Shovel Knight King of Cards, un cierre a la altura

Apenas nos hemos dado cuenta, gracias a un modelo de negocio que muchos estudios deber¨ªan aplicarse, pero ya ha pasado un tiempecito desde que Shovel Knight se las ingeni¨® para acercar la moda neo-retro a un p¨²blico infinitamente m¨¢s amplio del que suele interesarse por estos lanzamientos, amasando por el camino una buena cantidad de premios y nominaciones en lo que fue la gran sorpresa en 2014. Desde entonces ha ido despachando varios millones de copias en todos los sistemas, unas ventas que se han disparado cada vez que Yacht Club Games ten¨ªa a bien regalar un juego completamente nuevo a quienes apostaron por el proyecto desde el comienzo. No est¨¢ nada mal para esta vuelta a los tiempos de la NES llevada a cabo con la calidad de ahora, pero seis a?os despu¨¦s ha llegado el momento de la despedida: un adi¨®s que viene de la mano de una cuarta campa?a titulada King of Cards, conclusi¨®n que nos ha dejado muy buen sabor de boca en lo jugable¡­pero que tambi¨¦n llega en el momento justo para evitar que la magia de Shovel Knight llegue a marchitarse.

Matr¨ªcula de honor en intuici¨®n

Hay una entrevista, convertida ya en viral, en la que Shigeru Miyamoto explica c¨®mo se hizo el primer nivel de Super Mario Bros. Es una aut¨¦ntica joya para los que quieran dise?ar videojuegos, cuyo mensaje parece haberse estudiado muy a fondo en Yacht Club Games. En cada una de las campa?as, y este King of Cards no es una excepci¨®n, es admirable la manera en que nos explican lo que ha cambiado en el juego con una exactitud que hace imposible no aprenderlo a la primera. Es algo crucial, ya que en pocos segundos dominamos la nueva aproximaci¨®n necesaria para estos niveles tan remezclados que en realidad son nuevos otra vez. Si en Plague of Shadows aprend¨ªamos los efectos del lanzamiento de p¨®cimas y a escalar por las paredes, en Specter of Torment se nos ense?aba con el mismo acierto a impulsarnos con la guada?a y los diferentes efectos de ese gesto en cuanto al desplazamiento por la pantalla. En esta cuarta ocasi¨®n tambi¨¦n aparece este tutorial abreviado (pero genial) sobre lo que puede hacer nuestro fanfarr¨®n rey de las cartas: el nuevo protagonista puede impulsarse hacia adelante, rebotar en enemigos y paredes y, con ello, volver a impulsarse de nuevo. Parece poca cosa, pero pocos juegos han conseguido cambiar tanto con tas pocos mimbres. La cuesti¨®n es que, a diferencia de las tres primeras campa?as, este King of Cards usa sus nuevos recursos de una manera diferente, algo en lo que acierta de lleno a nuestro juicio.

Es bien sabido que esta ¨²ltima entrega de Shovel Knight se ha ido retrasando porque hab¨ªa ido adquiriendo un tama?o mucho m¨¢s grande que las anteriores, seguramente debido a la inclusi¨®n del juego de cartas Joustus del que luego hablaremos. Llama la atenci¨®n comprobar que este mayor tiempo de desarrollo no ha terminado dando como resultado una campa?a mucho m¨¢s larga que las anteriores (si vamos a lo esencial, claro est¨¢), pero s¨ª un juego al que dedicarle mucho m¨¢s tiempo si la idea es completarlo todo, adquiriendo el pack completo de mejoras de camino al New Game Plus. Quien ¨²nicamente desee ver el cartel de The End podr¨¢ hacerlo en pocas horas, ya que Shovel Knight nunca se ha contado entre los viajes al pasado m¨¢s desafiantes, a¨²n distando de ser un paseo por el campo. Los niveles son esta vez mucho m¨¢s cortos, pero se encuadran en un overworld mucho m¨¢s abierto, en el que encontraremos multitud de invitaciones a la exploraci¨®n. De hecho, es de la b¨²squeda de estas rutas alternativas de la que surgen los momentos de m¨¢s dificultad, que llegan en forma de enfrentamientos con varios bosses o caminos secretos hacia armas secundarias que habr¨¢ que comprar. Tambi¨¦n encontraremos as¨ª unas cuantas monedas para invertir en las ostentosas armaduras, ya que de alguna manera habr¨¢ que calmar el ego de nuestro protagonista.

M¨¢s cortos, pero no menos ingeniosos.

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Junto con esa presentaci¨®n tan magistral de las mec¨¢nicas de cada personaje, hay un aspecto que tambi¨¦n se ha mantenido invariable a lo largo de todas las aventuras de este mundo de personajes entra?ables que viven dentro de una NES. En realidad, si Shovel Knight ha escalado hasta las cotas en las que ahora est¨¢, es en gran parte por el magistral dise?o de sus niveles y el partido que siempre han sacado de sus protagonistas. Conviene leer los diarios que est¨¢ publicando Yacht Club Games para valorar el nivel de celo con el que se ha tratado este aspecto en el estudio, ya que son toda una declaraci¨®n de intenciones. La consecuencia de este mimo, que ha llegado en forma de monstruosas cifras de ventas y reconocimientos, no es otra que la de demostrar que nada ha sido una exageraci¨®n. Independientemente de lo que pudiese parecer a muchos en su momento, Shovel Knight era mucho m¨¢s que un intento de aprovecharse de la nostalgia. Ahora que hemos completado las cuatro, podemos decir al fin que todas las campa?as son juegos con may¨²sculas, que mantienen el m¨¢ximo inter¨¦s posible. Dichos los piropos, tambi¨¦n hay que admitir que los niveles de King of Cards, si bien son excelentes y consiguen aprovechar las caracter¨ªsticas del nuevo personaje a la perfecci¨®n, se nos han hecho excesivamente cortos. Al igual que pasa casi a diario en Super Mario Maker 2, algunas de las ideas que aparecen a lo largo de la campa?a son tan buenas (y relativamente novedosas) que habr¨ªamos querido disfrutarlas mucho m¨¢s. Rebotar en una pared para caer sobre un mont¨®n de tierra que nos teletransporta, saltar sobre unas bolas sobre las que antes hemos tenido que propulsarnos¡­ hay demasiados gestos que podr¨ªan haberse empleado en niveles mucho m¨¢s complejos. Tanto es as¨ª, que no ser¨ªa una tonter¨ªa pensar en un posible Shovel Knight Maker que tendr¨ªa mucho sentido viendo el conjunto tan variado que ahora forman todas las expansiones.

Joustus: si quieres lo tomas y si no lo dejas.

Conscientes de que no estar¨ªa bonito presentar una cuarta campa?a sin m¨¢s, en Yacht Club Games han intentado ofrecer algo totalmente nuevo al jugador, si bien pensamos que el resultado ser¨¢ algo divisivo entre quienes hayan seguido la evoluci¨®n de todo este asunto. Desde el comienzo de la aventura comprobaremos que los personajes est¨¢n completamente obsesionados con un juego de cartas llamado Joustus, al que podremos entregarnos si as¨ª lo deseamos, si bien existe la posibilidad de pasar completamente de los naipes si pensamos que no vale la pena. Est¨¢ muy lejos del consabido juego de cartas de The Witcher 3 y habr¨¢ a quien le parezca m¨¢s cercano a los puzles de Bioshock, pero lo cierto es que uno no viene a Shovel Knight a jugar a las cartas. Joustus es entretenido, est¨¢ muy bien integrado en la historia y es imprescindible si queremos desbloquearlo todo, pero no nos ha parecido lo m¨¢s destacable del juego. Su condici¨®n de elemento opcional es una buena noticia, ya que podr¨ªa haber sacado a muchos del juego de no ser as¨ª. Sobre todo, porque no llega a explicar bien sus opciones m¨¢s avanzadas.

Un legado para recordar.

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La despedida de Shovel Knight, al menos en su actual estado de personaje de 8 Bits, es un momento importante para Yacht Club Games, un estudio que har¨¢ frente a unas expectativas descomunales desde ahora. Tambi¨¦n lo es para la escena independiente bidimensional, que ve pasar de etapa a uno de sus hijos m¨¢s ilustres de siempre. Con la ¨²ltima actualizaci¨®n, que incluye las cartas de Joustus y las peleas de Shovel Knight: Showdown, el paquete resultante es tan grandioso y est¨¢ tan bien dise?ado que ser¨¢ interesante durante a?os, pero al estudio le ha llegado la hora de partir en b¨²squeda de nuevos retos. La historia del caballero de la pala, desde el lejano Kickstarter que la comenz¨®, es tan exitosa que ha dejado algo claro: si se tiene el talento necesario para hacer muy bien las cosas, el ¨¦xito termina propuls¨¢ndote mucho m¨¢s all¨¢ de esa marea de t¨ªtulos que hoy utilizan la nostalgia como est¨¦tica. Los pr¨®ximos pasos de Yacht Club Games, cuenten o no con estos personajes tan rebosantes de carisma o con la m¨²sica de un Jake Kaufman que siempre ha estado a la altura, demostrar¨¢n si este triunfo tan prolongado ha sido algo m¨¢s que un enorme golpe de suerte