The Cursed Crusade
- Plataforma3604PCPS3
- G¨¦neroAcci¨®n, Aventura
- DesarrolladorKT Racing
- Lanzamiento14/10/2011
- EditorDTP Entertainment
Tedio medieval
The Cursed Crusade es un hack'n'slash de ambientaci¨®n medieval que promete algunas cosas interesantes pero se queda corto a la hora de ofrecer un producto completo y bien medido en todos sus aspectos. Un juego sencillo que no termina de arrancar.
The Cursed Crusade es un juego que llega sin hacer demasiado ruido y que a lo largo de su desarrollo nos fue dejando algunos detalles interesantes ante lo que promet¨ªa que podr¨ªa llegar a ser una ¨¦pica epopeya medieval dentro del g¨¦nero del hack'n'slash. Pese a que se trata de una producci¨®n de bajo presupuesto de dtp entertainment, desarrollada por Kylotonn Games, parec¨ªa tener potencial para llegar a convertirse en un t¨ªtulo que consiguiese ganarse a una masa de seguidores. No en vano, en esta generaci¨®n hemos visto c¨®mo algunas peque?as producciones han conseguido destacar hasta convertirse en las favoritas de los usuarios, por encima de grandes producciones m¨¢s alabadas y veneradas. Sin embargo, este no va a ser el caso de The Cursed Crusade.
El juego es b¨¢sico, repetitivo y depende excesivamente de la gran cantidad de secuencias de v¨ªdeo que se introducen en pr¨¢cticamente todo momento posible. Es una de esas producciones en las que no se puede uno ni plantear que no se ha aprovechado el potencial del juego, porque realmente no se llega a percibir en ning¨²n momento nada que destaque especialmente o que, de haberse cuidado m¨¢s, pudiese elevar el valor general de la producci¨®n. Los escasos momentos de juego son anodinos y carentes de inter¨¦s real, y las infinitas secuencias de v¨ªdeo intentan narrar una historia que no termina de ganar ritmo y acaban antoj¨¢ndose eternas e innecesarias. Y ese es el gran problema de The Cursed Crusade: falla la historia y falla la jugabilidad, con lo cual no le queda nada a lo que aferrarse.
Es preciso destacar en este punto un detalle que nos afecta m¨¢s directamente a los espa?oles, y es el personaje de Esteban Noviembre, un estereotipo tan marcado y tan cargado de clich¨¦s que se podr¨ªa convertir en la ejemplificaci¨®n perfecta de los problemas que tiene The Cursed Crusade para tomarse en serio a s¨ª mismo y ofrecer algo novedoso e impactante. De hecho, el ¨²nico matiz que realmente se puede destacar como propio de esta producci¨®n es el aspecto de la maldici¨®n y el cambio de visi¨®n del mundo que nos rodea, pero ni es tan interesante ni aporta gran cosa a la jugabilidad, por lo que enseguida cae en el olvido casi tan r¨¢pido como la propia historia que se nos intenta narrar.
Y es que ese es un gran problema de The Cursed Crusade: se obsesiona con la narraci¨®n y con ofrecerlo todo mediante escenas de v¨ªdeo, pero con un resultado nefasto. Hay otras producciones de renombre que abusan de las secuencias cinematogr¨¢ficas, pero consiguen lo que no consigue este juego: ser interesantes y tener coherencia, sabiendo cu¨¢ndo presentar una secuencia y cu¨¢ndo dejar que sea el juego o el jugador quienes interpreten una escena. Es habitual que se nos presenten cinco o seis escenas de v¨ªdeo seguidas (o m¨¢s), con saltos espaciales y temporales que no terminan de estar claro, con abundancia de personajes que cada vez se adentran en un tema diferente? todo para acabar sin contar nada realmente. Y lo peor es que muchos combates y enfrentamientos y algunos de los momentos que pretenden ser ¨¦picos se resuelven tambi¨¦n con m¨¢s escenas de v¨ªdeo.
De hecho, de lo m¨¢s interesante del juego son los puntos que se nos otorgar¨¢n al terminar cada una de esas peque?as misiones, que podremos invertir para mejorar al personaje (vida, defensa, maldici¨®n, etc¨¦tera) y, aparte, los que podremos invertir para adquirir nuevos movimientos para las diferentes armas (a una mano, a dos, ballesta, lanzas?). Sin embargo, todo esto tiene una repercusi¨®n demasiado escasa en lo que es la jugabilidad real. La respuesta de los personajes es demasiado lenta desde que pulsamos el bot¨®n, provocando que los combos sean tediosos de realizar y que se acabe recurriendo a golpes b¨¢sicos que son igual de efectivos, por no decir incluso m¨¢s que muchas de las combinaciones. Eso s¨ª, las armas y elementos de defensa se desgastan y rompen con el tiempo, debiendo recoger otros objetos de los que dejan los enemigos al morir.
Adem¨¢s de lento, el sistema de combate depende much¨ªsimo, y de manera excesiva, de los golpes finales desarrollados en forma de QTE, los cuales son demasiado largos para lo que son, poco espectaculares y muy poco numerosos, llegando a darse situaciones en las que nos sentimos realizando las mismas acciones una y otra vez y matando enemigos de manera mec¨¢nica. Dado que los enemigos que te rodean no te atacan durante estas situaciones, el juego se antoja todav¨ªa m¨¢s sencillo (por momentos, cuesta llegar a darse cuenta de que te est¨¢n quitando vida), hasta el punto de que los objetos ocultos del escenario ni siquiera est¨¢n demasiado ocultos y se encuentran f¨¢cilmente. La ausencia total de puzles se hace notar en exceso, sobre todo cuando jugamos en cooperativo, ya que la participaci¨®n del segundo personaje se antoja hasta innecesaria.
Adem¨¢s, son bastante abundantes los bugs en los que el personaje no puede interactuar con objetos del escenario con los que se supone que debe interactuar, lo cual unido a las mediocres animaciones y a c¨®mo tiemblan por lo general los gr¨¢ficos en pantalla constantemente, componen un apartado gr¨¢fico que deber¨ªa haber dado much¨ªsimo m¨¢s de s¨ª. A nivel sonoro el juego tampoco destaca en pr¨¢cticamente nada, con algunos efectos sonoros bastante nefastos que dejan mucho que desear y, sobre todo, con un trabajo de doblaje que, especialmente en el caso de Esteban, ser¨ªa mejor pasar por alto. En definitiva, un juego que no cumple con los m¨ªnimos exigibles a estas alturas en un mercado tan cargado de alternativas.
Mediocre
Pod¨ªa ser pero no ha sido y tras pasar unos breves minutos con ¨¦l quedar¨¢ archivado en la estanter¨ªa para no jugarlo nunca m¨¢s. No lo compres, no digas que no te lo advertimos.