¢n asociadas a las misiones secundarias, que en estructura no difieren mucho de las que estrenaron las dos ¨²ltimas entregas de la saga. Nos gusta que la mayor¨ªa no sean tan evidentes. Los punteros en el mapa suelen ser los de menos. Te anima a ir observando el mundo atento hacia cualquier cosa curiosa o fuera de lugar. Incluso en algunas ocasiones ya sabes hacia d¨®nde pueden apuntar simplemente por haber peinado el mapa con antelaci¨®n.

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Hay tres personajes relacionados las vertientes secundarias que consideramos m¨¢s importantes. El primer de ellos se llama Sellelio. Este simp¨¢tico personaje vive obsesionado con hacer una marat¨®n de sellos. Al presentarnos nos dar¨¢ una hoja que ir rellenando con las mesas de sellado repartidas por todo el mapa. Cada vez que completamos una nos dar¨¢ una recompensa bastante jugosa. El segundo se trata de Damp¨¦, el ingeniero que nos permite construir los aut¨®matas. Son aliados poderosos en combate que podemos complementar con nuestras invocaciones. Puedes pasarte el juego sin desbloquearlos, pero si lo haces te dar¨¢ un impulso todav¨ªa mayor en potencia b¨¦lica. El tercero y ¨²ltimo es un se?or que te reta a embarcarte en un peque?o minijuego recogiendo bellotas en una zona en el menor tiempo posible. Algunos de sus regalos son muy pero que muy ¨²tiles.

Os preguntar¨¦is: ?d¨®nde est¨¢ el caballo? No entraremos en detalles sobre c¨®mo desbloquear la montura. Lo que s¨ª diremos es que es m¨¢s divertida la manera en la que te haces con ella que usarla. De base, Zelda puede girar pulsando el bot¨®n superior derecho del mando. Ese peque?o impulso hacia delante te da la suficiente velocidad para no tener que depender del caballo para moverte r¨¢pido por el mundo. Es totalmente prescindible.

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No es balad¨ª la manera en la que el mundo abierto est¨¢ ligado a parte del progreso de Zelda. El sistema se apoya en reaccionar a las pistas que nos va dejando el entorno. Muchas de las piezas que completan sus corazones est¨¢n esparcidas por la estepa en forma de peque?os puzles, pero lo que encontraremos de manera m¨¢s abundante ser¨¢n los fragmentos de Poderilio, un ingrediente clave para potenciar la efectividad de los utensilios del esp¨ªritu de la espadachina.

No acaba ah¨ª la cosa. El juego adopta el recetario de platos y lo transforma de una manera inteligente. Los ingredientes que encontramos durante la traves¨ªa pueden ser transformados en poderosos zumos elaborados en puestos espec¨ªficos de cada regi¨®n. Como estamos acostumbrados, la receta no la conocemos de antemano; es a partir de experimentar cuando surgen las mezclas potentes que adem¨¢s de curar salud nos mejoran temporalmente en seg¨²n qu¨¦ condiciones. Como pod¨¦is comprobar, la navegaci¨®n por Hyrule no trata no solo de unir puntos entre objetivos: hay much¨ªsimo que hacer (y muy bueno) entre medias. La m¨²sica tambi¨¦n influye. La banda sonora propone muchos tem¨¢s in¨¦ditos, mientras que otros se funden con las melod¨ªas cl¨¢sicas para firmar un repertorio que har¨¢ las delicias de los fans.

A caballo entre mazmorras cl¨¢sicas y niveles casi plataformeros

En The Legend of Zelda: Echoes of Wisdom conviven dos formas de elaborar las salas de prueba de toda la vida. Quiz¨¢ las Brechas sean las m¨¢s novedosas, aunque su aparici¨®n puede recordar a alguna entrega del pasado. Son niveles en mundos et¨¦reos donde debemos reunir un n¨²mero determinado de objetivos para poder salir de ella. Lo curioso es que su posici¨®n dentro del juego no sirve como check de habilidad a la altura de una mazmorra, sino que sirve como medidor de hasta qu¨¦ punto has dominado el sistema de r¨¦plica.

Hay muchos momentos, sobre todo en las encontradas en la segunda mitad del juego, donde las Brechas se convierten en niveles plataformeros en los que cada pixel de la posici¨®n de un objeto cuenta para poder completar el salto. Aqu¨ª no se trata de leer un mapa y determinar por qu¨¦ salas hemos pasado; aqu¨ª nos enfrentamos a un muro donde nuestros piolets son camas, bloques acuosos o el enemigo m¨¢s inesperado con el movimiento que mejor encaje en el obst¨¢culo frente a ti.

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El clasicismo en cuanto a estos recintos queda totalmente relegado a las mazmorras. No diremos el n¨²mero total, pero s¨ª os podemos adelantar que es el ideal para que no pese demasiado en la cerca de 30 horas que nos ha tomado completar el juego a casi el 100% (salvo un par de piezas de coraz¨®n que no encontramos). S¨ª debemos achacarle algo a la estructura del juego: se toma demasiado tiempo en introducir a las mec¨¢nicas. La primera mitad del juego sirve como un campo de entrenamiento para saber encajar las piezas (r¨¦plicas) en un mundo tradicional. En las mazmorras de esa franja nos dej¨® algo fr¨ªos. No fue hasta que cruzamos el ecuador cuando explota todas sus virtudes. Creednos: sabr¨¢s muy bien cu¨¢ndo ocurre.

No nos referimos unicamente a que las mazmorras en s¨ª mismas se vuelvan m¨¢s complejas: es que la introducci¨®n, el viaje hacia ellas forma parte de la experiencia. Sin entrar en revelaciones, se suman mec¨¢nicas que debemos responder con r¨¦plicas del elemento opuesto. Hasta ah¨ª podemos leer. En cuanto entramos de lleno en el nivel, la mazmorra sigue la l¨ªnea que hemos visto en las entregas de esta perspectiva.

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Influye mucho el sistema de r¨¦plicas y el poder vinculante en su dise?o. Es l¨®gico. Todas las situaciones se resuelven usando alguna de las dos. No hay tanta b¨²squeda de objetos para progresar. Conseguir el mapa suele ser una tarea sencilla, y a partir de ah¨ª vas completando situaciones para conseguir las llaves de turno que liberan las salas que hasta el momento estaban cerradas. Tenemos en nuestra mente una mazmorra que nos encant¨® por la manera en la que plantea un rompecabezas que se extiende por todas las salas. Tienes que ir completando los peque?os retos desde la ¨²ltima hasta la primera para poder dar con la soluci¨®n.

Podemos decir que la naturaleza de cada mazmorra es ¨²nica. T¨®pico, por otro lado, pero que no conviene olvidar cuando detr¨¢s est¨¢ construida sobre una base tradicional. Lo hace de maneras que nos sacan una sonrisa. Juegan mucho con las pantallas en 2D. Logra que las vayas intercalando con una naturalidad pasmosa. Las transiciones son super naturales. Como ocurre en el resto de la aventura, tirar de ingenio es constante (y clave) para poder lograr llegar a la meta. Nos gustan la mayor¨ªa de jefes, que en esencia ponen a prueba los sistemas alrededor de Zelda. Pocas sorpresas en este sentido, aunque tampoco podemos desvelar mucho de ellas.

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Este an¨¢lisis se ha realizado con una copia proporcionada por Nintendo Ib¨¦rica