Desde Francia nos llega una interesante propuesta para los amantes del sigilo, la infiltraci¨®n y el asesinato. En este t¨ªtulo adoptamos un papel sin duda diferente: el de un Goblin que ha dominado el arte de la infiltraci¨®n como m¨¦todo de supervivencia para cumplir sus objetivos. En un mundo de humanos, orcos y elfos, donde cualquiera de ellos puede destrozar a la peque?a criatura en cuanto a fuerza f¨ªsica, este goblin ha aprendido a superarlos usando el factor sorpresa, la agilidad y el cuchillo en la garganta como m¨¦todo infalible para cumplir sus objetivos, adem¨¢s de otros medios m¨¢s m¨ªsticos que le ayudar¨¢n a cumplir su m¨¢s deseado objetivo: robar el coraz¨®n del ¨¢rbol del mundo. De la historia no contaremos demasiado para no desvelar sorpresas, b¨¢sicamente hay que saber que somos el goblin Styx, y que somos ¡°el malo¡± de esta historia. La personalidad del goblin tampoco lo coloca como un antih¨¦roe precisamente, todo lo contrario, estamos ante una criatura ruda y homicida que no entiende conceptos como bondad o nobleza. Aunque lo que s¨ª que hace muy bien la historia del juego es ponernos tras los ojos ¡°del malo¡± y ense?arnos el mundo tal y como lo ve ¨¦l, lo que da un poco de contexto a nuestras acciones. En general, la historia tiene buenas ideas con algunos problemas de ejecuci¨®n y algunos giros un tanto raros o bruscos, pero realmente es lo de menos. Nuestra opini¨®n del personaje que encarnamos variar¨¢ a lo largo de la aventura, y seguramente habr¨¢ diversidad de opiniones sobre la personalidad y motivaciones del protagonista, pero no estamos ante el eje principal del juego. Lo que s¨ª que importa es el lugar: nos encontramos en la fortaleza de Akenash, un imponente lugar al que s¨®lo se puede llegar en dirigible y que es resultado de una alianza entre humanos y elfos. Todo gira alrededor del mencionado ¨¢rbol del mundo, que produce lo que se conoce simplemente como ¡°¨¢mbar¡±, una fuente de poder ilimitado. El ¨¢rbol y sus secretos pertenecen a los elfos, pero los hombres lo conquistaron y en su sed de codicia trataron de extraer el ¨¢mbar del coraz¨®n del ¨¢rbol, con resultados catastr¨®ficos. A partir de ah¨ª se forj¨® una forzosa alianza, los humanos construyeron una impenetrable fortificaci¨®n para que nada pudiera entrar (o salir) sin su permiso, mientras que los elfos extra¨ªan el ¨¢mbar para beneficio mutuo. El ¨¢mbar es la clave del motivo por lo que Styx est¨¢ aqu¨ª, en una historia personal que se ir¨¢ desvelando con la trama, pero que est¨¢ tambi¨¦n relacionado con ciertas habilidades especiales que la criatura puede desarrollar.
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Comentado el contexto, nos encontramos ante un juego estructurado en misiones por diferentes lugares de la fortaleza. Contamos con un mapa general, pero en realidad nos guiaremos m¨¢s por los indicadores de pantalla para saber d¨®nde est¨¢n nuestros objetivos, a riesgo de perdernos. Llama la atenci¨®n el tama?o y la verticalidad de los entornos, as¨ª como la gran libertad para explorar el espacio y descubrir secretos y peque?os rincones que nos pueden ser muy ¨²tiles. La agilidad es un elemento fundamental de Styx y es realmente un placer ver la agilidad con la que se mueve escalando, saltando y realizando su movimiento m¨¢s caracter¨ªstico: encaramarse en el cuello de su v¨ªctima para asesinarlo. El dise?o de los escenarios est¨¢ pensado para que tengamos una gran libertad de ir del punto A al? punto B, lo que nos da una agradable sensaci¨®n de estar navegando un entorno real que estamos dominando con nuestras habilidades en vez de ser algo lineal que s¨®lo requiere pulsar un bot¨®n. No todo es perfecto, sin embargo. Lo que es la parte de plataformas requiere de cierto ajuste y seguramente provocar¨¢ algunas frustraciones en las primeras horas con alguna ca¨ªda absurda. Lo peor sin duda es cu¨¢ndo tenemos que colgarnos de un bordillo , un proceso que hay que hacer con sumo cuidado para no caerse a las primeras de cambio, lo que no siempre es f¨¢cil. Una vez dominadas estos peque?os quebraderos de cabeza, disfrutaremos mucho recorriendo los grandes espacios de la fortaleza. Por descontado, la clave de todo est¨¢ en no ser visto . Para ello contaremos con variados elementos en el escenario que podemos usar a nuestro favor. Apagar fuentes de luz es pr¨¢cticamente obligado para pasar por ciertos lugares, cosa que debemos combinar con t¨¦cnicas poco avanzadas como esconderse debajo de las mesas. Las zonas nos suelen ofrecer variadas rutas que podemos utilizar tambi¨¦n para pasar desapercibidos, desde lugares altos en los que explotar nuestra agilidad a conductos subterr¨¢neos que comunican una zona con otra de forma segura. Es perfectamente posible cumplir las misiones sin matar o alarmar a nadie, por lo que obtendremos reconocimiento. Tambi¨¦n mejoraremos la progresi¨®n de Styx si dedicamos un tiempo a explorar o hacer misiones secundarias, por lo que hay un claro componente de infiltraci¨®n y exploraci¨®n a un muy nivel. Sin embargo, es indudable que los creadores han ideado el juego con la idea de animar a que el jugador asesine como m¨¦todo preferente para avanzar, de forma que muchas habilidades que ganaremos est¨¢n destinadas a tal fin.
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Provoca cierto s¨¢dico placer ver la fluidez de los movimientos de Styx a la hora de ejecutar a alguien. Los desarrolladores se han encargado de que la muerte aqu¨ª sea algo sucio y terror¨ªfico . Los borbotones de sangre son lo de menos, lo que m¨¢s destaca es la siniestra plasticidad de los movimientos con los que el goblin sujeta a sus v¨ªctimas y c¨®mo estas reaccionan aterrorizadas ante la acci¨®n. Manteniendo el bot¨®n de acci¨®n presionado, mantendremos a la presa sujeta para darle una muerte ag¨®nica, m¨¢s lenta pero silenciosa. Mientras que si vamos con prisa podemos simplemente ejecutar al pobre desgraciado, que gritar¨¢ antes de morir. Acercarse por detr¨¢s est¨¢ lejos de ser la ¨²nica herramienta mortal del goblin, que puede hacer cosas como lanzarse desde lo alto para acabar r¨¢pidamente con un rival y adquirir una buena variedad de t¨¦cnicas con las que hacer su trabajo m¨¢s f¨¢cil. Seg¨²n progresamos, adquirimos nuevas habilidades que hacen m¨¢s asequible el enfrentarnos a los interminables guardas y enemigos que nos encontramos en nuestro viaje hac¨ªa el lugar donde est¨¢ el ?rbol del Mundo . Algunas t¨¦cnicas son pr¨¢cticamente imprescindibles para poder avanzar, como la de matar detr¨¢s de una esquina, que nos permite acabar con alguien con algo m¨¢s de seguridad, aunque es extra?o que algo tan b¨¢sico sea una habilidad a desbloquear. Otras t¨¦cnicas f¨ªsicas son algo m¨¢s rocambolescas y tienen menos utilidad, aunque est¨¢ bien contar con ellas. Otras opciones pasan por utensilios del "oficio" como cuchillos para lanzar, aunque desgraciadamente son escasos y no podemos contar demasiado con ellos. Tambi¨¦n hay posibilidad de usar elementos del escenario en nuestro favor: hacer caer una gigantesca l¨¢mpara sobre una habitaci¨®n repleta de guardias no es un m¨¦todo muy sibilino, pero es sin duda efectivo.
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Adem¨¢s de las t¨¦cnicas f¨ªsicas contamos tambi¨¦n con otras que dependen m¨¢s de la astucia o del extra?o ¨¢mbar que est¨¢ relacionado con la misi¨®n y la precaria condici¨®n mental de Styx. Usar veneno en agua o comida y ver tranquilamente como el guardia de turno muere en unos segundos sin mover un dedo es un cl¨¢sico de los juegos de infiltraci¨®n y asesinato sin ir m¨¢s lejos. Tambi¨¦n es importante esconder los cuerpos, para lo que contamos de forma limitada de una especie de ¨¢cido que hace que el cuerpo se esfume -aunque lo m¨¢s habitual ser¨¢ mover el cuerpo a una zona donde no se vea-. En cuanto al ¨¢mbar, el poder m¨¢s estramb¨®tico que nos confiere es el de ¡°vomitar¡± a un clon, que nos permite durante unos segundos operar ¡°por control remoto¡±, muy ¨²til para despistar guardias y jugar con la IA en general. Seg¨²n vamos avanzando, su utilidad se multiplica: pueden abrazarse a alguien para explotar y llev¨¢rselo por delante, pueden transformarse en una bomba de humo que deje fuera de juego grupo de guardias, e incluso pueden hacerse invisibles, muy ¨²til para envenenar en una zona comprometida, o activar algo en una zona especialmente vigilada. El propio Styx podr¨¢ tambi¨¦n hacerse invisible en un punto del juego, pero de forma bastante limitada. Crear un clon requiere un poco de ¨¢mbar, pero es posible recuperarlo, as¨ª que lo de crear clones es algo que usaremos muy habitualmente, tanto para despejar el camino como para resolver los simples puzles emplazados en el entorno. La parte de infiltraci¨®n del juego est¨¢ muy bien llevada, tiene lo imprescindible que tiene que tener: un buen y expansivo dise?o de niveles (del que juegos de infiltraci¨®n recientes con m¨¢s presupuesto tienen much¨ªsimo que aprender) y unas buenas mec¨¢nicas en l¨ªneas generales. Pero donde el juego pierde muchos enteros es en el combate. S¨ª, posiblemente el aficionado al g¨¦nero se est¨¢ rascando la cabeza sobre este punto ya que el combate en esta clase de juegos tiene que estar reducido a la m¨ªnima expresi¨®n y no ser importante. El problema es que ha habido un error de bulto a la hora de crear un ¡°castigo¡± una vez que eres detectado. B¨¢sicamente, si eres descuidado, uno o varios guardias correr¨¢n a tu posici¨®n y entonces comienza un modo duelo, en el que lo ¨²nico que haces es dar vueltas y bloquear al enemigo hasta que se abra una ventana para el contraataque. Aunque haya varios soldados, s¨®lo combates a la vez con uno, as¨ª que lo que es una situaci¨®n de m¨¢xima tensi¨®n se convierte en una danza repetitiva que tienes que repetir una y otra vez si no eres cuidadoso. En otros juegos de sigilo, ser detectado es parte del encanto y lo que abre emocionantes secuencias de escape para despistar a los rivales, pero aqu¨ª no se permite esta opci¨®n y tampoco podemos escapar del combate, ya que estamos ¡°atrapados¡± en el modo duelo hasta que uno cae. Hay ciertas t¨¦cnicas avanzadas como la invisibilidad que nos puede sacar de esa situaci¨®n, pero cuesta una considerable cantidad de ¨¢mbar que no se puede recuperar, as¨ª que es algo que no nos podemos permitir demasiado. Es algo que resta mucho ritmo a la aventura si eres descuidado, y un problema que el estudio deber¨ªa haber solucionado de otra forma -incluso muerte autom¨¢tica al ser alcanzado hubiera sido preferible al tost¨®n del modo duelo-.