Avance de Pikmin 3 Deluxe: Evoluci¨®n y refinamiento de la saga

Con un pie en el g¨¦nero de la estrategia, otro en el de la aventura y otro m¨¢s en el de los puzles ¡ªcreando un tr¨ªpode como las cebollas voladoras que cobijan a sus criaturas¡ª, Pikmin era una saga dif¨ªcil de clasificar al estreno de la entrega original en 2001 y a¨²n lo sigue siendo ahora, a la inminente llegada de Pikmin 3 Deluxe a Switch casi dos d¨¦cadas completas despu¨¦s. Aunque sus cifras no se comparan con las de mastodontes como Mario o Pok¨¦mon, y a pesar de la inevitable reducci¨®n del factor sorpresa que sigue a cada secuela y relanzamiento ¡ªlos dos primeros tambi¨¦n dieron el salto de GameCube a Wii, sentando precedentes para el caso actual¡ª, lo cierto es que Pikmin se mantiene como una de las sagas m¨¢s singulares de Nintendo.

A esto contribuye su habitual tardanza (entre el original y Pikmin 2 apenas transcurrieron tres a?os, pero luego hubo que esperar nueve por el tercero y desde entonces han vuelto a pasar otros siete sin novedades tangibles de Pikmin 4) y el hecho de que cada entrega ha dado las suficientes vueltas de tuerca a un concepto ¨²nico para no caer en la redundancia. Cualquiera sirve como punto de entrada sin experiencia previa, aunque al mismo tiempo todas ellas se complementan y ayudan a apreciar mejor sus diferencias. Raz¨®n por la que hoy, despu¨¦s de jugar la nueva versi¨®n de Switch unas horas, echaremos un vistazo r¨¢pido a la evoluci¨®n de la serie para contextualizar mejor Pikmin 3 como juego y Deluxe como edici¨®n revisada.

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Del jard¨ªn de Miyamoto a la placa de GameCube

La transici¨®n de Nintendo 64 a GameCube con el cambio de siglo fue tambi¨¦n la de Shigeru Miyamoto hacia una nueva posici¨®n ejecutiva. Tras dirigir juegos de la talla de Super Mario 64 y Ocarina of Time, el genio japon¨¦s dio un paso atr¨¢s para ceder el testigo a creativos como Eiji Aonuma o Yoshiaki Koizumi, aunque no por ello dej¨® de ser la principal cara visible de Nintendo ni participar de forma activa en algunos desarrollos. Uno de ellos fue precisamente Pikmin, proyecto que cobr¨® vida cuando en su cabeza se fusion¨® la imagen de unas hormigas transportando hojas con la demo t¨¦cnica Mario 128, ense?ada en el Space World 2000 para ilustrar la capacidad de GameCube para gestionar m¨¢s de un centenar de personajes de forma simult¨¢nea.

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Desde su estreno, Nintendo ha dado a luz a muchas otras sagas que tan pronto plantearon ideas igual de ¨²nicas, como Nintendogs ¡ªtambi¨¦n concebida por Miyamoto¡ª, hasta cl¨¢sicos nuevos en g¨¦neros viejos como Xenoblade. Lo que hace de Pikmin algo especial incluso ahora es que no encaja exactamente en ninguna de esas categor¨ªas, sino en ambas a la vez: no solo ofrece una experiencia jugable distintiva, inconfundiblemente ?Pikmin? (no basada en juegos como Lemmings o StarCraft a pesar de similitudes superficiales), sino que tambi¨¦n hace gala de una pericia en el dise?o m¨¢s tradicional propia de los juegos ?grandes? como Mario o Zelda.

El primer Pikmin, si bien el m¨¢s corto y sencillo, aprovech¨® su brevedad para plantear un reto contrarreloj inviable en una aventura corriente. Atrapado en un planeta extra?o, y con reserva para sobrevivir solo 30 d¨ªas, el objetivo del peque?o capit¨¢n Olimar era cultivar las criaturas que dan t¨ªtulo a la saga, usarlas para abrirse camino superando los obst¨¢culos o puzles de los niveles y luchar contra enemigos con el fin de reunir la mayor cantidad posible de las piezas de la nave desperdigadas tras el accidentado aterrizaje. Si consegu¨ªamos todas, el juego terminaba de forma satisfactoria. Si no, acabado el trig¨¦simo d¨ªa Olimar intentar¨ªa despegar con las obtenidas, lo que podr¨ªa acabar igualmente bien (no todas eran necesarias, aunque el juego no especificaba cu¨¢les) o mal, requiriendo empezar de nuevo ¡ªo desde un guardado preventivo intermedio¡ª para intentarlo con mejor planificaci¨®n.

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Pikmin al cuadrado, en el cubo

Esta incesante carrera contra el reloj (cada d¨ªa rondaba el cuarto de hora en tiempo real) ser¨ªa revisada y suavizada a medida que aument¨® el tama?o y cantidad de niveles, as¨ª como de los propios objetivos, aunque algo que no se toc¨® fueron las funciones de las tres especies principales: los Pikmin rojos ten¨ªan m¨¢s poder de ataque y eran inmunes al fuego; los amarillos pod¨ªan transportar bombas y llegar m¨¢s arriba al lanzarlos debido a su ligereza (a lo que luego se a?adieron propiedades el¨¦ctricas); y los azules pod¨ªan sumergirse en el agua sin ahogarse. A ellos, Pikmin 2 sum¨® tambi¨¦n los morados (m¨¢s fuertes, aunque tambi¨¦n m¨¢s lentos) y los blancos (r¨¢pidos, resistentes al veneno y t¨®xicos para los enemigos).

La ocurrente justificaci¨®n de su ausencia tanto en la primera como en la posterior tercera entrega ¡ªexceptuando modos extra¡ª fue su condici¨®n de especies subterr¨¢neas. Porque, en uno de esos giros que coment¨¢bamos antes, gran parte de la secuela transcurri¨® en mazmorras de varios niveles que se generaban de forma procedural. Con la importancia del tiempo relativizada (no solo no hab¨ªa l¨ªmite de d¨ªas, sino que se paraba por completo en estas mazmorras), Pikmin 2 puso el foco en la navegaci¨®n y enfrentamiento contra mayores peligros en las profundidades. Tarea para lo que no solo eran ¨²tiles las nuevas especies, sino tambi¨¦n el a?adido de un segundo personaje, Luis, que permit¨ªa formar y gestionar dos grupos independientes.

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Pikmin 3: El arte de la multitarea

La llegada de Luis introdujo el multijugador en la saga, aunque limitado a modos extra donde dos jugadores pod¨ªan competir para conseguir canicas en niveles de combate o cooperar para completar otros desaf¨ªos de forma m¨¢s eficiente. Fue una idea que, naturalmente, Pikmin 3 recuper¨® en su lanzamiento original de Wii U con el modo misiones y la original batalla de bingo, aunque entonces segu¨ªa sin estar disponible en el modo historia. ?sta, no obstante, se benefici¨® del incremento a tres personajes (todos de estreno: Alph, Brittany y Charlie) para potenciar al m¨¢ximo la faceta multitarea en niveles m¨¢s amplios e intrincados. Lanzar a unos personajes con otros era requisito imprescindible para avanzar o incluso resolver algunos puzles basados en el peso, aunque su utilidad se extiendi¨® por todo el juego.

La premisa de las mazmorras se desech¨®, aderezando el desarrollo con algunas cuevas normales aqu¨ª y all¨¢, pero optando siempre por un dise?o a mano, m¨¢s denso en la cantidad de obst¨¢culos y, sobre todo, bienes para recoger. La mec¨¢nica del tiempo opt¨® por un t¨¦rmino medio entre Pikmin y Pikmin 2, ya que el n¨²mero de d¨ªas no era ilimitado, pero se deb¨ªa alargar mediante la recolecci¨®n de fruta que aumentaba las provisiones. Su cantidad era generosa y el aspecto contrarreloj tendi¨® a pesar m¨¢s a la hora de elaborar planes diarios que mirando a la misi¨®n completa, aunque precisamente ah¨ª es donde entraba en escena el reparto de tareas entre personajes y grupos de Pikmin para optimizar esos ciclos inferiores al cuarto de hora ¡ªtras los cuales la aparici¨®n de depredadores nocturnos hac¨ªa inviable la exploraci¨®n¡ª.

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Por supuesto, hay otras variables que ni siquiera hemos tocado, como el estreno de los Pikmin p¨¦treos (como su nombre indica, son de piedra y rompen cristales) y los Pikmin alados (pues eso, vuelan), el regreso de la evoluci¨®n de cada criatura individual de hoja a flor, el nuevo sistema de apuntado o la existencia de diferentes finales en funci¨®n de la fruta conseguida. Todas esas y m¨¢s cosas fueron tratadas en su d¨ªa y se volver¨¢n a tratar en profundidad llegado el an¨¢lisis, donde el grueso de Pikmin 3 se evaluar¨¢ ya como un juego de Switch y no de Wii U.

Deluxe: ?La experiencia Pikmin definitiva?

M¨¢s interesante hoy es centrarse espec¨ªficamente en Deluxe y en qu¨¦ mejoras o a?adidos aporta a la experiencia base. La primera y m¨¢s evidente en el marco de Switch es la portabilidad. A nivel gr¨¢fico no hay cambios significativos, pero la versi¨®n original ya estaba preparada para ser jugada en el mando de Wii U sin depender de la tele y ahora, a la autonom¨ªa total, se suma un incremento en el tama?o y la resoluci¨®n de la pantalla que mejora sustancialmente la visibilidad. El rendimiento, hasta donde hemos jugado, tambi¨¦n es ejemplar en este modo, as¨ª que resulta una opci¨®n excelente para rejugar o descubrir el t¨ªtulo por primera vez.

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Claro que la portabilidad solo es la punta del iceberg, porque Deluxe esta vez s¨ª incorpora cooperativo en el modo historia, que puede ser jugado desensamblando los Joy-Con y asignando uno a cada jugador. No es quiz¨¢ el m¨¦todo de control m¨¢s pr¨¢ctico, pero s¨ª uno funcional si no disponemos de dos sets o un Pro Controller (tambi¨¦n v¨¢lido), adem¨¢s de seguramente el principal incentivo para revisar y hacer algunos ajustes que se aplican a todas las configuraciones: el cambio entre l¨ªderes, por ejemplo, ahora se realiza a trav¨¦s de una cruz en pantalla en vez de rotando; el centrado es algo m¨¢s reactivo al entorno; la acci¨®n de carga env¨ªa los Pikmin por especie en vez de todos juntos; el alcance del silbato que los atrae es mayor que antes; y la presencia de minirradar reduce la necesidad de pausar para mirar el mapa.

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Hablando de controles, tambi¨¦n cabe destacar la implementaci¨®n de giroscopio en todos los mandos, con opci¨®n a?adida para simular el uso del puntero y recapturar la experiencia del combo Wiimote y Nunchaku. Es una alternativa sorprendentemente precisa y c¨®moda, ya que permite mayor control sobre el cursor de los personajes al moverse de forma independiente de ellos y desplazarse a mayor distancia por la pantalla, aunque la ausencia de un puntero f¨ªsico en el propio mando hace que tengamos que reiniciar el punto inicial de vez en cuando (como ocurre en la adaptaci¨®n de Mario Galaxy incluida en el reciente Super Mario 3D All-Stars).

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La dificultad es otro tema a tratar, ya que Deluxe tiende una mano amiga a los menos diestros. De inicio disponemos de dos modos, normal y dif¨ªcil, con un tercero (superpicante) desbloqueable al completar la historia en dif¨ªcil. La diferencia reside tanto en la vitalidad de los enemigos ¡ªalgo notable ya en el primer par de jefes, que resisten bastante m¨¢s en dif¨ªcil¡ª como en la mayor proliferaci¨®n de huevos con yemas que hacen florecer a los Pikmin. Adem¨¢s, la nave incluye un nuevo comando para llamar a los Pikmin que no formen parte de un pelot¨®n, reduciendo las posibilidades de que queden extraviados al caer la noche, as¨ª como un nuevo sistema de pistas y, al igual que hiciera Mario Odyssey en su d¨ªa, unas flechas para marcar el camino hacia los objetivos principales. Estas ayudas son del todo opcionales incluso en modo normal, aunque ya adelantamos que los veteranos seguramente encuentren una experiencia m¨¢s satisfactoria empezando directamente por el dif¨ªcil.

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Por ¨²ltimo, pero no menos importante, encontramos el contenido nuevo como tal. El modo historia sigue siendo el mismo, pero se ve beneficiado por el regreso de la Piklopedia con fichas y comentarios sobre los enemigos que ya vi¨¦ramos en Pikmin 2 ¡ªpero curiosamente no en Pikmin 3 para Wii U¡ª, de los tres archivos de guardado en cada perfil (ya no hace falta recurrir a otro si queremos tener varias partidas paralelas) y de un nuevo sistema de logros que recopilan tanto el progreso del desarrollo principal como algunas proezas opcionales. Una curiosidad m¨¢s que nada, pero es otro incentivo que se suma para los coleccionistas. Tan o m¨¢s relevantes son los cambios en los modos extra, donde no solo se incluyen las misiones de pago descargables desde la eShop de Wii U, sino que se a?aden otras nuevas centradas en las aventuras de Olimar y Luis antes de la llegada de Alph, Brittany y Charlie al planeta.

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Aqu¨ª es donde puede surgir una peque?a decepci¨®n para aquellos que busquen una ampliaci¨®n de naturaleza similar a la ofrecida por Futuros Conectados en Xenoblade Chronicles hace unos meses. Si bien todav¨ªa no hemos jugado todo, las primeras misiones son precisamente eso, un reutilizamiento de escenarios conocidos en clave de pruebas contrarreloj sin novedades jugables o narrativas (la secuencias que las introducen son las mismas grabaciones de Olimar que ya pod¨ªamos desbloquear en la edici¨®n de Wii U). En unas semanas volveremos para reportar todo el contenido extra m¨¢s al detalle, aunque algo dif¨ªcilmente cuestionable a estas alturas es que, al margen de lo que aporten esas misiones concretas, Deluxe como conjunto s¨ª va a ser la mejor forma de disfrutar de Pikmin 3. Y por extensi¨®n, de la saga en general.