Una visi¨®n hecha realidad

Ha sido un largo camino, largu¨ªsimo para Will Wright y su equipo a la hora de realizar este t¨ªtulo, pero tambi¨¦n relativamente largo en lo que se refiere a la elaboraci¨®n de este an¨¢lisis. La historia comenz¨® hace casi un mes, cuando Meristation se desplaz¨® hasta Ginebra para probar la primera versi¨®n final de Spore, con todo su contenido y todas sus fases. Todav¨ªa estaba en periodo de depuraci¨®n de bugs, aunque en seis horas de partida no apareci¨® ninguno, lo que es buena se?al. Desde ese momento y hasta el d¨ªa de hoy, hemos estado analizando el juego, sus pros, sus contras y, lo que es  m¨¢s importante, calibrar su relevancia en la industria del videojuego. Porque no estamos hablando de un juego cualquiera, estamos hablando de un proyecto que ha sido concebido desde el principio como algo revolucionario, preparado para romper moldes y abrir nuevas fronteras, por lo que es vital analizar este factor a la hora de hacer una valoraci¨®n general del juego.

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Spore es la consecuencia natural de las ideas de un hombre que durante toda su trayectoria ha ido creando ¨¦xitos con la creatividad por bandera. Incluso antes de que realizara Sim City, este dise?ador apasionado de la ciencia con su primer trabajo  -el juego de helic¨®pteros Raid on Bungeling Bay- que m¨¢s interesante que el propio juego era el editor que hab¨ªa ideado para construirlo y esa lecci¨®n le sirvi¨® en adelante como punto de partida para sus proyectos: construir un universo complejo pero accesible y dejar que sea el jugador el que construya su propio mundo y experiencia. S¨®lo hay que fijarse en Sim City, formado sobre un complejo sistema de normas que rige la ciudad y sus habitantes, combinado adem¨¢s en perfecta armon¨ªa con la idea de que el usuario tuviera una enorme libertad para experimentar y explorar las posibilidades disponibles.

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Desde entonces, Wright y su equipo no han cesado de crear esta clase de experiencias, grandes esfuerzos en dise?ar t¨ªtulos no atados por lo lineal, lo previsible o lo controlado. Siempre han tratado de crear experiencias que hagan part¨ªcipe a los jugadores y estos han respondido con el enorme ¨¦xito que ha acompa?ado al autor en su carrera, hasta el momento coronada por Los Sims, su mayor ¨¦xito y una arriesgada apuesta realizada tanto por su complejidad interna y de ejecuci¨®n como por la posibilidad de que el jugador no se sintiera atra¨ªdo por la premisa de tomar el control de unas vidas virtuales. Hoy es uno de los juegos m¨¢s importantes del sector de los videojuegos, con una influencia enorme tanto comercial como creativa, y todo conseguido sin renunciar a los fundamentos que han guiado sus trabajos anteriores.

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Para un creativo que so?aba de peque?o con ser astronauta y colonizar planetas, Spore puede ser lo m¨¢s cercano posible a ese sue?o. Pero es m¨¢s que eso, es la culminaci¨®n de una carrera dedicada a crear juegos en los que el descubrimiento y la creaci¨®n han sido los grandes pilares, dos conceptos que en este t¨ªtulo son llevados hasta donde nunca antes hab¨ªa sido posible. Al margen de otras consideraciones, si hay algo que este t¨ªtulo ofrece al mundo es uno de los pasos m¨¢s revolucionarios y evidentes dados en la direcci¨®n del juego procedural. Un antes y un despu¨¦s han quedado marcados en este punto, con el mensaje de que ahora hay un futuro en el que los usuarios no tienen l¨ªmites a la hora de usar su creatividad para construir el mundo con el que van a jugar.

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A pesar de que es un juego en el que uno puede alargar la partida hasta donde desee -cada vez que se empieza una vida el universo es completamente nuevo y muy vasto, con decenas y decenas de planetas distintos, cada uno habitado por diversas formas de vida-, tambi¨¦n cuenta con unos poco restrictivos objetivos que est¨¢n ah¨ª para aquellos que gusten de seguir una direcci¨®n. El objetivo final es llegar con tu especie al mismo centro del universo, un camino deliberadamente vago que anima a abrazar los verdaderos objetivos del juego, basados en interaccionar y manipular este vasto espacio virtual siempre cambiante y sorprendente. Como cualquier seguidor de este proyecto sabe, hay diferentes fases de juego con diferentes mec¨¢nicas que van definiendo la especie creada en cada paso dado: la fase inicial, sumergida en el l¨ªquido primario; los primeros pasos en tierra firme, la fase tribal, el momento de desarrollo de la civilizaci¨®n y por ¨²ltimo la fase espacial.

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La forma de alimentaci¨®n tambi¨¦n define ciertas caracter¨ªsticas especiales que se van desarrollando como bonificaciones pasivas; las criaturas carn¨ªvoras que adem¨¢s tiendan a atacar a otras especies desarrollar¨¢n habilidades especiales de ataque, mientras que las criaturas vegetarias pueden desarrollar bonus referentes a comunicaci¨®n o seducci¨®n. Pero lo que verdaderamente define a tu criatura es los "complementos" que se pueden cambiar mediante "puntos gen¨¦ticos", que permiten en el editor a?adir extensiones ¨²tiles a la morfolog¨ªa de tu especie. Aletas e impulsores para nadar m¨¢s r¨¢pido, pinchos para defenderse, gl¨¢ndulas generadoras de veneno o electricidad para atacar con m¨¢s eficiencia... cada vez que haya que realizar un salto evolutivo se puede intentar localizar una pareja para procrear, lo que permitir¨¢ acceder al editor y modificar cualquier cosa dentro de las posibilidades disponibles en ese momento, posibilidades que por otro lado van en aumento.

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Una tabla de evoluci¨®n marca con precisi¨®n todos los pasos que tu criatura est¨¢ siguiendo, con tres zonas distintas que marcan la actitud y forma de alimentaci¨®n, relacionadas estrechamente con la forma en la que se interacciona con su entorno y otras criaturas. Todos los momentos importantes quedan reflejados en esta biograf¨ªa evolutiva, incluyendo los momentos en los que se muere -que no tienen mayor consecuencia ya que simplemente hacen que el juego prosiga por donde iba-. Todas las criaturas en Spore tienen su tabla evolutiva que puede ser consultada a trav¨¦s de la Sporepedia para comprobar sus historias, d¨¢ndoles un contexto que siempre resulta ¨²til e interesante.

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Los objetivos en esa fase est¨¢n en seguir evolucionado hasta conseguir la suficiente masa cerebral para alcanzar la conciencia de uno mismo. El control es muy b¨¢sico, as¨ª como las posibilidades de interacci¨®n con otros seres, ya sean de tu especie o de otra distinta. El combate por ejemplo es extremadamente simple y todo se limita a usar las pocas habilidades disponibles para tratar de aumentar el da?o a la v¨ªctima como mordiscos, escupitajos venenosos, zarpazos o cargas a toda velocidad si se cuenta con las patas necesarias -en grupo no cambia nada, ya que los seguidores realizan la misma acci¨®n que se ha seleccionado con el principal, as¨ª que no hay t¨¢cticas ni nada que se le parezca. Otras alternativas, como la v¨ªa social, tampoco ofrecen muchas opciones y quedan reducidas a conceptos muy b¨¢sicos.

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Tambi¨¦n hay que indicar que, desgraciadamente, es en esta parte cuando se aprecian mejor los mayores problemas de Spore de cara al jugador con experiencia. Esta interpretaci¨®n de un Hack'n Slash est¨¢ tan reducida a lo b¨¢sico y hay tan pocas opciones que se puede volver tediosas e ins¨ªpida para los amantes del g¨¦nero. En un estilo de juego ofensivo, la rutina de ataque se limita, en el mejor de los casos, a presionar cuatro botones en orden y procurar no topar con criaturas ¨¦picas o que puedan superarte en n¨²mero. Est¨¢ claro que la prioridad ha sido crear esta mec¨¢nica para aquellos que no est¨¢n familiarizados con ella, pero no ha habido forma de conciliar ambas corrientes y al final lo que resulta es un juego de m¨ªnimos. La mejor noticia es que la fase puede terminarse en poco tiempo, antes de que aparezcan con fuerza signos de completo aburrimiento.

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En la fase de tribu ya no hay control directo de un personaje y la mec¨¢nica se podr¨ªa definir como un RTS en su m¨ªnima expresi¨®n. Por un lado hay que colocar recolectores, miembros de la tribu que recolecten comida, bien pescando, cazando o recogiendo fruta. Con esa comida se pueden traer m¨¢s miembros a la tribu y especializarlos usando las estructuras que se pueden construir, entre las que se encuentran edificios en los que se pueden construir lanzas, antorchas o hachas, adem¨¢s de otras con utensilios como instrumentos musicales. Los objetivos pueden ser varios, desde conquistar por completo otros poblados a trabajar en forjar una gran alianza mediante regalos y un divertido mini-juego r¨ªtmico, con el que se puede impresionar a los vecinos. Tambi¨¦n es posible realizar otras actividades como domesticar especies salvajes para que realicen ciertas funciones.

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Mejor incluso se presenta la fase de civilizaci¨®n, donde las posibilidades creativas se disparan. La base de esta fase es construir una ciudad y ser el primero en el planeta en construir una nave espacial, pasando antes por la construcci¨®n de un veh¨ªculo de tierra, un veh¨ªculo de agua y otro de tierra. Todo es dise?able, desde los edificios a los veh¨ªculos, y es tremendamente divertido hacerlo. Incluso con unos pocos minutos es posible hacer algo ¨²nico e interesante, por lo que el nivel que los m¨¢s dedicados pueden alcanzar con estas herramientas podr¨ªa ser realmente fant¨¢stico. En la construcci¨®n de veh¨ªculos, ciertas piezas delimitan aspectos como la velocidad o potencia de fuego, por lo que tambi¨¦n hay componente t¨¢ctico aqu¨ª que tener en cuenta, aunque bastante suave y poco exigente.

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Ya en el espacio, Spore se convierte en la caja de arena definitiva, con una gran cantidad de posibilidades por delante: visitar otros planetas, interaccionar con otras civilizaciones, abducir razas primitivas, terraformar superficies, trastear con los editores... No hay estr¨¦s para que el jugador cumpla sus objetivos -tampoco lo hay en las anteriores fases- y es el momento en el que m¨¢s se puede disfrutar de todas las posibilidades del juego, as¨ª como apreciar mejor el trabajo realizado con las rutinas procedurales, visible en detalles como la gran variedad en los planetas que se han generado. Tambi¨¦n se pueden crear relaciones con civilizaciones de otros planetas, o comprar sistemas solares enteros usando el sencillo sistema de econom¨ªa universal basado en un solo recurso, aunque tambi¨¦n hay que tener en cuenta que no hay una gran profundidad en la democracia y que incluso algunas civilizaciones te atacar¨¢n nada m¨¢s verte, independientemente de cualquier otro factor.

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Todo en este t¨ªtulo est¨¢ cuidado a veces hasta la extenuaci¨®n y se nota: los controles, la forma en la que est¨¢ todo explicado, la estructura en la que se desarrolla el juego... nada parece haber sido dejado al azar a la hora de crear una experiencia que no desoriente a los usuarios, especialmente a los menos experimentados. Son notables los esfuerzos realizados para minimizar el impacto de la transici¨®n desde la fase de Criatura a la Tribal, ya que el jugador ya no tiene control directo y eso hace temer a los responsables de Maxis sobre la respuesta del jugador ante ese brusco cambio, particularmente si nunca ha jugado a un RTS antes. Por eso todo est¨¢ dise?ado en forma de pasitos de bebe, con tutoriales que por otro lado no resultan molestos o intrusivos y est¨¢n bien planteados.

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Dado que en esos editores est¨¢ la principal fortaleza de Spore, la forma en la que se han proporcionado herramientas completas para capturar y propagar esas creaciones por internet es realmente pionera, con cosas que parecen aut¨¦ntica magia. Se puede apreciar en funciones como la posibilidad de convertir una criatura en una figura apta para convertirla en una imagen bidimensional, para usarla por ejemplo de avatar en un foro, con la particularidad de que si copias esa imagen y la pegas directamente en el editor de criaturas, ¨¦ste reproduce fielmente lo que no era m¨¢s que una imagen plana, transform¨¢ndola en el modelo en cuesti¨®n -un peque?o truco que seguramente est¨¢ relacionado con la base de datos de la Sporpedia. Otras funciones, como la de hacer v¨ªdeos y subirlos directamente a Youtube, ya est¨¢n empezando a tener un efecto palpable en la expectaci¨®n del juego ya que son muchos usuarios los que han dejado criaturas con el Creature Editor para compartirlas con todo el mundo.

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T¨¦cnicamente es un juego muy competente, adaptado para funcionar en una amplia gama de ordenadores sin renunciar a obtener su estilo visual tan caracter¨ªstico. Los que disfruten de ordenadores m¨¢s potentes pueden activar todo tipo de efectos para embellecer los escenarios y la cantidad de detalle, pero no es uno de esos juegos que dependa de la tecnolog¨ªa o que ponga una barrera entre las configuraciones m¨¢s altas y las m¨¢s peque?as. Su estabilidad es en todo caso ejemplar y a buen seguro que no va a dar problemas t¨¦cnicos a los usuarios.

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