The Gunk, an¨¢lisis. Exploraci¨®n alien¨ªgena

Las aventuras de plataformas y exploraci¨®n de corte cl¨¢sico reciben un nuevo exponente del g¨¦nero a finales de un 2021 cargado de grandes videojuegos. Y es que con el objetivo de recuperar las sensaciones de anta?o de t¨ªtulos centrados en los saltos, la resoluci¨®n de rompecabezas y ciertos desaf¨ªos a trav¨¦s de un desarrollo afable, los creadores de la saga SteamWorld -los suecos Image & Form Games- lanzan su apuesta m¨¢s ambiciosa hasta la fecha con The Gunk, videojuego ya disponible tanto en Xbox One como en Xbox Series X|S y PC solo a trav¨¦s de la tienda de Microsoft, con presencia desde el d¨ªa uno en Xbox Game Pass. No hay excusa para probar una colorida y amena aventura que destaca en algunos aspectos y se muestra conservadora en otros; a continuaci¨®n, analizamos The Gunk.

Tras los pasos de una civilizaci¨®n perdida

The Gunk, en esencia, es una aventura en tercera persona de exploraci¨®n, plataformas y algunos puzles, de desarrollo lineal pero que ofrece cierta libertad para explorar entornos relativamente abiertos y descubrir todos sus secretos, si as¨ª lo deseamos. Todo ello salpicado (nunca mejor dicho) con la presencia de una substancia t¨®xica llamada gunk (en ingl¨¦s ¡°mugre¡±) que est¨¢ corrompiendo los diferentes ecosistemas de un exuberante planeta alien¨ªgena. Y es que formamos parte de un peculiar grupo de transportistas espaciales en busca de valiosos recursos que parecen haber encontrado, al fin, su bot¨ªn m¨¢s valioso en un planeta desconocido rebosante de vida. Aunque pronto descubriremos que el gunk est¨¢ poniendo en peligro tanto el planeta como los restos de lo que parece una antigua civilizaci¨®n perdida...

Sin desvelar m¨¢s de lo necesario, pronto nos haremos con el control de Rani, una de las integrantes de un grupo formado por su compa?era y un curioso robot, cuya caracter¨ªstica m¨¢s destacable (m¨¢s all¨¢ de una innata curiosidad que provoca situaciones, como poco, peligrosas) es un brazo mec¨¢nico capaz de absorber toda clase de recursos, adem¨¢s del propio gunk. Pronto nos sentiremos familiarizados con la mec¨¢nica de absorci¨®n de las diferentes zonas de gunk que encontraremos a nuestro paso, un desarrollo que recuerda a videojuegos como Luigi's Mansion o la m¨¢s reciente entrega de los Pitufos. Aunque The Gunk no renuncia a su propia personalidad, como decimos, muy marcada por su esp¨ªritu old-school en el g¨¦nero de las aventuras 3D de exploraci¨®n.

As¨ª, el periplo de Rani nos llevar¨¢ a varias zonas de un planeta colorido y preciosista a m¨¢s no poder (algunas estampas son verdaderamente alucinantes) y se desarrollar¨¢ a trav¨¦s de escenarios lineales con zonas algo m¨¢s abiertas en las que resolver ciertos puzles o desaf¨ªos relacionados con el entorno. Entre ellos, la necesidad de acabar con el gunk para limpiar las zonas afectadas y descubrir recursos que podremos absorber para mejorar el brazo mec¨¢nico de nuestra joven e intr¨¦pida protagonista. Adem¨¢s, tambi¨¦n podremos escanear toda clase de elementos para descubrir plantas, animales, aliens y estructuras, todo para desbloquear nuevas mejoras como una mayor fuerza de absorci¨®n, el disparo energ¨¦tico o el aumento de la velocidad a la hora de desplazarnos. Todo ello hace de la jugabilidad de The Gunk una experiencia amena e interesante que nos anima a seguir avanzando.

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Este es, precisamente, uno de sus puntos fuertes, ya que resulta bastante entretenido gracias a un ritmo que no decae y que plantea constantes desaf¨ªos, ya sea a trav¨¦s de nuestra interacci¨®n con el entorno para abrirnos paso (ya sea haciendo crecer enormes plantas sobre las que saltar o haciendo estallar escombros que impiden nuestro avance con semillas explosivas, entre otras acciones), brincando entre zonas de plataformas o enfrent¨¢ndonos a algunos alien¨ªgenas con muy malas pulgas, todo ello aprovechando el potencial del brazo mec¨¢nico de Rani. Y es que dicho artilugio no servir¨¢ solo para aspirar la viscosa y mugrienta substancia, sino que tambi¨¦n podremos absorber recursos, transportar ciertos tipos de semillas o plantas con diferentes efectos e incluso disparar proyectiles de energ¨ªa. Aun as¨ª, las acciones que realizaremos pronto se sentir¨¢n algo limitadas y caer¨¢n en la reiteraci¨®n.

Todo ello para ofrecer al jugador una aventura agradable y directa que no se complica con tramas secundarias, para una duraci¨®n total de entre 6 y 7 horas, un aspecto que le sienta como anillo al dedo en una industria que parece apostar cada vez m¨¢s por videojuegos de decenas de horas alargados de forma artificial. Y por si fuera poco, a lo largo de la trama seremos testigos de dos aspectos clave que dar¨¢n forma a una historia que mantiene la incertidumbre hasta el tramo final, con una relaci¨®n entre ambas compa?eras que se ver¨¢ afectada junto a los descubrimientos de la propia Rani sobre el pasado de los habitantes de dicho planeta.

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Experiencia old-school con altibajos

Como apunt¨¢bamos al inicio, The Gunk apuesta por una jugabilidad cl¨¢sica dentro del g¨¦nero de las aventuras 3D con toques plataformeros, relegando la acci¨®n a un segundo plano para apostar sin titubeos por los rompecabezas y constantes desaf¨ªos que ofrecen los diferentes entornos. Si bien el avance es bastante ameno gracias a los sucesivos retos junto al propio dise?o de los niveles (adem¨¢s de un nivel de dificultad casi inexistente), es en la experiencia a los mandos donde encontramos algunos contratiempos. Tanto es as¨ª, que el control no es todo lo preciso que nos gustar¨ªa, especialmente en los saltos, algo que nos llevar¨¢ a fallar en m¨¢s ocasiones de las que nos gustar¨ªa; por suerte, la penalizaci¨®n es pr¨¢cticamente inexistente, ya que si caemos por un abismo, nos mata un alien o nos precipitamos desde una altura excesiva, regresaremos al punto inmediatamente anterior. Tras varios errores o golpes seguidos aparecer¨¢ el manido Game Over que nos llevar¨¢ al ¨²ltimo checkpoint, de los muchos que tiene el juego.

La relaci¨®n de la protagonista con el entorno tampoco demuestra el rigor que ser¨ªa esperable, sobre todo en lo referente al ¡°contacto¡± o interacci¨®n del personaje con el entorno. Aun as¨ª, y por lo general, las sensaciones son m¨¢s positivas que negativas y nos permiten disfrutar de su desarrollo sin demasiados contratiempos. Aunque The Gunk muestra su mejor cara a trav¨¦s de su impecable dise?o art¨ªstico, algo venido a menos por un nivel gr¨¢fico quiz¨¢s demasiado conservador en ciertos aspectos como las texturas, los modelados o las animaciones. Est¨¢ claro que sus creadores no pretenden llegar a una puesta en escena de corte AAA, pero ello no impide mostrar algunas caracter¨ªsticas algo pobres a nivel tecnol¨®gico. Por suerte, los coloridos paisajes y la exuberancia vegetal del planeta suplen el resto de carencias visuales.

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A nivel sonoro el juego apuesta por melod¨ªas pausadas que no dudan en animarse en situaciones m¨¢s peliagudas; los temas, adem¨¢s, demuestran cierto gusto por melod¨ªas cl¨¢sicas orientales, lo que le da un toque muy especial a la ambientaci¨®n del juego. Las voces llegan en ingl¨¦s (bastante bien interpretadas, todo hay que decirlo), aunque los textos s¨ª est¨¢n localizados al castellano. Por ¨²ltimo, The Gunk tambi¨¦n sufre de ciertos problemas t¨¦cnicos como un popping de texturas algo acusado (especialmente en Xbox One), aunque se mueve con soltura a 60 fps en versiones de hardware m¨¢s potentes.