Persian Wars
- PlataformaPC4.2
- G¨¦neroEstrategia
- DesarrolladorCryo Interactive
- Lanzamiento29/06/2001
- TextoEspa?ol
- VocesIngl¨¦s
Nada bajo el turbante
Cryo, creadores de Persian Wars, ha prescindido del rigor hist¨®rico y ha decidido ambientar su producto con la magia de Las Mil y Una Noches. En ¨¦l, el jugador se convierte en Simbad, protagonista al frente de los ej¨¦rcitos que deber¨¢ dirigir hacia la victoria.
Persian Wars no es un juego de estrategia en el que la gesti¨®n de recursos tenga demasiado peso. El ¨²nico recurso que se encuentra a nuestra disposici¨®n es el dinero (dinares, para ser m¨¢s exactos). Servir¨¢ para reclutar m¨¢s tropas, mejorar sus cualidades y construir nuevos edificios en nuestro campamento, que nos dar¨¢ la posibilidad de acceder a nuevos tipos de soldados, maquinaria y mejoras. El campamento no es una base tal cual la podemos encontrar en cualquier juego de estrategia en tiempo real de corte cl¨¢sico. No aparece en el campo de batalla, sino en el men¨² del mapa estrat¨¦gico, al que accedemos despu¨¦s de cada batalla, y desde ah¨ª contratamos nuevos soldados, o los vendemos, o construimos un nuevo edificio.
El contenido estrat¨¦gico se concentra en los enfrentamientos y en la elecci¨®n del tipo de secciones que componen nuestro ej¨¦rcito. Tendremos que decidir pues, cu¨¢ntas secciones de arqueros queremos, cuantas de infanter¨ªa, si vamos a incluir algunos animales domesticados, o vamos a hacernos con los servicios de un genio, por ejemplo; as¨ª c¨®mo cu¨¢l de nuestras secciones es mejor para enfrentarse con un determinado tipo de secci¨®n enemiga.
Por desgracia, la levedad de las aportaciones de Persian Wars al g¨¦nero no es su ¨²nico problema, ni siquiera el mayor de ellos. Las variantes que intervienen en el desarrollo de la batalla son escasas, anormalmente escasas trat¨¢ndose de un juego de estrategia. No hay condicionantes meteorol¨®gicos, el campo de combate es, en la mayor¨ªa de las ocasiones, muy peque?o (nada que ver con los enormes parajes de Age of Empires, por ejemplo), el enfrentamiento naval es casi rid¨ªculo y tiene una presencia anecd¨®tica, la variedad de unidades no es precisamente abrumadora, y el n¨²mero de secciones (m¨¢ximo 10) y de unidades por secci¨®n (m¨¢ximo 9) de nuestra peque?a milicia es muy corto (de nuevo, nada que ver, por ejemplo, con los grandes ej¨¦rcitos de Shogun). Si tenemos en cuenta que una secci¨®n de Saal queda completada con una sola unidad, podemos encontrarnos con un ej¨¦rcito de tan s¨®lo 10 miembros. Adem¨¢s, nuestro personaje, Simbad, constituye por s¨ª mismo una secci¨®n entera.
Con esto ya habr¨¦is visto claramente que las batallas en este juego son realmente breves la mayor¨ªa de las veces, tanto que no da tiempo a elaborar una estrategia como Dios manda, si bien tampoco es realmente necesario. Por suerte hay otros puntos del juego en los que habr¨¢ que tirar algo m¨¢s de la planificaci¨®n, pero como digo, son los menos.
A la insipidez del ingrediente estrat¨¦gico se le une una serie de imperfecciones que perjudica, m¨¢s todav¨ªa, la jugabilidad. As¨ª pues, la IA dota a las unidades de comportamientos inveros¨ªmiles en determinadas situaciones. Por ejemplo, si atacas con una secci¨®n a¨¦rea a un enemigo terrestre incapaz de devolver el ataque, ¨¦ste no har¨¢ nada, ni siquiera huir, se quedar¨¢ impasible ante su propia destrucci¨®n. S¨ª, ya s¨¦ que este tipo de cosas ya se hab¨ªan visto antes, pero sigue resultando imperdonable, y m¨¢s a estas alturas.
Tampoco podremos guardar la partida durante la batalla, s¨®lo est¨¢ permitido antes o despu¨¦s de la misma desde el men¨² del mapa estrat¨¦gico. Aunque las batallas sean por lo general cortas, como he dicho, en ocasiones se prolongan algo m¨¢s, y ah¨ª es precisamente donde se echa de menos la posibilidad de salvar al menos una vez durante el enfrentamiento. Y es que Persian Wars no es precisamente divertido, y si adem¨¢s nos obligan a repetir varias veces una batalla, podemos llegar a hartarnos antes de tiempo. Este tipo de cosas son las que incitan a un abandono definitivo.
A la hora de seleccionar tropas, nos damos cuenta de que s¨®lo es posible seleccionar a una secci¨®n entera, de manera que si una unidad de esa secci¨®n est¨¢ gravemente herida no nos ser¨¢ posible alejarla de la zona caliente. S¨®lo hay dos salidas posibles ante esta situaci¨®n: seguir atacando con esa secci¨®n y sacrificar la unidad herida, o largarnos con todas perdiendo fuerza de ataque.
Para finalizar, queda hablar del ¨¢rbol tecnol¨®gico que se pone a nuestra disposici¨®n. Supongo que hab¨¦is visto el de Age of Empires, impresionante ?verdad?. Bien, si decimos que su ¨¢rbol tecnol¨®gico es una secuoya, tenemos que decir que el de Persian Wars es un bons¨¢i.
La campa?a, que es donde se concentra el argumento del juego, trata de lo siguiente: el anillo del Rey Salom¨®n ha ca¨ªdo del cielo. Los poderes contenidos en ¨¦l, prometen hacer de aqu¨¦l que lo posea un ser omnipotente. Dado el peligro que entra?ar¨ªa el hecho de que ese anillo cayera en manos de desaprensivos, te encargar¨¢s de encontrarlo y devolverlo a su due?o, que te espera muerto en su tumba. Este es, a grandes rasgos, el hilo conductor del juego.
Esparcidos por el escenario hay una serie de ¨ªtems que proporcionan diversas ventajas, o perjuicios, que tambi¨¦n los hay. Unos son perfectamente reconocibles, y sirven para que nuestros soldados suban de nivel, o recuperen la energ¨ªa o el man¨¢ perdidos, vayan m¨¢s r¨¢pidos, cofres con dinero, etc. Otros, sin identificaci¨®n clara, pueden infligirnos el efecto contrario.
El modo multijugador tampoco nos seca las l¨¢grimas. S¨®lo admite juego en red local, hasta un m¨¢ximo de ocho participantes. Los modos de juego son dos. El primer modo es el de Asalto, en el que los jugadores se enfrentan directamente hasta aniquilarse. El segundo se llama Talism¨¢n, y consiste en robar un camello y llevarlo a tu base. Lo cierto es que no difieren mucho del modo individual, y no va a ser esta la v¨ªa de escape por la que Persian Wars se salve.
Hay ciertos tipos de enemigos algo peculiares y molestos. Los Se?ores de las Tormentas son una especie de peque?os tornados morados, contra los que las unidades terrestres (sobre todo la infanter¨ªa) no tienen nada que hacer. Para deshacerte de ellos procura localizarlos en un escenario de batalla amplio. Trata de que fijen como objetivo una sola secci¨®n de tu ej¨¦rcito para mantenerlos agrupados. At¨¢cales con unidades a¨¦reas y arqueros o arcabuceros, siempre a distancia, o ser¨¢s absorbido. Con un poco de paciencia, acabar¨¢n sucumbiendo.
Otro enemigo molesto son los Khariat. Se esconden entre las hojas de los ¨¢rboles, de forma que si vas sin cuidado podr¨ªan sorprenderte, a pesar de que los ¨¢rboles en que se cobijan tienen una tonalidad ligeramente m¨¢s oscura a otros ¨¢rboles. Para eliminarlos lo mejor es coger a Simbad y lanzarles el hechizo de bola de fuego. Con uno s¨®lo de estos lanzamientos acabar¨¢s con un Khariat, y es un hechizo que gasta muy poco man¨¢.
Recoge los ¨ªtems de subir nivel con Simbad, para que sea ¨¦l quien aumente de nivel. Las secciones de m¨¢s nivel son m¨¢s poderosas y resistentes, pero te ves obligado a conservarlas a lo largo del juego batalla tras batalla, cosa bastante complicada. A cambio, Simbad puede hacerse muy fuerte y resistente, y sobre todo, sus hechizos ganar¨¢n en potencia y aumentar¨¢n sus reservas de man¨¢. Te aseguro que un potente hechizo lanzado sobre un compacto y nutrido grupo de enemigos puede causar mucha pupa.
Lleva siempre un Emir en tu ej¨¦rcito. Como atacante no vale un pimiento, pero puede sanar a tus unidades heridas, y esto es una ayuda inestimable, en ciertas ocasiones, puede que decisiva.
Por ¨²ltimo, m¨¢s que una estrategia, un consejo. Busca el equilibrio entre unidades de ataque a tierra y ataque al aire. Sobra decir que una poderosa fuerza de combate terrestre puede ser sorprendida y aniquilada por unidades a¨¦reas.
En cuesti¨®n de gr¨¢ficos, las 2D usadas en Persian Wars ofrecen un aspecto desfasado cuando las ponemos al lado de las bonitas 3D de Shogun y Myth. Si buscas un juego de gesti¨®n de ej¨¦rcitos m¨¢s que de gesti¨®n de recursos, olvida Persian Wars y f¨ªjate en los otros dos.
El ingrediente de aventura, en forma de di¨¢logos, que nos permiten variar el curso del juego en funci¨®n de nuestras decisiones.
Requisitos de hardware muy asequibles.
Mediocre
Pod¨ªa ser pero no ha sido y tras pasar unos breves minutos con ¨¦l quedar¨¢ archivado en la estanter¨ªa para no jugarlo nunca m¨¢s. No lo compres, no digas que no te lo advertimos.