Redfall, an¨¢lisis. Tropiezo hist¨®rico de Arkane Studios

Es dif¨ªcil de entender el lanzamiento de Redfall. Cuando piensas en estudios por los que comprar¨ªas sus juegos con los ojos cerrados, Arkane Studios entra en ese olimpo. La secci¨®n de Austin nos regal¨® un maravilloso tour espacial por la Talos I. Prey fue otra muestra m¨¢s de sus capacidades a la hora de brindarnos immersive sims modernos de calidad, algo que cada vez es m¨¢s dif¨ªcil de encontrar en el mercado del triple y doble A. Lo que nos encontramos aqu¨ª, seis a?os despu¨¦s de aquello, es todo lo contrario.

Redfall quiere ser muchas cosas y a la vez no es nada. No justifica a nivel mec¨¢nico ninguno de los g¨¦neros que toca. Incluso en los momentos donde intenta acercarse a su legado, falla estrepitosamente. No hay elementos reconocibles de un estudio que siempre ha mantenido un list¨®n de calidad alt¨ªsimo. Y si dejamos a un lado la b¨²squeda del ADN Arkane, lo que nos encontramos es un proyecto de videojuego al que claramente le faltan dos o tres a?os de desarrollo.

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Mundo abierto repleto de contradicciones

Redfall busca ante todo un mundo abierto donde el jugador es el director de su propia aventura. En este sentido no es algo que nos coja por sorpresa. La f¨®rmula Arkane siempre ha girado alrededor de la libertad, solo que hasta el momento lo hab¨ªa hecho en entornos controlados y limitados. Este cambio tan grande a nivel de escala debe estar respaldado por los elementos que hacen atractivo al g¨¦nero. Aporta a la exploraci¨®n, a la diversidad, incluso a la hora de abordar los niveles que se presuponen que son principales.

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Nada de eso hay aqu¨ª. Los dos mapas que ofrece son aut¨¦nticos solares que repiten la misma estructura de punto a punto. La escala del juego es demasiado grande para el contenido ¨²til que ofrece, que es pr¨¢cticamente nulo. Podr¨ªamos entenderlo si hubiera oportunidades que surgen de manera org¨¢nica, o que la navegaci¨®n fuese atractiva. Para nada. De hecho, transmite malas sensaciones correr por descampados en los que de vez en cuando aparece alg¨²n enemigo suelto.

Toda la oferta por hacer en ellos est¨¢ supeditada a la activaci¨®n de la misi¨®n principal o secundaria de turno desde el hub principal, uno por mapa. En la primera parte del juego ocurre en un parque de bomberos, mientras que en la segunda es una suerte de museo mar¨ªtimo. Si no activas ninguna encontrar¨¢s cero motivos para pasear (de nuevo) por el escenario, porque lo poco que hay es insuficiente.

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Dentro de ese ¡®poco¡¯ encontramos la siempre recurrente mec¨¢nica de liberaci¨®n de distritos. Podr¨ªa estar bien si hubiera diversidad de objetivos y fuese algo m¨¢s org¨¢nico, pero tal y como ocurre con el resto de las misiones, debes ir al refugio que te toque en ese barrio y activar otra tarea desde una pizarra. Cada liberaci¨®n consta de dos peque?os objetivos y siempre se repite el ¨²ltimo, que te lleva a asesinar a un vampiro poderoso. Ese enemigo no tiene nada de especial: es el en¨¦simo vampiro b¨¢sico con otro nombre. Si tienes suerte te enfrentar¨¢s a otro arquetipo, pero suelen ser los de menos.

Tampoco encontramos motivos para explorar. ?Para qu¨¦? Los objetos b¨¢sicos como pulseras o relojes tan solo sirven para obtener dinero a cambio en tiempo real. Hay poqu¨ªsimos interiores. Es curioso porque a veces entras en uno y ves un peque?o nivel completamente vac¨ªo; posteriormente te das cuenta de que es un trozo de misi¨®n principal que se rellenar¨¢, de nuevo, cuando actives la misi¨®n principal. Hay esfuerzos para narrar de manera ambiental con multitud de documentos. Aportan al trasfondo, no cabe duda, pero te sientes tan desconectado del juego que al final se convierten en un elemento totalmente secundario. Hemos completado la aventura en apenas 10 horas con todas las misiones disponibles, incluida la liberaci¨®n de refugios, en la m¨¢xima dificultad disponible de inicio.

?D¨®nde est¨¢ el ADN Arkane?

En ning¨²n lado. Ni a los mandos ni en lo que propone se traslada las sensaciones que hemos tenido a lo largo de su trayectoria. Hablamos mucho de lo estrepitoso de su mundo abierto, pero es que lo que nos encontramos en las misiones principales es peor. M¨¢s de la mitad constan de objetivos tan b¨¢sicos como ir a un punto y colocar o coger un objeto. De diez minutos que puede durar una misi¨®n, cinco de ellas te las pasas pateando el mundo abierto.

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Algunas veces se intenta elaborar una estructura reconocible. La t¨ªpica mansi¨®n y edificio fuertemente fortificado donde puedes elegir c¨®mo quieres abordarla. Pero en este punto confluyen demasiados problemas. El primero de ellos es la disposici¨®n de los enemigos. Los vampiros cuentan con la ayuda de grupos de humanos armados que act¨²an como masillas. Su colocaci¨®n no sigue ning¨²n patr¨®n reconocible. Por ejemplo, si en Prey tenemos una ruta defendida por patrullas, aqu¨ª permanecen la mayor¨ªa est¨¢ticos y en poqu¨ªsimo n¨²mero dada la escala del juego.

Tambi¨¦n te arrojan a la cara los caminos alternativos que puedes seguir. Son tan evidentes en un primer vistazo que no requiere pararte a pensar tu jugada. El dise?o de niveles es pobre, porque fuera de la introducci¨®n al nivel los objetivos vuelven a repetirse: coge tres objetos y mira tres flashbacks, destruye dos torres de niebla y dale a una palanca¡­ No hay reto o diversidad alguna. Y son de muy corta duraci¨®n para los niveles a los que nos tienen acostumbrados.

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Pero el principal problema es la inteligencia artificial. Influye en mec¨¢nicas como el sigilo, completamente roto. Como lees: roto. Pasas corriendo a apenas 10 metros de los enemigos y no te escuchan, pero luego haces lo mismo y pasan a un estado de b¨²squeda; es inconsistente sin motivo alguno. En los videojuegos de Arkane siempre ha primado la relaci¨®n entre la acci¨®n y consecuencia. Si aturdo a un enemigo, debo moverlo a un contenedor o un lugar donde no pueda ser desvelado. Aqu¨ª esas opciones desaparecen porque lo que prima es la acci¨®n.

Un shooter sin alma

Porque al final Redfall es eso: un shooter en primera persona. Se juega como tal. No tiene sentido calificarlo como immersive sim porque no hay nada de eso. Como dec¨ªamos en el anterior p¨¢rrafo, lo que prima es apretar el gatillo a todo lo que te encuentres y sin importar las consecuencias, porque no las hay. No cabe duda de que hay un importante factor como shooter looter presente en la jugabilidad. Ya vimos una peque?a demostraci¨®n en Deathloop.

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Las armas se distribuyen por un sistema de valor similar a lo que hemos visto en todos los juegos de este tipo. En Redfall el valor determina la cantidad de bonificaciones pasivas que tiene esa arma en concreto y lo efectivas que resultan. El poder, el da?o puro, escala seg¨²n el nivel de personaje que tengamos. Si tenemos nivel 19, por ejemplo, obtendremos armas de nivel 19 como m¨¢ximo. La defensa de los rivales se adapta autom¨¢ticamente.

El problema es que la cantidad de armas que recibes es escasa. Hay muy pocos drops. La sensaci¨®n de recompensa no se alimenta al ritmo que necesita un juego de este g¨¦nero. Si quieres un arma de nivel alta calidad o inigualable, los dos ¨²ltimos niveles de la escala de valor, sabes que tienes que matar a un atronador (un enemigo que aparece al completar cierto n¨²mero de acciones) o completar nidos de vampiros. Si tienes que esperar al RNG oler¨¢s muy pocas¡­

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Habl¨¢bamos de las contradicciones del mundo abierto de Redfall. Los nidos de vampiros es una de ellas. Mec¨¢nicamente es una actividad que aparece de manera aleatoria por el mapa y hace que todos los enemigos a su alrededor sean m¨¢s fuertes de lo normal. Adem¨¢s de que la zona es peque?a, ?para qu¨¦ sirve si probablemente jam¨¢s pisemos los aleda?os? Como no hay motivos para explorar los mapas, se convierte en una tarea completamente anecd¨®tica. Transmite una falsa sensaci¨®n de que pasan cosas en un entorno vivo. Y si lo pretendes completar tampoco te pierdes nada. Es un nivel pasillero de apenas tres minutos de duraci¨®n que altera su distribuci¨®n de manera procedural. Cuando llegas al final tienes que destruir un coraz¨®n, donde debes reclamar las recompensas antes de que se derrumbe todo. Puro artificio.

Volviendo a las sensaciones como shooter, el gunplay es correcto¡­ por decir algo. Las armas no transmiten suficiente feedback. Jug¨¢ndolo con mando las ayudas son exageradas. Quienes tengan un poco de bagaje en el g¨¦nero no encontrar¨¢n mucho reto. Porque el desaf¨ªo al final se convierte en una dificultad ajustada de manera artificial. Hay tres niveles de ajuste (existe una cuarta al completar la primera vuelta a la campa?a) que tan solo alteran el da?o que recibes. En combate, los tiroteos parecen de otra generaci¨®n. Si te encuentras est¨¢tico frente a un enemigo humano, puedes ver algunas veces que los tiros van hacia ti, pero no influyen en tu barra de salud. Cuando te hacen da?o es por segmentos. Tenemos la sensaci¨®n de que el da?o por arma de fuego cae en la probabilidad. El azar determina si recibes el impacto.

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Hay una falta de testing flagrante. Si la inteligencia artificial en sigilo tiene problemas, en combate son una chirigota. Se quedan atrapados en peque?os baches del mundo abierto, todos siguen las mismas rutas hacia el jugador¡­ Por ejemplo, subimos una escalera para esperar a que un grupo nos persiguiera. Cada uno de los ocho soldados hac¨ªa exactamente lo mismo: sub¨ªan, se cubr¨ªan en un punto intermedio y sal¨ªan corriendo. Se quedan atrapados en los mismos bucles a poco que les sacas de la zona donde se encuentran. No es una IA digna para un FPS.

Existen ocho tipos de vampiros, aunque hay letra peque?a. El devorapecados es un vampiro especial ligado casi siempre a elementos argumentales. El Atronador solo aparece cuando completar su barra de aparici¨®n, y el saco de sangre es un ente que se muestra en contadas ocasiones y su ¨²nica acci¨®n de combate es explotar cuando lo matas. Al peso hay cinco vampiros que intervienen a menudo con su propia gama de acciones. En el t¨² a t¨² tan solo destacar¨ªamos a la arponera, que tiene un lazo que te atrapa para chuparte la sangre. El vig¨ªa, por otro lado, son faroles est¨¢ticos que al verte alertan al resto. Cuenta con un l¨¢ser de largo alcance que hace much¨ªsimo da?o. Podr¨ªamos destacar a la arponera, pero m¨¢s all¨¢ de ocultar lo que hay a su alrededor no propone nada relevante.

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Al principio la mec¨¢nica de los vampiros tiene cierta gracia: deben morir ejecutados por un arma que tenga una estaca a modo de bayoneta. El tema es que se vuelve demasiado reiterativo con el tiempo. No marca la diferencia. De hecho, al poco se vuelve trivial ya que hay armas que se saltan la ejecuci¨®n. Hay buenas ideas a su alrededor. El problema es que no son divertidos en combate y las diferencias entre cada tipo son escasas. Se juega igual contra todos. Algo parecido ocurre con los jefes finales, de los que no podemos hablar por cuestiones argumentales, pero que siguen patrones jugables de otra generaci¨®n.

?Para qu¨¦ jugar en cooperativo?

Durante nuestras primeras impresiones dec¨ªamos que el car¨¢cter cooperativo de Redfall estaba por encima de la experiencia en solitario. Tras completarlo tenemos la sensaci¨®n contraria. No hay contenidos que apoyen a la experiencia compartida con hasta otros tres jugadores. Partimos de la base de que el anfitri¨®n es el que se guarda todo el avance argumental en su partida; los invitados tan solo suman puntos de experiencia en su personaje, las armas obtenidas y mechones de Grace (coleccionable) que trasladar luego a su mundo.

Las misiones no son repetibles; una vez completada una no puedes volver a hacerla para disfrutarla de otra manera. Hay pocas y el mundo abierto no invita a ser explorado. Incluso al saltar al segundo mapa perdemos la oportunidad de jugar lo que nos dejamos en el primero. ?En qu¨¦ queda entonces el cooperativo? Simplemente a una pachanga con amigos (no tiene sistema de matchmaking). Existe un sistema de confianza que hace que los personajes aumenten los di¨¢logos ingame a medida que completan actividades juntos. Insuficiente.

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De lanzamiento contamos con cuatro personajes que cuentan con sus propias habilidades. Tenemos dos poderes y una habilidad activa. En nuestro caso hemos jugado con Devinder, que cuenta con una baliza de translocaci¨®n que te permite alcanzar puntos lejanos a golpe de bot¨®n. Con la cantidad de desniveles que hay especialmente en el segundo mapa, encaja realmente bien. Tambi¨¦n jugamos en otra partida con Jacob, que entre sus ventajas permite volverse invisible durante unos segundos. Este tipo de acciones funcionan bien durante el gameplay, de lo poco que podemos destacar a nivel jugable.

De otra generaci¨®n

En todos los sentidos. Debemos se?alar que el juego requiere conexi¨®n permanente incluso cuando juegas en solitario. Nos ha ocurrido estar en plena misi¨®n final y terminar en el men¨² principal porque el servidor del juego no se pod¨ªa conectar. Al jugar en solitario no hay ninguna mec¨¢nica que justifique esta imposici¨®n. En un juego de Arkane Studios est¨¢s sujeto a un servidor para jugar o no a tu campa?a para un solo jugador¡­ Sin palabras.

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A nivel gr¨¢fico es un uso bastante justo de Unreal Engine 4. A la falta de interiores se suma que los que hay est¨¢n pobremente detallados. La distancia de visi¨®n, incluso en ultra en la versi¨®n de PC que hemos utilizado para el an¨¢lisis, nos deja ¨¢rboles sin cargar a media distancia. Da muy mala sensaci¨®n. Las animaciones son pobres, y los problemas t¨¦cnicos constantes. Con una RTX 4070, 32 GB de RAM y un i7 8700K no hemos podido mantener 60 fps constantes en ajustes entre alto y medio utilizando la opci¨®n rendimiento ultra en DLSS a 1440p. Hay oscilaciones de frames especialmente cuando est¨¢s en n¨²cleos urbanos. Por ¨²ltimo, el juego est¨¢ localizado al completo en espa?ol.