Project Warlock, An¨¢lisis PC, el FPS cl¨¢sico regresa con fuerza

Hubo una ¨¦poca en la que los juegos de disparos en primera persona eran los reyes indiscutibles del cotarro en el cat¨¢logo de Pc. Es m¨¢s, el estilo de juegos con una representaci¨®n m¨¢s nutrida y que gozaba de una mayor popularidad entre el p¨²blico de compatibles en los 90 se describ¨ªa con 3 concisas palabras: ¡°Juegos tipo Doom¡±. Tal fue el impacto de la obra de ID, que puso literalmente patas arriba el mundo del videojuego. Aquella propuesta que hab¨ªan iniciado con Wolfenstein y su continuaci¨®n, Spear of Destiny, alcanz¨® el estrellato absoluto con la pesadilla de un marine abandonado a su suerte en una base militar en Marte que se hab¨ªa ido, en el sentido m¨¢s estricto de la palabra, al infierno. La cantidad de t¨ªtulos que surgieron a ra¨ªz de este ¨¦xito es incontable, con obras como la continuaci¨®n del mito, Doom II, o Quake, a cargo de la propia ID, as¨ª como Heretic y Hexen de Raven software distribuidos tambi¨¦n por la compa?¨ªa de los Carmack. Duke Nukem 3d, Redneck Rampage, Blood o Rise of The Triad fueron otros t¨ªtulos destacados en esta vor¨¢gine. La propia Lucas apost¨® por los FPS para contarnos la historia de c¨®mo el mercenario Kyle Katarn robaba los planos de la Estrella de la Muerte, en un Dark Forces que hasta la salida de Rogue One era canon dentro del universo Star Wars. Los tiros en primera persona hab¨ªan llegado para quedarse, y para revolucionar el mundo del videojuego para siempre.

Sin embargo, el g¨¦nero ha divergido mucho de estas ra¨ªces gloriosas, y en un ejercicio de nostalgia, hemos visto como en los ¨²ltimos meses han aparecido varios t¨ªtulos que pretenden recoger el testigo de los mencionados cl¨¢sicos de los 90. Por un lado, el soberbio Dusk, una monumental exhibici¨®n de c¨®mo recuperar lo mejor de los 90 en un fps que recuerda inevitablemente al gran Quake. Si cuando observ¨¦is la alocada acci¨®n que muestra en pantalla el magistral Ion Maiden o sent¨ªs transportados 25 a?os al pasado, no os sorprend¨¢is. Y es que en un ejercicio de retrospectiva y homenaje extremos, este t¨ªtulo est¨¢ desarrollado con el mism¨ªsimo motor Build, que en su momento trajera a la vida a Duke Nukem 3d, Blood o Shadow Warrior. Otra propuesta directamente sacada de los inicios m¨¢s puros del g¨¦nero es Amid Evil, un FPS de corte medieval fant¨¢stico que en este caso nos evocar¨¢ a los mencionados Heretic o Hexen de Raven. Con estos 3 t¨ªtulos, los dos ¨²ltimos todav¨ªa en estado de Early Access aunque plenamente disfrutables, los aficionados m¨¢s veteranos del g¨¦nero podemos reverdecer viejos laureles como si el tiempo se hubiera detenido en una ¨¦poca donde las cosas eran muy diferentes.

Para redondear este demoledor cuarteto de FPS noventeros de la aut¨¦ntica vieja escuela, hace unas semanas recibimos este magn¨ªfico Project Warlock que hoy nos ocupa. En esencia, uno de esos ¡°juegos tipo Doom¡± de los que habl¨¢bamos antes. Un juego donde lo que prima es moverse de forma ¨¢gil y veloz, y donde hay que apretar el gatillo con igual presteza para dar buena cuenta de un variado elenco de seres salidos directamente del averno. Para ello contaremos con un variado arsenal, una buena raci¨®n de hechizos, y la posibilidad de potenciar nuestro personaje con un ¨¢rbol de desarrollo estilo rolero algo simplificado pero que nos otorgar¨¢ un buen n¨²mero de posibilidades. En definitiva, estamos ante un excelente fps de estilo cl¨¢sico puro que har¨¢ las delicias de los que disfrutaron de los mejores exponentes en los 90, y al que solo una par de defectos menores lo alejan de cotas m¨¢s altas.

El brujo y la doctrina del plomo

Cuando el mism¨ªsimo John Carmack comparaba en su momento la importancia de la historia en un buen fps con el peso que esta tiene en una pel¨ªcula para adultos, no nos debe sorprender que la trama tras Project Warlock no sea demasiado profunda ni trascendente. En resumen, somos una suerte de brujo que debe erradicar una invasi¨®n demon¨ªaca. Suficiente excusa para vaciar nuestros cargadores frente a un buen elenco de enemigos. El juego transcurre en varias zonas con su propia ambientaci¨®n, que var¨ªa entre el antiguo Egipto, un glacial entorno nevado o una decr¨¦pita ciudad futurista entre otras. Lo bueno es que cada zona cuenta con su propia variedad de enemigos, con su comportamiento y peculiaridades, lo que evita caer en el tedio de masacrar los mismos villanos a lo largo de todo el juego. Las fases se nos presentan en secciones, con un grupo de ellas a superar determinado, que oscilan entre 1 y 4, pudiendo acceder a nuestro taller entre cada grupo de fases para mejorar a nuestro personaje, nuestro arsenal y los hechizos disponibles. Al final de cada grupo de fases de cada entorno nos espera un jefe final, es unos enfrentamientos algo descafeinados y sin mucha chicha, que adem¨¢s introducen un pico de dificultad algo frustrante en ocasiones. Y es que el juego cuenta con un sistema de vidas, de manera que en el momento en que las perdemos todas debemos empezar la partida desde el principio, sin posibilidad de salvar partida salvo el autoguardado entre grupos de fases. Ello ahonda en la vena arcade del t¨ªtulo, aunque lo vuelve algo frustrante en las dificultades m¨¢s altas.

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Get Psyched, dispara y olvida.

El esp¨ªritu old school del juego ya nos lo evocan esas dos palabras que aparecen al comienzo de cada nivel, de la misma forma que lo hac¨ªan en las pantallas de carga del primer Wolfenstein de id. La jugabilidad busca ese enfoque fren¨¦tico de los 90, de forma que deberemos estar en constante movimiento de la manera m¨¢s ¨¢gil posible. El arsenal a nuestra disposici¨®n es variado, efectivo, y transmite la contundencia adecuada acorde a lo que se busca en un shooter de este corte. Tendremos recortadas, ametralladoras, dinamita y una suerte de b¨¢culo que lanza rayos entre otras herramientas para adoctrinar a las fuerzas del mal por las bravas. A mayores, contamos con un abanico de hechizos que deberemos adquirir en las pausas entre secciones en nuestro taller. Quiz¨¢ los hechizos no acaben de funcionar como nos gustar¨ªa, y finalmente los dejaremos un tanto en segundo lugar a favor de nuestro contundente arsenal. El problema que ahonda en esto es que los ¨ªtems que empleamos para mejorar nuestras armas son los mismos empleados en adquirir hechizos, y deberemos buscarlos a conciencia en los escenarios, ya que est¨¢n bien ocultos, por lo que la elecci¨®n es m¨¢s que posible que se decante por las armas en lugar de los hechizos. A mayores de descargar plomo a diestro y siniestro, deberemos explorar unas fases que hacen gala de un gran dise?o de niveles como en la mejor ¨¦poca del g¨¦nero, para buscar llaves de colores y accionar pulsadores para poder avanzar, del mismo modo que lo hicimos en los a?orados 90.

A medida que eliminamos enemigos, descubrimos secretos y avanzamos en el juego, ganaremos puntos de experiencia, los cuales podemos emplear en nuestro taller para mejorar al protagonista, mediante un ¨¢rbol de desarrollo similar a los empleados en un juego de rol, algo m¨¢s simplificado por supuesto. Otro de los problemas del juego viene por aqu¨ª, y es que el ¨¢rbol de desarrollo rompe un poco el juego, y en funci¨®n de c¨®mo asignemos los puntos de mejora y qu¨¦ habilidades o perks optemos por adquirir, nos convertiremos en aut¨¦nticas m¨¢quinas de matar, convirtiendo el juego en algo demasiado accesible, sin que tengamos vuelta atr¨¢s para reconfigurar al personaje. Si bien es cierto que tambi¨¦n nos permite por optar por diversas configuraciones y enfoques que aumentan la rejugabilidad del t¨ªtulo, pero en general queda la sensaci¨®n de que desequilibra en exceso la experiencia. La duraci¨®n de la aventura no es excesivamente generosa, en torno a las 6-8 horas en funci¨®n de nuestra pericia, si bien siempre podemos probar la dificultad m¨¢s alta, donde contamos con una ¨²nica vida, por lo que la experiencia se vuelve desafiante hasta el extremo. Project Warlock est¨¢ disponible en las plataformas de descarga habituales en Pc, a un m¨¢s que atractivo precio de 11 euros que lo convierten en todo un caramelo para los seguidores m¨¢s veteranos de los fps

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Sangre y p¨ªxeles.

Visualmente, este fren¨¦tico shooter apuesta por un estilo pixelado retro, con bitmaps como los de los juegos cl¨¢sicos pero exagerando un tanto la pixelaci¨®n. Sin ser una maravilla, los gr¨¢ficos del t¨ªtulo consiguen a la vez darle un aire nost¨¢lgico pero tambi¨¦n en cierta medida personal y diferenciador. El excelente juego de luces y efectos que acompa?a a este apartado visual retro le da un aire m¨¢s moderno y efectivo, dot¨¢ndolo de espectacularidad y contundencia.La direcci¨®n art¨ªstica es acertada y sobre todo variada, ya que cada zona cuenta con su ambientaci¨®n propia, con entornos y enemigos diferenciados completamente, lo que hace que visualmente siempre resulte un t¨ªtulo fresco y con cosas nuevas por ofrecer. Y lo que es m¨¢s importante, la fluidez y estabilidad del t¨ªtulo es ¨®ptima en todo momento, incluso en equipos muy modestos, algo crucial en un t¨ªtulo de estas caracter¨ªsticas. La acci¨®n en pantalla transcurre en todo momento de forma vertiginosa, y en ning¨²n momento notaremos que el t¨ªtulo se resiente lo m¨¢s m¨ªnimo. Repetimos que el t¨ªtulo funciona perfectamente en equipos de potencia reducida, incluso en port¨¢tiles de especificaciones muy contenidas, y dado lo inmediato de su propuesta, es ideal para aquellos que empleen este tipo de equipos para jugar. La banda sonora sigue el camino del apartado visual, con un excelente depliegue retro con esas melod¨ªas tan propias de los juegos de los 90. Nos mete de lleno en la ambientaci¨®n del t¨ªtulo, y acompa?a la acci¨®n de forma magistral acompasando nuestra caza de demonios y dem¨¢s criaturas del averno con el ritmo adecuado para poner nuestra adrenalina a tono.

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